La guerra en Ucrania ya ha llevado a más de 3 millones de personas a abandonar el país. En toda Europa, también en España, se suceden todo tipo de reacciones de solidaridad.

Pero, ¿cómo ayudar bien? ¿Qué cosas tener en cuenta? ¿Cómo evitar errores?

Hemos hablado con Miqueas Forster, director de GAiN España, una ONG cristiana europea con fuerte presencia en Alemania y Holanda, y con experiencia en lugares como Lesbos (Grecia) o Haití. Antes de la actual invasión rusa, esta organización ya enviaba a Ucrania más de 50 camiones de ayuda humanitaria al año, lo que les ha permitido tener una reacción rápida ahora.

Pregunta. Vosotros habéis podido entrar a Ucrania en los últimos días, ¿cuán fácil o difícil es entrar en el país?

Respuesta. Es bastante complejo. De hecho, inicialmente el plan era únicamente abastecer con ayuda a las personas que llegaban a las fronteras con Polonia, Moldavia, Hungría y Rumanía. Pero tras unos días trabajando en Polonia, nuestros compañeros de GAiN Alemania encontraron un punto de acceso por el cual vieron posible entrar y desde entonces ya se han introducido 7 camiones con ayuda humanitaria.

En este último viaje, por poner un ejemplo, el equipo tuvo que hacer esperas en la frontera de hasta 12 horas en total entre la idea y la vuelta. Hay controles exhaustivos de acceso, hay que tener el camión bien señalizado por temas de seguridad y cuantos más contactos mejor, ya sea en aduanas, como dentro del país, también para tener información inmediata de posibles riesgos en el trayecto.

P. ¿Es buena idea llenar una furgoneta con materiales y viajar a la frontera de Ucrania si no se tiene un plan claro?

R. Rotundamente no. Continuamente llegan camiones y furgonetas a ciudades fronterizas en Polonia, como Przemyśl, sin ningún plan ni ningún contacto. Al final lo que hacen es simplemente descargar la ayuda en cualquier lado y volverse a su país de origen. Esa ayuda, si hay suerte, es organizada por equipos de voluntarios locales de la ciudad, pero en muchas ocasiones se acaba estropeando y creando más problemas que soluciones.

Incluso los voluntarios locales se ven a menudo desbordados por tener que gestionar ayuda que no esperan, desorganizada y sin filtrar y que en muchas ocasiones no responde a una necesidad en ese momento.

Es muy bueno querer ayudar, pero como decimos mucho en GAiN, aparte del corazón también hay que ponerle cabeza.

P. Pensando en iglesia o personas individuales, ¿qué es más recomendable: donar dinero, productos o ambos?

R. Ambas cosas puedes ser útiles y necesarias, siempre y cuando haya un plan claro. Yo diría que antes que decidir cómo colaborar, es importante decidir con quién vas a hacerlo. Una vez has decidido la entidad que quieres que canalice tu contribución, averigua qué necesitan, porque dependiendo del plan de acción que tengan, necesitarán dinero, productos o ambas cosas.

En caso de necesitar productos, es importante averiguar primero qué productos en concreto están recogiendo. Donar ayuda puede suponer un desgaste de recursos y energía de las ONGs que lo reciben.

Es bueno preguntar a las ONGs por ese plan de acción concreto: ¿Dónde, cómo y a través de quién se distribuye la ayuda? Esto puede ayudar mucho a entender si la entidad con la que queremos colaborar va a hacer un buen uso de nuestros recursos.

P. Habéis trabajado con autoridades públicas (ayuntamientos, etc.) en fronteras como la de Polonia. ¿Qué necesitan? ¿Qué no necesitan?

R. En Polonia en concreto las autoridades locales nos pidieron comprar camas plegables y colchones para un centro de acogida que habían habilitado para unas 1.000 personas. Pero nos pedían expresamente que lo compráramos en nuestros países, no en Polonia, porque estamos hablando de cantidades tan altas que podrían generar un problema de abastecimiento ahí.

Otros productos que ahora se necesitan con urgencia es comida (artículos en concreto como potitos para bebés, barritas energéticas, etc.), sacos de dormir, productos de higiene y agua. Pero nuevamente, es importante consultar a las ONGs antes de donar. Porque a menudo algunos de estos productos se necesitan en grandes cantidades y conviene más abastecerse directamente a través de empresas.

Productos que no se necesitan tanto son, por ejemplo, ropa. Pero nuevamente, depende mucho del lugar y la entidad que canaliza la ayuda. Incluso del momento concreto, porque las necesidades van cambiando.

P. Ahora hay una fuerte ola de solidaridad con Ucrania. ¿Cómo asegurarnos que es ayuda siga llegando de aquí meses o años?

R. Ese es el reto que tenemos por delante. Ahora mismo estamos intentando movilizar cuantas más personas posibles a colaborar. Por un lado, porque la necesidad es abrumadora, pero por otro lado también porque sabemos que en un tiempo esta crisis humanitaria puede dejar de estar en el foco de atención y será más complicado obtener los recursos para suplir las necesidades que haya.

Es un trabajo de educación que tenemos que ir haciendo poco a poco. La necesidad humanitaria que generará esta guerra va a perdurar por mucho tiempo. No podemos olvidarnos, nuestro compromiso es a largo plazo.

P. ¿Qué más recomendarías en un momento como este?

R. Como en cualquier otra crisis humanitaria, debemos intentar huir del “síndrome del salvador”. No somos los salvadores de nadie ni los protagonistas de esta historia. Debemos ayudar con humildad y con amor incondicional. Esto en la práctica significa que debemos sumar de la forma en que sea más efectiva y relevante para las personas que reciben la ayuda, no de la forma que nos haga sentir más realizados a nivel personal.

Somos las manos y los pies de Jesús. Actuemos como tal. Él se movió por amor incondicional, viendo las personas en su complejidad, llamándolas por su nombre. Que lo que nos impulse a ayudar sea lo mismo que le impulsaba a Él a acercarse a las personas y querer transformar sus vidas.

En la frontera de Polonia

Uno de los principales espacios de acogida temporal de refugiados ucranianos en Polonia se encuentra en la ciudad de Przemyśl. “Por esta ciudad se estima que pueden pasar entre 25.000 y 50.000 personas al día, y aunque la mayoría siguen su camino hacia otras ciudades, alrededor de 1.000 personas buscan refugio cada noche en un antiguo centro comercial, ahora habilitado para este fin”.

GAiN está ayudando a abastecer este lugar. “Entre otras cosas, hemos equipado parte de este espacio con 800 camas plegables y 800 colchones. Un espacio seguro en el que poder descansar, para sentirse acogidos y amados”.

Más sobre la actuación de GAiN

Esta ONG lleva 14 años trabajando en Ucrania, con enfoque especial al conflicto que se da en las regiones del Donbás (Donetsk y Luhansk). Tras la invasión actual de Rusia, y gracias a la colaboración con iglesias locales y otras organizaciones cristianas alrededor de Europa, se han enviado ya 30 camiones de ayuda humanitaria a los países fronterizos, con un valor aproximado de 2 millones de euros, de la que se habrían beneficiado alrededor de 10.000 personas hasta la fecha.

“Esta ayuda responde a la que solicitan nuestros colaboradores locales y hay un control exhaustivo de que responde a una necesidad, que se entrega ahí donde va destinada y que tiene un impacto en la vida de las personas que lo necesitan. El flujo de distribución es constante y la demanda de más ayuda por parte de nuestros colaboradores locales es continua”.

“Además del envío de ayuda humanitaria también hemos mandado a Polonia personal cualificado para apoyar el trabajo de nuestros colaboradores, sobre todo en el área de gestión de almacenes, distribución de ayuda y comunicación”.

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En el caso de GAiN, es posible involucrarse con donaciones económicas para financiar el transporte y distribución de ayuda humanitaria. Quien prefiera donar productos, puede comprarlos en una lista creada específicamente en Amazon.

Iglesias u otras entidades pueden organizar un punto de recogida, debiendo escribir previamente a [email protected] para conocer las condiciones para participar. En el caso de empresas con interés en colaborar con entregas grandes, pueden escribir a [email protected]. Finalmente, existe la posibilidad de colaborar como voluntario en el almacén de Torrente (Valencia), escribiendo a [email protected].

Tal como Protestante Digital ha informado previamente, hay múltiples organizaciones que están canalizando ayuda a Ucrania desde España, entre ellas denominaciones evangélicas, ONGs e iglesias locales, Diaconía y Alianza Solidaria.

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