El LXXV Sínodo General de la Iglesia Evangélica Española ha emitido un Comunicado bajo el título de “La Iglesia Evangélica Española y la LOMCE”, en el que manifiesta que “la aprobación de la LOMCE (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa) pone en peligro el derecho a la educación en igualdad de oportunidades ya que es claramente antidemocrática y segregadora”.
La Iglesia Evangélica Española, fundada en 1869, es miembro del Consejo Mundial de Iglesias, de la Conferencia de Iglesias Europeas, de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas y del Consejo Mundial Metodista.
En su
Comunicado la Iglesia Evangélica Española (IEE)recuerda que ha desarrollado su vocación de servicio por y para la sociedad “con un fuerte compromiso con la educación, entendiéndola como una clave para el desarrollo integral de la persona y del progreso social”.
Este compromiso lleva a la IEE a “no ser una mera espectadora de los acontecimientos sino un elemento crítico, dinamizador y movilizador de todas las actitudes y acciones que contribuyan desde el principio cristiano de respeto a la libertad y dignidad de las personas, a crear un mundo más humanizado”.
Es por esta razón, que ante la situación de crisis y cambios en los que actualmente la sociedad española está inmersa, “la IEE tiene que hacer oír su voz ante las medidas como las tomadas recientemente en materia educativa, entre otras”.
En su opinión, “la aprobación de la LOMCE (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa) pone en peligro el derecho a la educación en igualdad de oportunidades ya que es claramente antidemocrática y segregadora”.
Antidemocrática, expone, por dos razones principales: la primera, “porque ha sido elaborada sin diálogo y consenso de todos los sectores implicados (comunidad educativa, agentes sociales y políticos) y aprobada con el único apoyo parlamentario de un partido, el del gobierno”. Y
la segunda, porque “plantea una organización jerárquica del centro educativo donde la dirección tiene el poder absoluto tanto en cuestiones pedagógicas como de gestión de personal y económica. Incluso podrá seleccionar profesores y alumnos”.
Recuerda que el Consejo Escolar, órgano en el que estaban representados, además de la entidad titular y la dirección, los padres, profesores y alumnos, “pasa a ser un órgano meramente consultivo lo cual contraviene al punto 7 del artículo 27 de la Constitución que dice: “los padres, profesores…..intervendrán en el control y la gestión de todos los centros sostenidos por la Administración con fondos públicos…”
En cuanto a su carácter segregador, entiende que habría muchas razones para ellos, entre las cuales destaca:
1º Impone la asignatura de Religión (Católica), o su alternativa, con carácter evaluable y con peso a la hora de alcanzar la media exigida para el siguiente nivel o acceder a becas y ayudas. Este tema echa por tierra los largos años de lucha del mundo protestante para lograr una libertad religiosa y unos Acuerdos de Cooperación con el Estado en esta materia.
2º Discrimina a los alumnos y sus familias según su capacidad económica ya que la ley, bajo la apariencia de la adaptación al entorno social, en realidad lo que va a potenciar es la aparición de escuelas de primera, segunda y tercera categoría. Desaparecen las becas de comedor para los hijos de personas con limitados medio; sin embargo, se conceden ayudas económicas para la compra de uniformes en los centros privados.
3º Permite la segregación por sexos, algo que directamente nos remonta al nacional catolicismo y a concepciones sociales y educativas que creíamos totalmente superadas y que para nada respetan el principio constitucional, y cristiano, que afirma que ninguna persona será discriminada por razón de sexo, religión, raza…
4º Es centralista: el estado será el que determine qué asignaturas troncales y con qué peso se han de implantar dejando a las autonomías menos margen de intervención. La lengua cooficial pasa a ser una asignatura más quedando muy limitada su aplicación; es decir, que no hay un reconocimiento de la diversidad lingüística con el empobrecimiento sociocultural que eso conlleva entre otras cosas.
Por todo ello el Sínodo de la Iglesia Evangélica Española “reclama un proceso de diálogo y expresa su apoyo a que toda educación financiada con fondos públicos sea aconfesional, que atienda y respete a todas las personas por igual sean cuales sean sus condiciones, garantizando el derecho fundamental a la educación y respeto de los derechos inherentes a él”.
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