Besullo: viaje a los orígenes del protestantismo asturiano

Entre las montañas del interior de Asturias, el entorno verde característico del norte de España se ve salpicado por un pequeño grupo de casas con una historia singular.

Porque Besullo, una pequeña aldea de apenas 200 habitantes en el concejo de Cangas de Narcea, guarda un fuerte vínculo con la fe evangélica, que arraigó a finales del XIX y se mantuvo en el seno de varias familias del pueblo hasta 1983, fecha en la que la iglesia quedó clausurada.

Hoy preocupa el estado de este edificio, capilla y escuela a la vez, cuyo tejado está a punto de derrumbarse. La falta de uso y atención, junto al paso del tiempo, han hecho mella en un lugar que respira historia.

De la mano de José Luis Fernandez ‘Tirriu’, experto en historia protestante, nos aventuramos en este viaje. Apasionado por la memoria evangélica de su Asturias, considera el de Besullo “un caso único” en la historia evangélica de España. Y reivindica la importancia de mantener la memoria como un elemento básico para forjar la identidad de un pueblo, en este caso, del evangélico.

Pregunta. Cuéntanos primero algunas de las características de Besullo. ¿Cómo es que en un pueblo pequeño y relativamente apartado de las grandes ciudades llega a establecerse un grupo de evangélicos?

Respuesta. Besullo es un caso único. Y conocerlo es realmente apasionante y un ejercicio de asombro de la Gracia y del poder de la mano de Dios. Es un pueblo que, como bien dices, es pequeño y que está asentado en la montaña asturiana en el Concejo de Cangas del Narcea. Prácticamente estaba incomunicado hasta la II República cuando el ayuntamiento de la capital del Concejo, y del que formaba parte un evangélico de Besullo, aprobó la construcción de la carretera (actual) que lo unía con la capital. Para ello se tuvieron que edificar varios puentes de piedra. Este hecho me resulta una verdadera metáfora espiritual y especialmente para nuestro tiempo presente en el que tantos tratan de dinamitar todos los cauces de diálogo.

Lo que sabemos se lo debemos a Teodoro Rodriguez, que escribió un breve trabajo sobre los protestantes en Besullo y que guió las siguientes investigaciones sobre el tema. Desde el primer momento se vinculó la fe protestante a los “ferreiros”, herreros, que se ausentaban durante largo tiempo del pueblo para vender sus productos. Aún hoy en día se puede visitar uno de los “mazos”, herrería hidráulica, que se conserva en el pueblo.

Pero lo que sabemos cierto es que un vecino del pueblo, una vez que acepta la fe protestante, envía a sus familiares en el pueblo Biblias y folletos. Es así como esa familia empieza a leer la Biblia y asumen la fe evangélica. Rápidamente “esta novedad” se extiende por todas las casas, y es muy bien aceptada, sobre todo por los jóvenes. La mitad del pueblo, y personas de pueblos vecinos, se hace protestante, e incluso se comenta que el abuelo de Alejandro ‘Casona’ (que nació aquí también) también se hizo protestante. Después de muchas persecuciones y presiones, dada la falta de libertad religiosa en este tiempo, fueron tres las familias que constituyen el núcleo de la comunidad: Casa Xuan-Ferreiru, Casa Brixel y Casa Xuacón.

La iglesia permaneció durante todo este tiempo, porque a pesar de las dificultades geográficas de comunicación, contó con el apoyo decidido, firme y sabio de Federico Fliedner y luego de sus hijos. Digo decidido porque el viaje desde Madrid llevaba varios días y usando varios medios de transporte: ferrocarril, a pie, diligencia y por último a caballo. Firme porque no cejó en su empeño de apoyo y edificación de los cristianos allí; y sabio porque en todo momento adoptó la decisión adecuada para el bien del grupo aunque en un primer momento pareciera lo contrario. Como en aquella ocasión en que tres jóvenes, dos chicos y una chica, fueron llevados presos a Cangas por no descubrirse ante el paso del viático. La alternativa a la estancia en la cárcel era pagar una multa. Fliedner valoró la situación y optó por no pagar la multa. Acertadamente pensó que las multas podrían ser una forma de retraer los escasos recursos económicos de los hermanos. Pero los jóvenes no se desanimaron y entonaron cantos en la carcel que estaba en el camino a la iglesia católica. El sacerdote de Cangas los excarceló porque no quería protestantes en su parroquia y si los había en Besullo, ese era el problema del párroco allá y no de él.

[photo_footer]Una perspectiva actual de la casa-capilla de Besullo./ José Luis Fernández[/photo_footer]

P. ¿De qué forma se desarrolló la actividad de esta iglesia? ¿Qué papel tuvo con respecto al asentamiento de la fe evangélica en Asturias?

R. Hubo más situaciones de persecución, como el destierro del pastor en Besullo. Así que los primeros años fueron muy duros. Presiones que en algunos casos produjeron su efecto pues algun jóven con la promesa de trabajar y con vistas a casarse, renunció a la fe evangélica. El clima social podemos decir que iba muy acorde con la evolución de la libertad religiosa.

La importancia del papel de esta iglesia queda evidenciada por lo que se decía en 1908: que era el pueblo que acaso más obreros había dado a la obra evangélica, llegando incluso a parodiarse el lema de la importante familia asturiana Quirós “Después de Dios la Casa de Quirós” sustituyéndolo por este otro “Después de Lutero, los Rodriguez de Besullo”.

A nivel de Asturias toda la historia evangélica del S. XIX y hasta los inicios de la posguerra civil giran en torno a dos núcleos: el de Besullo y el de Gijón. Durante mucho tiempo la memoria oficial hacía que fueran núcleos independientes. Hoy sabemos que hubo muchas más conexiones de las que se pensaba. De hecho Gijón tuvo escuela evangélica porque una de aquellas jóvenes que había sido llevada a prisión a Cangas, se casaría, tiempo después, con José García, Colportor y fundador de la Comunidad de Gijón.

Pero la influencia la extendió mucho mas allá de Asturias. Ibahernando en Extremadura, Camuñas en Toledo, Madrid, Reus en Cataluña y Carcassonne en Francia, fueron lugares donde la historia evangélica está vinculada a un Rodriguez de Besullo. En muchos de estos sitios no solo había Capilla evangélica, sino también Escuela. Un hecho destacable es la importancia de las mujeres en la influencia de esta comunidad. Ellas, prontamente, se vincularon con el Insituto Internacional de Señoritas de Alice Gulick y llevaron el peso de la enseñanza. Entre las primeras licenciadas universitarias en España, en concreto en Farmacia, encontramos a una hija de un besullense.

Existen muchos otros factores de influencia no solo para Asturias, sino para todo el pueblo evangélico en España. Sin ir más lejos: es el único lugar donde se ha puesto por obra el Jubileo, el perdón de deudas. También política, al contar con el hecho de que uno de sus miembros fue Concejal en el Ayuntamiento de la Capital del Concejo.

P. Funcionaba también como una escuela. ¿Por qué los protestantes a finales del XIX y principios del XX impulsaron la educación en los lugares donde se establecían?

R. Sí. La Capilla era en realidad Capilla-Escuela. El lugar que servía de adoración a Dios los domingos, era durante la semana el lugar de aprendizaje y enseñanza de los niños y niñas del pueblo.

Para entender por qué cada Capilla Evangélica se convertía en Escuela, hay que tener en cuenta dos factores. El primero es que las misas católicas se celebraban en un idioma desconocido para los lugareños: el latín. Así que toda el conocimiento religioso les venía dado por la vista. Las imágenes, estatuas, representaciones etc que veían, se convertían en su fuente de información religiosa. Pero dicho conocimiento religioso solo podía ser contrastado por otra imagen igual de poderosa en la comunicación, de la que carecía el Protestantismo, o en la lectura y comunicación de lo que la Biblia afirmaba. Así que la Biblia era una poderosa razón y respaldo para la educación y enseñanza. Leer y entender la Biblia era una gran motivación para realizar estudios. No siempre fue posible una escuela publica y por eso se establecía una propia. En Besullo había una pública pero era hostil, y de hecho el maestro aleccionó a sus pupilos para hostigar a los forasteros protestantes, llegando incluso a tirarles piedras. Esa fue la razón del juicio y condena de destierro por unos meses al Pastor evangélico que recriminó aquella conducta y que reaccionó a la misma.

La voluntad de progreso comentada, también se manifestaba como una necesidad de crecimiento personal. Así podemos ver esto en un caso concreto, en que Fliedner vio a un joven con gran capacidad de estudio y quiso que fuera a Alemania a estudiar Teología. Pero el joven prefería estudiar Filología. Cosa que al final realizó. No sé si perdimos un buen pastor, pero los asturianos ganamos un gran filólogo al que los asturianos le debemos mucho en cuanto a la lengua asturiana. La lástima es que esta semilla de Besullo no se hubiera extendido mucho más a otros lugares, y perdimos la oportunidad en el S.XIX de tener la Biblia en la lengua que aquellas personas hablaban: el asturiano.

[photo_footer]Entrada a la Capilla-Escuela de Besullo, en Cangas de Narcea, Asturias.[/photo_footer]

P. ¿Cuál es el estado actual de la comunidad evangélica en Besullo? ¿Queda algún evangélico allí todavía?

R. No. Tras el fallecimiento del último pastor allí, Daniel, solo quedaron como vecinos, viviendo todo el tiempo allí, sus hijos Lulo y Dina. Otros descendientes de las tres familias suelen pasar el verano allí, pero no todo el año. Dina falleció en enero de 2014. Lulo había fallecido antes. Así que desde 1983, un año muy protestante, no se celebraron cultos habituales. Podemos decir que las últimas lecturas bíblicas y oraciones publicas en Besullo se realizaron en el Cementerio Protestante en el entierro de Dina. A ella le dedicó un poema 'Salmo de Besullo' en su poemario 'Lengua de duelo', (1) el periodista César Iglesias, quien me invitó a acompañarle para conocer "el espíritu de Besullo', a conocer una comunidad de fe, sufrimiento y esperanza allá en los años 90.

[photo_footer]Visita organizada del Consejo Evangélico de Asturias en 2017 a Besullo. La foto recoge el momento de la visita al Cementerio Protestante donde los últimos enterrados fueron Lulo, y más recientemente Dina. [/photo_footer]

P. ¿Está la historia evangélica reconocida a nivel cultural y social en Besullo?

R. A nivel cultural no solo Besullo es consciente de la importancia de la comunidad protestante. Es un pueblo que tiene una fuerte vinculación cultural a causa del nacimiento allí del ya mencionado dramaturgo Alejandro Casona, quien da nombre al Centro de Recepción de Visitantes al pueblo. También en la capital, Cangas, les reconocen ese valor a los protestantes de Besullo. Son muy conscientes, todo el equipo de gobierno local, que la Comunidad Protestante es uno de los factores que atrae a los turistas allí. En 2017 me comentaban que los visitantes que se acercaban al concejo, que tiene un paisaje increíble, al enterarse de la existencia de un pueblo protestante (al menos lo fue la mitad) tienen mucho interés en conocerlo, y muchos quedaban decepcionados de no poder visitar el interior de la Capilla-Escuela. Besullo añade al paisaje un paisanaje realmente muy luminoso: los hombres y mujeres de fe protestante, sus vidas y sus obras.

Además, conforme a los valores que hoy están en lo alto de la pirámide en nuestra sociedad, al pueblo de Besullo y de todo el Concejo de Cangas tienen a gala “presumir” de su tolerancia. Besullo era un lugar donde convivían sin conflicto dos comunidades religiosas diferentes: católicos y protestantes. Pero ese reconocimiento social ha tenido lugar en el último periodo de la larga historia de la comunidad protestante, quien siempre apostó por la convivencia pacífica. Pero esa impresión que es tan general hoy, se debió a un nuevo y joven párroco que había llegado allí en la década de los 70 -y que ha fallecido también recientemente-, y a la apertura de la Iglesia Católica con el Concilio Vaticano II en sus relaciones con los “hermanos separados”.

Pero lo que he descubierto es incluso la influencia espiritual de la que no era consciente Lulo en mi última conversación con él. Alguien importante en el pueblo me contaba que cuando eran niños, en la época de Navidad, se escapaban de la misa católica, a pesar de las advertencias y reprimendas del sacerdote, para acudir al culto evangélico pues en Navidad los niños allí tenían siempre un detalle o regalo. Pero lo realmente transcendente fue la siguiente confesión: “nosotros íbamos a Misa pero cuando se avecinaba la tormenta, abandonábamos la Iglesia para ir a nuestras tierras para preservar nuestro trabajo y cosechas, pero ellos (los protestantes) no se inquietaban por las tormentas y seguían en el Culto hasta su finalización. Su fe era mucho mas real que la nuestra”.

[photo_footer]El panel turístico-informativo del lugar señala la Capilla, a la que llaman Casa Evangelista.[/photo_footer]

P. Por la información que tenemos más reciente, podemos pensar que el estado de la casa protestante en Besullo es bastante ruinoso ahora mismo. ¿Cuáles serían las soluciones para que este lugar pueda mantenerse?

R. El estado es muy delicado y podemos asegurar que todo se vendrá abajo si no se hace algo. Soy conocedor de que existe voluntad política, pero no recursos económicos. Esto dificulta enormemente qué se puede hacer. La administración asturiana no se caracteriza hasta ahora por preservar su patrimonio tradicional. Es un déficit que venimos padeciendo desde hace décadas. Y el patrimonio evangélico no iba a ser una excepción. Así todo, el actual equipo local de gobierno allí tiene la voluntad.

El hecho se complica al ser una propiedad privada, y hasta donde yo sé, una propiedad plural. Y eso dificulta el encuentro de intereses tan necesario para un tema complejo como éste.

Y por último estaría el pueblo evangélico asturiano, pero en ésto soy muy escéptico. A lo largo de estos treinta años de estudio de la historia protestante en Besullo, no he percibidlo un interés que vaya mas allá de palabras tópicas. Lógicamente con salvadas excepciones. Pero el interés por la cultura entre los evangélicos es, desgraciadamente, muy escasa.

La idea de mantenerse ya no podría ser el cúltico, pero podría ser fácilmente un centro para el archivo y estudio del protestantismo asturiano. Un museo a semejanza de los que existen en la Francia Hugonote (Protestante).

P. Algo más que quieras agregar…

R. Sí, dos cosas. Recuerdo cuando hicimos la excursión allí en 2017 organizada por el Consejo Evangélico, que alguien me dijo que aquella visita y conocimiento de la historia le había servido de ánimo y fortaleza. Y es que conocer la historia de esta Capilla-Escuela no es una mera cuestión de piedras. Como afirma Apocalipsis 14.13 respecto a ‘los que mueren en el Señor, no solo descansarán de sus trabajos, sino que sus obras con ellos siguen’. Es decir, sus obras permanecen. Y, en el aquí y ahora, lo hacen a testimonio de la acción de Dios en la Historia humana. Y leer y conocer esta historia nos anima y ayuda a conocer la huella y obra de Dios en el tiempo y en el espacio. Al conocer esta noticia agradezco, te agradezco a ti y a Protestante Digital, que dediquéis este espacio a conocer “esta obra” de tantos hermanos y hermanas ya con el Señor.

En segundo lugar conocer esta historia nos da, como cristianos evangélicos, identidad. Pienso que debería ser enseñada en ERE (Enseñanza Religiosa Evangélica). Como bien afirma la Doctora en Historia,  Evangelina Sierra: “los dos crasos errores que más debilitan a cualquier grupo humano y que pueden llevar a todo colectivo minoritario a su desaparición son el desconocimiento y la descalificación de la memoria del grupo de pertenencia”.(2) Sería una lástima que los evangélicos asturianos coparticiparan en ambas consecuencias.

[photo_footer]José Luis Fernández, en la sala que había sido escuela y capilla, con los hermanos que vivían en la casa: Lulo y Dina de Casa Xuacón. Su padre Daniel había sido el último Pastor allí. [/photo_footer]

Notas

(1) Lengua del duelo. César Iglesias. Ilustraciones de Federico Granell. Ediciones Trea s.l. 2016

(2) Esencia y Resistencia. Un viaje a la memoria del Protestantismo en Francia (S. XVI y-XX). Evangelina Sierra y Joel Foster. Publicaciones Andamio 2013 pp. 51