José Aurelio Paz, portavoz del Consejo de Iglesias de Cuba (CIC) informó a los medios que representantes del gobierno se reunieron con los directivos del CIC, incluyendo a la responsable del área religiosa, Caridad Diego, y con los responsables de prisiones. Paz explicó que
antes de esta decisión había una «atención religiosa a nivel personal», cuando el preso o su familia lo solicitaba, pero «ahora van a poder además reunirse, usar himnarios, Biblias y cruces en las ceremonias», explicó el vocero.
«Se habló de los católicos y los evangélicos, más adelante se autorizará a los cultos africanos o judíos, para que todos tengan posibilidades», agregó. Además, las autoridades permitirán a los capellanes contar con cámaras de fotos para tomar imágenes y documentar las actividades, comentó Paz.
Para ello, el Consejo de Iglesias de Cuba nombró al reverendo Francisco Rodés, director del centro Kairós de Matanzas, como capellán mayor, por su vasta experiencia en este tipo de labor. El mismo será el encargado de organizar, a nivel de país y dentro del movimiento evangélico, el trabajo de capellanía; además de impartir cursos que permitan la capacitación de este personal.
DE MOMENTO, DOS HORAS AL MES
Para evitar el incumplimiento de otras actividades de los centros penitenciarios, como es el caso de las escuelas de superación que allí existen o los eventos culturales y recreativos, se ha fijado un tiempo para las celebraciones que no exceda las dos horas y una periodicidad mensual, lo cual no excluye que, en un futuro, dispongan de más tiempo de reunión.
Se ha especificado que aquellas personas que sean escogidas para el trabajo de capellanía tendrán que hacerlo evitando el “proselitismo” dentro de las instituciones penitenciarias.
REACCIONES DE LÍDERES EVANGÉLICOS
La nueva medida forma parte de la apertura religiosa que se está dando en la isla, de manera paulatina, desde el histórico encuentro entre 74 líderes evangélicos y el presidente Fidel Castro, en el año 1990, de lo cual se conmemora el próximo año su 20 aniversario, que se espera celebrar con una jornada de recuerdo.
Elsa Jorge González, de la Iglesia Cristiana Pentecostal en la provincia de Camagüey y también laica, manifestó que desde el año 98 desempeña la función de capellana en la cárcel. «Hemos orado mucho a Dios porque abra puertas en sitios como esos. Y esta noticia de hoy es la respuesta a nuestras oraciones, un regalo y, a la vez, una responsabilidad que cumpliré con gusto. Llevo años capacitándome para este momento», afirmó.
Para el reverendo y pastor bautista Francisco Rodés, haber estado asistiendo a las cárceles de manera ininterrumpida durante 15 años resulta muy gratificante. «Siempre que regreso de una visita a un preso vengo renovado, porque es muy bonito ver como el Evangelio cambia a las personas y ahora asumiremos esta tarea con más ímpetu y de manera más organizada», explicó el pastor.
El secretario ejecutivo del CIC, el reverendo y pastor anglicano Pablo Odén Marichal, manifestó que «aceptamos el desafío con la convicción de que Dios nos va a ayudar a ser instrumentos de bendición y de regeneración para esas personas a las cuales, a veces, nuestra sociedad estigmatiza». De manera que la labor «no sólo ha de ir encaminada hacia los presos, sino también a sus familias y a la sociedad toda, a fin de enfrentar esas injusticias que se cometen con una persona que ya ha cumplido su condena y pretende reintegrarse a la vida comunitaria».
«Por eso yo pienso que una sociedad que tiene medidas para ordenar la vida social y evitar delitos y crímenes ha de tener, también, la comprensión necesaria para evitar todo tipo de rechazo, porque si no estamos castigando doblemente. Además de la misión de capellanía que nos reta, ahora con más fuerza, se impone, además, educar a la sociedad en este sentido de restauración humana integral», concluyó.
Actualmente solo los católicos y los evangélicos han sido autorizados a tener reuniones en las prisiones. En esta primera etapa otras manifestaciones religiosas como la judía, las espiritistas o las africanas no han sido autorizadas.
Los evangélicos en Cuba suman unos 600.000 creyentes y el CIC está formado por unas 47 iglesias y movimientos ecuménicos (dos de ellos como observadores) que van desde los protestantes de las denominaciones llamadas «históricas» como presbiterianos, metodistas y bautistas hasta los ortodoxos griegos.
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