Actualmente se está celebrando la exposición "La maternidad de Elna" en el casal Les Monges (Roda de Berà, Tarragona), organizada por la "Asociación També hi som".
En mitad de la desolación de los campos de concentración del sur de Francia, donde se hacinaban los cerca de 500.000 republicanos españoles que atravesaron la frontera de los Pirineos, hubo
una joven maestra suiza que se dedicó a buscar y recoger a las mujeres embarazadas. Elisabeth Eidenbenz, que así se llamaba la joven, había llegado a España el 24 de abril de 1937 como enfermera voluntaria de la Asociación de Ayuda a los Niños de la Guerra y se había marchado junto a los exiliados al sureste de Francia, cuando cayó la República.
Celia García, recuerda para Público desde su casa en Perpiñán lo que significó la pequeña isla de paz de Elisabeth Eidenbenz. “Mi madre me contaba que cuando acudió a la maternidad fue maravilloso. Siempre decía que allí fue recibida como una persona y no como un animal, que era como se había sentido hasta el momento en Francia. Allí las madres estaban unidas y todas eran iguales. No había ni blancos, ni negros, ni judíos, ni cristianos. Todos iguales”, recuerda Celia.
“Mi madre me dio la vida. Elisabeth, la esperanza en el género humano”, dice
Sergio Barba, hijo de exiliados españoles que nació también en la maternidad, pcos meses despuésde Celia García.
Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, la Maternidad acogió también a madres judías que huían de la persecución nazi. Se calcula que nacieron allí alrededor de 200 niños judíos. La voluntad de Elisabeth de proteger a los niños y madres judíos de la barbarie alemana hizo que la Gestapo visitase frecuentemente la Maternidad.
Finalmente,
durante la Pascua de 1944 el ejército alemán, en uno de sus últimos coletazos, cerró la Maternidad, poniendo punto y final a uno de los cientos de episodios olvidados de la Guerra Civil española y la Segunda Guerra Mundial. Elisabeth desapareció entonces de la vida de los casi 600 niños a los que ayudó a nacer, aunque ellos nunca lo olvidaron.
UNA FE COMPROMETIDA
Elisabeth Eidenbenz, enfermera y profesora de fe protestante, falleció en Zurich el 23 de mayo de 2011, a los 97 años.En 1939 fundó la Maternidad de Elna, donde salvó las vidas de 597 hijos de refugiados españoles de la Guerra Civil, republicanos que se encontraban en el campo de refugiados de Argeles y a aproximadamente 200 judíos que huían del nazismo. Si añadimos a sus madres, unas 1200 personas.
Eidenbenz trabajó como maestra en diferentes colegios de Suiza y Dinamarca hasta que decidió integrarse en la
Asociación de Ayuda a los Niños de la Guerra. Llegó a España en 1937, en plena Guerra Civil, con una delegación suiza de ayuda humanitaria y material. Tras la derrota republicana, cientos de miles de españoles huyeron de las represalias cruzando los Pirineos. Cuando llegaban a Francia eran llevados a campos de concentración como el de Argeles. Lugares sin condiciones sanitarias, construidos en plena playa, donde no había lugar donde refugiarse.
Elisabeth se dio cuenta de que las mujeres embarazadas y los bebés se encontraban en grave peligro debido a las condiciones en las que vivían durante el embarazo y el parto.En los campos de concentración donde Elisabeth desempeñaba su labor humanitaria había una mortalidad infantil del 95%; a las mujeres, cuando tenían que dar a luz, se las llevaban a parir a unas caballerizas de Perpiñán.
Contra esta adversidad, se sublevó la "señorita Elisabeth", así empezaron a llamarla las madres. Por ello decidió construir una maternidad en un palacete abandonado en la localidad cercana de Elna.
Al principio, la maternidad se mantuvo gracias a donaciones voluntarias que llegaban de Europa, pero
tras el comienzo de la II Guerra Mundial, los fondos disminuyeron y comenzaron a llegar refugiados de Francia y el resto de Europa. Principalmente eran mujeres judías que huían de la ocupación nazi.Por ello, la maternidad se vio obligada a asociarse con la Cruz Roja y acatar la política de esta sobre neutralidad. Esto le impedía acoger refugiados políticos, sobre todo judíos, y por ello se decidió falsear la identidad de gran parte de ellos con el fin de burlar estas leyes. Fueron muy hostigados por la Gestapo, llegando a ser detenida Elizabeth en una ocasión.
AMBIENTE ENTRAÑABLE
Las mujeres que lo vivieron recuerdan el buen ambiente del centro, y destacan el estilo tan personal de Elisabeth, quien, “sin interferir en cada ideología, política o religiosa, y manteniéndose fiel al reglamento interno a favor de la neutralidad, consideraba un elemento prioritario del funcionamiento diario la organización de pequeñas celebraciones de aniversario, Navidad, Reyes…, e involucrar al personal y a las madres. Consideraba muy importante el aspecto emotivo”. Remei recuerda así las sorpresas de la cena de Navidad de 1940: “Todo aquello era digno de reinas, y nosotras no teníamos nada para ofrecer a cambio” recuerda la catalana Joana Pasqual, que se quedó a trabajar allí, al lado de Elisabeth.
EL REENCUENTRO DE LA MEMORIA PERDIDA
El palacete estuvo abandonado hasta que un artesano vidriero francés lo adquirió en la década de los noventa sin saber el pasado del edificio. En 2001, el artista conoció a Guy Eckstein, uno de los niños judíos que había nacido en la Maternidad, quien se acercó hasta el palacete para conocer el lugar donde había nacido. En 2002, el ayuntamiento de la ciudad le dedicó un homenaje institucional a la matrona de los exiliados, entregándole la Medalla de los Justos Entre las Naciones, otorgada por el Estado de Israel. Al acto acudieron algunos de los 597 niños a los que la señorita Isabel había ayudado a nacer.
En 2004 el edificio fue adquirido por el Ayuntamiento de Elna, gobernado por Nicolás García, nieto de españoles exiliados en Francia que lo convirtió en un espacio de recuerdo a las víctimas de la barbarie y a la labor de Elisabeth.
RECONOCIMIENTO TARDÍO
El reconocimiento por su extraordinaria solidaridad no le llegó hasta hace aproximadamente once años.Retirada en la población de Rekawinkel, a 30 km de Viena Austria, empezó a recibir homenajes a partir de 2002, entre ellos la Creu de Sant Jordi del gobierno catalán en 2006, la Legión de Honor del gobierno francés, la Medalla de los Justos entre las Naciones de Israel o la Cruz de Oro de la Orden Civil de la Solidaridad Social del gobierno español.
En el año 2.002 se estrenó la película de Frédéric Goldbronn, “La Maternité d'Elne” Su nombre figura inscrito en mármol en el Muro de Honor del Museo Yad Vashem
También se han publicado libros biográficos como
La Maternidad de Elnao
Elisabeth Eidenbenz, más allá de la Maternidad de Elna, ambos de la editorial Ara Llibres.
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