En varias sesiones se presentaron las cuestiones a las que la teología evangélica busca dar respuestas, entre las que se encuentran la importancia de la misión, el impacto social o la presencia de los evangélicos en la política.
Unos ochenta participantes, la mayoría procedentes de Brasil, acudieron a esta consulta en la que los teólogos pudieron debatir sobre estas cuestiones. Las principales ponencias versaron sobre la identidad del movimiento y sus dilemas actuales: la fragmentación, la visibilidad de un testimonio público, la falta de una teología sistemática explícitamente desarrollada, y la responsabilidad de mantener vivo el espíritu evangélico, vinculado a la tradición afirmada en Lausana 1974. Además,
uno de los principales debates se relacionó con el modo en que el movimiento evangélico debe relacionarse con el Neopentecostalismo.
Otro de los puntos centrales de la reflexión fue la fidelidad al legado de la tradición evangélica, teológicamente ligada a nombres como John Stott, René Padilla, Samuel Escobar y la Fraternidad Teológica Latinoamericana. Se recalcó la necesidad de un renovado compromiso con la misión integral.
LA IMPORTANCIA DE LATINOAMÉRICA
Uno de los redescubrimientos más importantes de las jornadas fue la
reflexión hecha por Daniel Salinas acerca de la «opción Galilea», como clave hermenéutica para entender el aporte seminal de la Fraternidad Teológica Latinoamericana, vinculado a la específica opción liberadora hecha por Jesús de Nazaret al elegir la provincia periférica y menos importante para el esquema sociopolítico del Imperio Romano.
David Roldán, de Argentina, hizo énfasis en la necesidad de reflexionar, desde la teología evangélica, en el proceso de secularización y el rol de los gobiernos y los Estados nacionales como los principales responsables de generar justicia social y redistribuir la riqueza. Roldán animó a repensar el impacto que pueda causar el movimiento evangélico con la predicación del evangelio de Jesucristo y la misión integral.
Valdir Steuernagel, de Brasil, proyectó los desafíos futuros del movimiento evangélico en la necesidad de desarrollar una misión integral entendida en la dinámica trinitaria. Una recta doctrina, herencia del protestantismo; una recta práctica, herencia de la Teología de la Liberación y «una recta manifestación de afecto». En relación con este último punto, Steuernagel enfatizó en la necesidad de que las confesiones de fe incluyan el amor, la pasión, y el aprendizaje del amor como uno de sus ejes clave.
PROBLEMAS GLOBALES
Justin Thacker, del Reino Unido, reconoció que las problemáticas abordadas por los diversos expositores caracterizan problemas que no son exclusivos del pueblo evangélico latinoamericano, sino problemas globales, como la tentación de medir el avance del testimonio evangélico y el Reino de Dios con criterios meramente pragmáticos, o la búsqueda continua por una definición del «ser evangélico».
Thacker concluyó su evaluación, como cierre de las jornadas, con «dos escenarios de esperanza»: primero, la diversidad de los grupos evangélicos en Latinoamérica exhibe disenso dentro del marco de un consenso mayor. Segundo, se debe destacar el coraje de los latinoamericanos: enfrentan grandes problemas y están dispuestos admitirlos y debatirlos en un clima de respecto mutuo y afecto.
Entre los expositores se encontraban además
Valdir Steuernagel, Ricardo Barbosa y Claus Schwambach, de Brasil; Daniel Salinas, Colombia/Paraguay; David Roldán, Argentina; Luis Scout, EEUU/México y miembros internacionales de la Comisión de Teología, como su presidente, Justin Thacker , del Reino Unido y James Nkansah, de Kenia. También participaron Thomas Oden y Bonn Clayton, ambos de EEUU.
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