“El Festival es mucho más que una fiesta cristiana”

A pocas horas de celebrarse las principales citas de FestiMadrid, Andrew Palau nos atiende para explicar su visión sobre la importancia de la unidad de la iglesia en el testimonio cristiano. Palau describe al Festival, que ha viajado por decenas de países y tocado el corazón de miles de personas en el mundo, como una herramienta más que puede contribuir tanto al fortalecimiento de la iglesia en la ciudad como a su crecimiento e impacto.

El evento evangelístico que culmina este sábado y domingo (22 y 23 de junio) a partir de las 19 h. en el Paseo de Camoens podría ser una de las últimas ocasiones de escuchar predicar a Luis Palau, que estará en Madrid tras 18 meses sin viajar a causa de un cáncer. “Él todavía cree que puede llevar al cielo algunas almas más”, explica su hijo, Andrew Palau, que también expondrá el mensaje el domingo para cerrar una fiesta que lleva como lema “Buena música y buenas noticias”.

Pregunta. ¿Puedes explicarnos en que consiste el FestiMadrid de Palau?

Respuesta. Se puede responder desde dos perspectivas, desde quienes conocen al Señor y quienes no. Para aquellos que todavía no conocen al Señor, les diría que las iglesias evangélicas se han reunido porque aman al Señor y aman a la ciudad donde están. Y si yo invitase a alguien le diría: “yo soy una de estas personas, voy a esta iglesia, y trabajamos juntos en diversos proyectos este año, pero en esta semana estamos en este proyecto de unidad. Haremos una fiesta para la ciudad y espero que vengas. Habrá algo para los niños, algo para los jóvenes, como deportes extremos y música, distintos estilos y ritmos, y estos amigos de la Asociación Luis Palau va a compartir un mensaje de esperanza que ha transformado nuestras vidas, así que espero que vengas”.

Cada uno tiene relaciones distintas con las personas que le rodean, pero se trata de esto: que las personas tengan la posibilidad de escuchar el mensaje de las buenas noticias de Jesús y responder al llamado de Dios.

La gente, en su interior, está interesada. Quizá se sienten inseguros con respecto a lo que es una iglesia o lo que hacen, pero sí están interesados en saber qué es lo que uno cree y qué es la unidad de la iglesia, y qué dice la Biblia y el mensaje por el que hay tantas personas implicadas y emocionadas. Cuando provees un ambiente divertido, de fiesta, público, y la invitación está respaldada por una amistad, tiene un gran efecto.

Cartel del festival.

En el ámbito de los cristianos, lo que decimos es: “estamos haciendo una fiesta porque tenemos mucho que celebrar”. En la Biblia, en el Antiguo Testamento, encontramos que Dios quería que su pueblo celebrase fiestas, y todas tenían el mismo objetivo: señalar la poderosa mano de Dios actuando, viniendo para salvar. En aquel tiempo, las fiestas señalaban a la futura venida del Mesías, y nuestras fiestas ahora celebran lo mismo, a Jesucristo. Es tan bueno que nos unamos de forma genuina para hacer algo juntos. El punto central de un festival no es tanto la música o la celebración, sino el Espíritu de Dios obrando en nosotros para unirnos. Eso es lo que realmente nos une.

En el día a día, uno tiene que mostrar que el Espíritu nos une. Para que el mundo conozca a Jesús, se nos dice en Juan 17 “que sean uno para que el mundo crea”. Hay personas que verán que procediendo de diversas iglesias, estamos juntos, y cuando ven que nos amamos, trabajamos juntos, hacemos algo específico para la ciudad, es un mensaje vivo que cala en lo profundo de las personas. Por eso debemos encontrar estos caminos de unidad.

La Biblia dice que la gente va a descubrir nuestro amor por Dios por cómo amamos a los demás, cómo amamos al prójimo. Y esto es en lo que pienso cuando me refiero a un festival. Es mucho más que una fiesta cristiana. Quizá sea mejor decir: tener una fiesta cristiana tiene mucho más valor que lo que uno espera. Valdría la pena incluso si solo fuera por la fiesta, pero hay muchísimo más ocurriendo en el crecimiento de relaciones, la unidad, todo lo que ocurre detrás del escenario, que tiene un impacto a largo plazo.

Muchos de nosotros hemos sido reavivados en nuestra fe y nuestro amor por el evangelio solo en la planificación del evento. En Efesios 4 vemos que el don de evangelista es responsable de obrar junto con los otros dones para la edificación de la iglesia. Es por eso que junto con el festival se ponen en marcha cosas como el Plan Andrés (para invitar a personas no creyentes a asistir al festival) o la visitación casa por casa (un plan de visita que se realiza tras el festival, como seguimiento y discipulado). Todo esto hace que podamos servir al cuerpo eclesial y bendecirlo. 

Pregunta. ¿Cómo ves la situación de los evangélicos en España, donde son menos del 1% de la población?

Respuesta. Hemos estado en lugares similares, pero también aquí en otras ocasiones. El año próximo, por ejemplo, estaremos en Francia, con una situación similar a la de España. Pero incluso en lugares donde hay una gran cantidad de evangélicos hay igualmente mucho trabajo por hacer. La unidad siempre es difícil, sea que haya muchas o pocas iglesias. Muchas personas alrededor del mundo miran un lugar como España, con pocos creyentes, y pensarán que es fácil que la iglesia esté unida para trabajar en pro de la ciudad. Pero encontramos los mismos obstáculos en lugares donde hay muchos que donde hay pocos. A veces es incluso más difícil. Cuando eres una familia pequeña, todos saben todo de todos. Quizá eso dificulta, hay murmuración, no se supera algún conflicto… Por eso es importante que pongamos el objetivo y que por amor a Jesús, podamos unirnos para trabajar juntos. 

Aquí en España yo les decía a los pastores que es difícil trabajar en pro de la unidad, y muchos pastores me han dicho que sí es fácil aquí. Eso creo que es parcialmente cierto. Pero creo que cuando hay personas que genuinamente está caminando en santidad, en compañía con Dios, el gozo del Señor se convierte en su fortaleza día a día y viven en buenas relaciones mientras atraviesan las dificultades de la vida, el impacto de su testimonio es evidente. Cuando vamos al nivel personal, realmente todo cambia. Puede haber problemas u obstáculos históricos que generen dificultad para la unidad, pero cuando se trata de los dolores de la vida, se experimenta abandono o familias rotas, las personas se preguntan “¿hay esperanza en este mundo?” Es entonces cuando este 1% puede estar en la brecha para presentar la respuesta del evangelio.

Es interesante ver cómo un porcentaje pequeño puede captar la atención de una gran ciudad. El festival de 2005 creo que lo logró, y puedo ver que ha crecido mucho la iglesia en este tiempo, y creo que veremos algo similar con este festival.

Andrew Palau. / Asociación Luis Palau

Pregunta. Luis Palau está pasando muchas dificultades de salud y sin embargo él ha hecho el esfuerzo de venir a España. ¿Cómo valoráis esto dentro de vuestro equipo?

Respuesta. Hace 18 meses que mi padre, Luis Palau, no salía del país, y parecía muy difícil que pudiera darse esta posibilidad. En los últimos 3 años he estado predicando yo en todas nuestras actividades. Y me preguntaba “¿podré una vez más estar con él sirviendo?” Y esto va a ocurrir aquí en España. No se me ocurre un lugar más hermoso para que ocurra, en la “madre patria” de toda la familia Palau. ¿No es algo hermoso que sea en España donde Palau exponga el evangelio, quizá por última vez, ante una gran multitud? A Luis Palau no le importa si la iglesia es grande o pequeña, su corazón está aquí, y le importa la unidad. Lo que le mueve a hacer este esfuerzo es que si hay algo que podemos hacer por mantener el fuego en la iglesia en España, y más que eso, la unidad, haremos lo que sea necesario. Y como suele decir, llevarse con él al cielo algunas almas más. Él siempre dice que tendremos que rendir cuentas ante Dios con lo que Él nos dio, y todavía no está satisfecho.

Luis Palau, interviniendo en la cena de empresarios, ayer en Madrid. / Asociación Luis Palau

Pregunta. ¿Qué dirías a las personas para animarlas a asistir al festival?

Respuesta. A los que conocen al Señor, les diría que hagan todo lo que puedan para traer a personas que no son cristianas. Tantas veces me encuentro con personas que dicen: “¡si hubiese sabido que el festival iba a ser así, hubiera invitado a mi vecino, o mis familiares…!” Es una pena que esto pueda suceder, incluso esa es mi historia. Mucho se está invirtiendo en este Festival, en esta herramienta que se pone en vuestras manos, para que el pueblo pueda alcanzar a los perdidos. Así que es el tiempo perfecto: pide a Dios que ponga en tu corazón a quién deberías traer. Quizá alguien que recién conoces, o alguien por quien llevas mucho tiempo orando. Pide a Dios que abra una nueva puerta, creo que es una oración que Él contesta. Incluso si vas caminando hacia el festival, ora para que Dios te muestre si hay alguien a quien puedas invitar. A quien sea, no pierdas oportunidad. Nadie iría a no ser que sea invitado. Así que si queremos que la gente vaya, la pregunta es ¿queremos? Vayamos a todos lados, invitemos. porque hay mucho lugar disponible en este banquete.