La Conferencia Episcopal Española presentó la pasada semana su
Plan Pastoral para los años 2011 a 2015. El documento se titula
“La nueva evangelización desde la Palabra de Dios. Por tu palabra echaré las redes (Lc. 5,5)” y quiere plantear las directrices que seguirá la Iglesia Católica en España en los próximos años.
Este escrito, que fue presentado a los obispos en el marco de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal celebrada a finales de abril de este año,
dice que pretende centrar la atención de la Iglesia Católico Romana (ICR) “en la Palabra divina”. Considera la jerarquía católica que es tiempo de “cuidar la siembra y cosechar los frutos de los recientes viajes a España del papa Benedicto XVI. ¿Cómo no reconocer en estos viajes del Sucesor de Pedro un regalo precioso de la Providencia para confirmar la fe de los católicos en la España del tiempo presente?”, expresan los obispos.
CAMINO MARCADO POR BENEDICTO XVI
El primer desafío que se plantea es una renovación “de la pastoral juvenil en continuidad con la JMJ 2011”.
Considera la jerarquía católica la necesidad de fortalecer los “itinerarios formativos” de los jóvenes, haciendo énfasis en “un encuentro personal con Cristo en la Iglesia mediante la instrucción doctrinal, la participación litúrgica y sacramental, el compromiso apostólico y la vida de oración”.
Se plantea a continuación un énfasis relacionado con la juventud y la familia, la necesidad de fortalecer las vocaciones o la enseñanza sobre identidad, sexualidad y matrimonio.
ESCASA AUTOCRÍTICA
La Conferencia Episcopal evita hacer referencia a las
polémicas recientes que han afectado a la ICR, como el
Watergate Vaticano o el debate público sobre
el pago del IBI. Sólo hay una referencia directa a la crisis, reconociendo que “padecemos en España la incidencia de la crisis económica y financiera”. Pero ante ella,
los obispos expresan que “no nos corresponde a nosotros, como pastores de la Iglesia, analizar la crisis en su vertiente económica o política”, sino que esperan “iluminar desde el Evangelio esta situación, ayudando a discernir sus causas morales y culturales más profundas”.
Pero el documento expresa la necesidad de los obispos de
combatir en dos frentes: “desde fuera de la Iglesia, el relativismo y el laicismo” que “aparecen como rasgos de una cierta cultura dominante que declara con orgullo su apostasía de Dios”; y “desde dentro de la Iglesia” sienten la “urgencia” de
“superar la secularización interna”.
ARRAIGO A LA TRADICIÓN
La CEE confía en que la publicación de la nueva versión oficial de la Sagrada Biblia sea de inspiración para sus fieles y los desafíe a un testimonio pertinente en sus vidas. Por otra parte, encuentra una gran inspiración en los acontecimientos ya vividos como la JMJ y
centra parte del documento en planear la celebración de otros macro-eventos que servirán, según la jerarquía católica, para impulsar la evangelización de España.
Así,
se recomienda preparar “con especial intensidad “el cincuenta aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II y el quinto centenario del nacimiento de santa Teresa de Jesús”.
Otro momento especial, según la jerarquía católica, será la
beatificación conjunta de “mártires del siglo XX en España”. “Preparación y celebración, en octubre de 2013, de una ceremonia de beatificación de mártires del siglo XX en España”, expresa el documento, entre los que se encuentran muchos sacerdotes y religiosas muertos en el contexto de la Guerra Civil del 36.
Además, La ICR acude a la tradición de los Padres para
poner el foco para la evangelización en la próxima designación de Juan de Ávila como doctor de la Iglesia; y propone la difusión de sus escritos y la explicación de su vida como ejemplo para todo católico.
En la conclusión del documento, se expresa el objetivo de toda acción: “llevar al encuentro con Cristo vivo en la Iglesia: esta es la única motivación que debe animar nuestras acciones pastorales. El camino que conduce a este encuentro pasa ineludiblemente por el mayor aprecio a la Palabra de Dios”.
UNA INSTITUCIÓN ESTANCADA
No son pocas las voces que, desde hace varios años,
se levantan reclamando en el seno de la Iglesia Católica un profundo cambio. El plan de “nueva evangelización de España” presentado por la Conferencia Episcopal no ha servido, de momento, para acallar estas críticas, que no concuerdan con el camino marcado desde el liderazgo católico.
Recoge el diario El País la opinión de
Andrés Torres Queiruga, uno de los últimos “apartados” por la Congregación de la Doctrina de la Fe. “La de ahora es la historia de una crisis anunciada.
No es la primera vez que en la historia de la Iglesia el clamor desoído de una reforma acaba llevando a males mayores”, lamenta.
Otro teólogo denostado por la jerarquía católica,
Juan Antonio Pagola, se muestra también pesimista.
“Percibo en la Iglesia un clima complejo de desconcierto, pena, decepción, orfandad, cansancio y miedo”, dijo a Libertad Digital. El sentir de estos pensadores lo expresó ya uno de los grandes peritos del Concilio Vaticano II, el dominico Yves Congar, primero castigado y finalmente cardenal. “A Roma solo le interesa la autoridad, no el evangelio”.
Otro experto en la Iglesia Católica, el teólogo evangélico
Leonardo De Chirico, ha explicado en sus
artículos en Protestante Digital sobre la “nueva evangelización” que
“el campo de batalla para la ICR es cultural, el asunto en juego es antropológico, la labor que la ICR tiene delante es fomentar un Nuevo Humanismo” y en este plan
no hay lugar para “palabras bíblicas cruciales, tales como el arrepentimiento de los errores presentes y pasados, la confesión del pecado o la conversión a Jesucristo”. Unos conceptos que, justamente, brillan por su ausencia en el documento emitido por la Conferencia Episcopal Española.
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