El “Lausanne Movement” tuvo sus inicios de la mano de Billy Graham, quien impulsó en 1966, junto con la revista Christianity Today, un Congreso de Evangelismo en Berlín. A partir de allí nació el interés por desarrollar un encuentro que fuera realmente global, que reuniera a líderes cristianos de todos los países con el objetivo de “llevar a cabo la tarea de evangelizar a el mundo”. Así pues, con el entusiasmo de hasta 100 responsables cristianos, se lanzó el proyecto de un congreso mundial.
Ya en 1974 se hizo realidad el “Congreso para la Evangelización Mundial de Lausanne”. Definido por la revista Time como la cumbre de cristianos más importante de la historia, reunió a unos 2.700 participantes e invitados venidos de 150 países. Entre ellos, hablaron Billy Graham, Samuel Escobar, Francis Schaeffer, y John Stott. Una de las conclusiones que salió del encuentro fue que el Evangelio es “transcultural”, y por ello había que intentar llegar también a los “miles de grupos” que no habían tenido aún un testimonio cristiano.
La ciudad suiza marcó el punto de inicio de este movimiento, que se ha destacado por no pertenecer a una denominación evangélica concreta, y por tener un enfoque muy importante en la pluralidad cultural de quienes participan en él. Desde entonces, han habido decenas de encuentros, con diferentes temáticas: conferencias para jóvenes líderes, conferencias sobre evangelización en culturas o etnias concretas, diferentes forum de discusión. Entre ellos destaca la celebración de “Lausanne II”, en 1989, que reunió en Manila a más de 4.000 participantes.
REUNIÓN PREPARATORIA EN ARGENTINA
Buenos Aires (Argentina) ha acogido los días 8 al 13 de este mes al grupo organizador del congreso. Unas 80 personas se han juntado estos seis días para ir dando forma a diferentes aspectos del encuentro. A parte de planificar, se quiere “aprender mucho para así ganar más entendimiento acerca de todo lo que Dios está haciendo en las iglesias de la América Latina”, ha dicho S. Douglas Birdsall, director ejecutivo del Comité de Evangelización Mundial de Lausanne.
Los asistentes a la reunión de Buenos Aires venían de “todos los continentes, y de 12 regiones del mundo”. Muchos de ellos estuvieron presentes en la rueda de prensa que se dio el día 11, con el que se buscaba que los medios de comunicación argentinos supieran con más profundidad el trabajo del comité y el porqué del congreso de 2010. En este sentido, se destacó que las expectativas para Ciudad del Cabo son “reunir a 4.000 líderes de iglesias, de 200 países alrededor del mundo” con el objetivo de “tratar cómo llevar el Evangelio a donde no se ha alcanzado todavía”. Todo ello, teniendo en cuenta que “el desafío es llevar un Evangelio que no cambia a un mundo cambiante”.
HACIA “CAPE TOWN 2010”
África hace ya años que está tomando un mayor protagonismo en diferentes ámbitos, a nivel global. El continente suele ser noticia por la extrema pobreza, y por los conflictos étnicos, pero cada vez más también está convirtiéndose en una zona del mundo a la que los países occidentales están observando cono mucha atención.
Un ejemplo más de esto es que después del primer congreso en Lausanne (1974) y el segundo en Manila (1989), el espacio escogido para 2010 sea la capital de Suráfrica. Una de las ideas de porqué se ha escogido África la resume el pastor metodista malaisio Hwa Yung: “Cuidad del Cabo promete ser realmente una iniciativa global, y no sólo impulsada por occidente”. Así pues, un objetivo es el de crear un proyecto plural en cuanto a la participación de todos lo países y culturas.
La ciudad y la fecha escogida para este tercer gran congreso mundial tienen también un porqué histórico. Según S. Douglas Birdsall, “el hecho de haber elegido un país africano y, en especial, la localidad de Ciudad del Cabo, tiene un significado histórico” ya que “William Carey, considerado el padre de las misiones modernas, fue el primero que propuso una conferencia misionera internacional para que se realizara allí en 1810”. Con este antecedente de hace 200 años se quiere, pues, adoptar una visión parecida “para, una vez más, motivar a los líderes internacionales en el campo de la evangelización, a reunirse y planificar para los próximos 200 años”.
A todo ello, el fundador de African Enterprise, Michael Cassidy, añade que un valor agregado al próximo Congreso Ciudad del Cabo es que “Lausanne III agregará enorme ímpetu y motivación para que la iglesia en África cumpla su destino en la Misión Mundial en el Siglo XXI”.
LINDSAY BROWN, SAMUEL ESCOBAR, RICK WARREN, JONI EARECKSON...
Los apoyos que ya está recibiendo el tercer congreso, en 2010, llegan de muchos lados. Lindsay Brown, hasta hace poco director de IFES (Comunidad Internacional de Estudiantes Evangélicos) y ahora director internacional del comité Lausanne, cree que la razón principal para “ir adelante con Lausanne III” es que “el evangelio es el mensaje más importante de la historia, y que ha de ser llevado hasta los confines del mundo”. En un vídeo que se puede ver en la
página web de la organización, Brown espera que como resultado del congreso “haya nuevas iniciativas conjuntas” para que “la iglesia global trabaje para ir hacia los nuevos retos” del momento.
Para Joni Eareckson Tada, Ciudad del Cabo ha de ser una oportunidad para “mostrar la compasión de Dios” en ámbitos como “el sida, opresión, la esclavitud infantil y la creciente pobreza”.
Rick Warren destaca que “en cada generación han habido momentos álgidos, en los que la iglesia ha sido movida a la acción para llegar a la siguiente generación”. Por ello, Warren cree que “el 2010 pueda ser un tiempo de oración, compromiso y organización para que Dios nos permita ser la generación que lleva el evangelio a todos los lugares del mundo en éste siglo XXI”.
Según Samuel Escobar, “es claro que Dios ha continuado trabajando en los corazones de su gente, movilizándolos para la evangelización mundial, con el deseo de colaborar a escala global”. Billy Graham, por su lado, cree que “las temáticas que tienen que ver con la generación actual son radicalmente diferentes que en 1974”. Por ello, “apoyo claramente la necesidad de un nuevo congreso en 2010”.
Por último, Michael Oh, espera que “Ciudad del Cabo sea recordada como un momento histórico de la época moderna de la iglesia en la que los líderes de las iglesias abrazaron a jóvenes líderes de todo el mundo con un amor como el de Cristo”, para que se pueda llegar a “gentes y naciones que aún no han sido tocados por el evangelio”.
Para más información, visite la página web de “
Lausanne Movement”.
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