La Iglesia Betesda, de la ciudad de Córdoba, encomendó al ministerio pastoral a Elena Moiche este pasado domingo 29 de mayo, formando por tanto parte del Consejo Pastoral local. Ya llevaba mucho tiempo ejerciendo esta labor, y sólo faltaba el reconocimiento público oficial y la ordenación pastoral.

Se puede calificar de un evento histórico, ya que es la primera mujer oficialmente ordenada a nivel personal como pastora en la provincia que es también parte de la Junta del Consejo Evangélico de Córdoba.

Hay mujeres que desempeñan o han desempeñado un trabajo que puede calificarse como pastoral en las diversas iglesias de esta provincia andaluza, e incluso ser tratadas como tales al ser esposas de pastores. Como antecedente histórico, en la misma iglesia Betesda hace años ya fue encomendada al pastorado Rossana Bea, aunque trasladó su residencia posteriormente a Barcelona. También, informa Esteban Muñoz de Morales, hay mujeres con credenciales pastorales de Asambleas de Dios, como Mª Luisa Martínez, encomendada oficialmente en 2018; y hay otras congregaciones como Oasis que tienen a una mujer como parte del equipo pastoral.

Como expresaron durante el acto Ángel Bea (pastor presidente de la iglesia), y David Bea (conocido cantautor, activista social y pastor en la misma iglesia), “no se trata de nombrar una persona para ocupar un cargo, sino reconocer el lugar, la responsabilidad y el servicio que durante mucho tiempo ha venido realizando”.

Un acto emotivo

Para la ocasión la predicación corrió a cargo de Asun Quintana. Es pastora en Asamblea Cristiana de Madrid, presidenta de la plataforma Seneca Falls, y coordinadora del grupo de trabajo “Mujer y Sociedad” de la Alianza Evangélica Española.

Centró su exposición en el personaje de Débora, la “primera capellana castrense” que dio el impulso a Barac para liberar al pueblo de Israel. “Barac no fue un cobarde, como algunos interpretan, ya que estás en la lista de los héroes de la fe de Hebreos 11. Fue un valiente que supo escuchar el consejo de una mujer, algo que en aquel tiempo era ir contracorriente cultural; y apoyarse en ella para cumplir el propósito de Dios. Hoy la iglesia necesita más Baracs y Déboras”.

A continuación, los miembros del Consejo de la iglesia oraron por Elena Moiche, expresando su agradecimiento por su vida y encomendándola al Señor en su ministerio.

Moiche estuvo acompañada por su familia, y se visionaron un par de videos enviados para esta ocasión.

Destacar el enviado por el presidente del Consejo Provincial de Córdoba, Antonio Simoni, que mostró su alegría por este hecho y dio la bienvenida a Elena Moiche en esta nueva etapa a la Fraternidad de pastores de Córdoba.

El perfil de Elena Moiche

La recién ordenada pastora agradeció con palabras llenas de emoción este reconocimiento, y reafirmó su compromiso con el Señor y la iglesia.

Tiene 52 años, está casada con David Aparicio (miembro del Consejo Pastoral de la iglesia). Es psicóloga y siempre ha estado sirviendo junto con su marido en diversas responsabilidades en la iglesia (se convirtió con 14 años).

Ha trabajado como psicóloga en diversas entidades seculares. En Aperfosa (Centro de Menores) y durante un tiempo como psicóloga para “Proyecto Rescate”. Está formada en EMDR nivel I y II, en Terapia Breve Estratégica y en Adicciones.

Durante 7 años fue psicóloga (y dos años directora técnica) en ACALI, un centro de drogodependencia en Córdoba, “hasta que el Señor sacudió mi vida, llamándome al ministerio de una manera más específica”.

Ahí se volcó en trabajar para y desde la iglesia, desarrollando una labor que es impresionante.

Inició hace trece años con su esposo “Dos en Uno”, centrado en la restauración de matrimonios de su iglesia y de cualquier parte de España y que sigue activo.

En 2017 fundó y preside “Uno a Uno”, con proyectos enfocados a la formación de mujeres en contexto de vulnerabilidad (trata, violencia de género, inmigración...). También llevan el “Proyecto maná”, una ayuda de alimentos en el barrio en el que la iglesia se encuentra. Iniciado en la pandemia, llegaron a tener 400 familias, que actualmente son un centenar. Un tercer proyecto es “Casa de Misericordia”, enfocado a familias inmigrantes, donde ofrecen asesoría legal, ropero y alimentos de emergencia.

En 2020 entró a formar parte del Consejo Pastoral de Betesda como vocal y en 2021 se integró en la junta de la FRAMEC (fraternidad de pastores) de Córdoba y es parte de la Junta del Consejo Evangélico cordobés también como vocal. Es una de las impulsoras y miembro de la Junta de Séneca Falls desde los inicios.