La "Conferencia de Lambeth", que tiene lugar cada diez años, es la única que convoca a todos los obispos y arzobispos del mundo anglicano, que cuenta con unos 77 millones de fieles en el mundo.
Pero un cuarto de los cerca de 800 obispos de la Comunión anglicana han decidido no asistir a la cita por las profundas divergencias con el camino tomado por su Iglesia en los últimos años, especialmente en cuestiones de sexualidad humana. Y de los que han asistido, no todos están conformes con la situación existente por un motivo u otro.
Esto va unido a que cerca de 300 obispos y arzobispos conservadores anunciaron recientemente, a la salida de una cumbre en Jerusalén a finales de junio, la formación de una nueva red en el seno de la Iglesia anglicana sin romper oficialmente con ella (
FOCA). Estos líderes religiosos dicen representar a más de la mitad de los anglicanos del mundo y -liderados por Peter Akinola, arzobispo de Lagos, Nigeria- no han hablado de escisión sino de la creación de una “Iglesia dentro de la Iglesia” y de cuestionar el papel de primacía del arzobispo de Canterbury.
GENE ROBINSON
La piedra de la discordia que colmó el vaso de la paciencia fue la ordenación en 2003 por la iglesia episcopal americana de un obispo abiertamente homosexual que convivía con su pareja; los conservadores estiman que tales ordenaciones son contrarias a la Biblia.
Este controvertido obispo de New Hampshire (EEUU), Gene Robinson,
no ha sido invitado a Canterbury, pero asiste a reuniones en Inglaterra al margen de la conferencia.
Por todo esto es por lo que los prelados más tradicionales, particularmente en África, no estarán presentes; obispos norteamericanos, británicos y australianos también cuestionan la autoridad del jefe de la Iglesia anglicana, el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams. Unos por considerarle permisivo con los liberales, y otros por interpretar que es demasiado contemporizador con los tradicionales.
Pero Williams tratará a pesar de todo de volver a estrechar lazos entre los miembros de su Iglesia en esta Conferencia, mientras que los observadores evocan todo tipo de conjeturas.
LA CONFERENCIA DE LAMBETH
La conferencia, que tiene lugar en la Universidad de Kent en Canterbury, comenzó el miércoles pasado con una sesión plenaria, a la que siguieron una cena y las oraciones.
Los obispos harán ahora un retiro de tres días en la catedral de Canterbury, iglesia madre de la comunión anglicana, antes de comenzar las discusiones temáticas a partir del próximo 3 de agosto.
En un mensaje de bienvenida, el arzobispo de Canterbury reconoció que la comunión anglicana pasa por un periodo crucial. "Nuestra confesión atraviesa tiempos muy difíciles y no podemos ignorar las divisiones y conflictos que nos han azotado estos últimos años", escribe Rowan Williams en una declaración a los obispos. "Pero, como dice el Señor (...), en la unión con él encontraremos la paz", subrayó.
Los organizadores han previsto grupos de discusión, "indaba", inspirados en la tradición zulú, para intentar favorecer la escucha entre los participantes que abordarán temas variados como la sexualidad, el medio ambiente o la evangelización.
Los debates llevarán al establecimiento de un "compromiso anglicano", texto que limitará la libertad de introducir innovaciones a las diferentes provincias anglicanas. Una provincia anglicana puede representar a una región de Inglaterra, a un país entero, o incluso a varios Estados o naciones.
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