La última intervención de la asamblea de la Alianza Evangélica Española del pasado fin de semana fue la de Niek Tramper, secretario general de la Alianza Evangélica Europea (EEA, por sus siglas en inglés). Ofreció una visión de la situación de los evangélicos en nuestro continente.
En su participación -a última hora de la mañana del sábado 25 de febrero-
recordó que la unidad de los evangélicos en Europa “no es una unidad institucional, sino una unidad como hermanos”. Destacó la importancia de la oración, que debe tener una clara conexión con la Palabra.
La European Evangelical Alliance (EEA) es clave para la formación, dijo Tramper, para
compartir recursos entre diferentes países, y para crear plataformas que unan, por ejemplo, a los jóvenes. Hizo mención, también, de los proyectos que luchan contra el tráfico de personas o contra la violencia doméstica.
Tramper destacó también el trabajo que
la EEA hace para ser la voz de los evangélicos en Bruselas y ofrecer allí una visión bíblica sobre los temas de actualidad en la política europea. Para seguir haciendo esta función es necesario mejorar la infraestructura y recursos de la oficina en Bruselas, que, explicó, está en una situación económica delicada.
Su intervneción puso punto y final a la asamblea, que terminó con una oración. Muchos de los asistentes se quedaron a comer y luego a lo largo de la tarde, fueron marchándose poco a poco, especialmente los que aún tenían un viaje largo de vuelta a casa.
Más sobre la asamblea de la Alianza Evangélica Española, en una próxima noticia.
DOS CONFERENCIAS ESPECIALES
Aprovechando la visita a Barcelona de Niek Tramper, la AEE le había invitado a dar
2 conferencias, en el marco del fin de semana de la asamblea.
La primera la dio el viernes, bajo el título
“El sorprendente amor de Dios por la ciudad”. Tramper destacó que “la ciudad es originalmente una invención de Dios” y citando al autor Tim Keller
enfatizó lo significativo que es que lo que según la Biblia empezó en un huerto (el Edén) vaya a terminar en una ciudad (la nueva Jerusalén).
El conferenciante explicó que el entorno urbano destaca porque en él se reúnen todo tipo de culturas, y donde “la creatividad y la diversidad de Dios se refleja”.Sin embargo, recalcó,
las ciudades también están bajo el efecto de la Caída, y por tanto, se han desviado del plan de Dios tal como Sodoma y Babilonia lo muestran también en la Palabra. Pese a merecer la ira de Dios, explicó Tramper, "sabemos que Dios no es indiferente a su destino, algo que se puede ver en que Jesús lloró por la ciudad”. También Jonás fue enviado a la ciudad, citó, mientras que los exiliados en Babilonia oraron y trabajaron por el bien de su ciudad, aún siendo esta rebelde contra Dios.
Una de las razones para centrarse con el evangelio en las ciudades, explicó, es la influencia que éstas tienen en la cultura general, a través de la política y las artes. Otros motivos para concentrarse en las zonas urbanas son el rápido crecimiento que los expertos preveen en los próximos años, las ventajas que significa compartir el evangelio en un entorno multi-étnico y la disposición que las ciudades suelen tener a hacer cambios profundos.
Para concluir esta primera conferencia, el secretario general europeo expuso
cuatro formas en las que los cristianos pueden amar las ciudades en las que viven: orando unidos, mostrando amor y hospitalidad según el modelo de Jesús, modelando comunidad en momentos de crisis y sirviendo a las personas del propio barrio.
¿CRISIS O RENOVACIÓN?
En la segunda conferencia, “Europa, ¿esperando la crisis o la renovación?”, el sábado por la mañana, Niek Tramper se preguntó si más allá de la crisis económica y social en Europa también había una crisis espiritual. Utilizando la frase de un conocido filósofo, apuntó que
“Europa es un continente del miedo, el miedo a perder la libertad individual, el miedo a perder seguridad o el miedo a perder posesiones materiales”.
Pero ante este miedo, defendió, hay también la oportunidad de traer
“renovación”. Algo que ya se dio en anteriores crisis, como cuando la
Reformatrajo cambios profundos en medio de un ambiente de corrupción total, o los avivamientos (con predicadores como Whitfield o Wesley) contrarrestaron el Racionalismo.
Tramper reflexionó sobre el primer capítulo del libro de Daniel para explicar que, de la misma forma que el personaje bíblico,
los cristianos evangélicos no deben retirarse ante la crisis ni reaccionar con amargura. Es necesario, argumentó, que los creyentes estén comprometidos para trabajar por el bien de las sociedades europeas sin renunciar a los valores de Dios.
Esto se puede conseguir estando presentes en el espacio público, teniendo iniciativas relevantes que respondan a las preguntas y necesidades de las personas, como lo hicieron en su momento
William Wilberforce o Dietrich Bonhoeffer.
Estamos en un momento, opinó, en el que los cristianos pueden ofrecer "
conexión y reconciliación"ante las graves divisiones que se están creando.
Para la Europa actual, Tramper habló de varios
signos de esperanza. Entre ellos, mencionó los movimientos de avivamiento en iglesias cristianas establecidas y tradicionales, la inmigración y su aportación a las sociedades receptoras, los movimientos juveniles cristianos internacionales y las nuevas redes de plantación de iglesias en todo el continente.
Después de esta segunda conferencia, el secretario general de la EEA abrió un tiempo para escuchar las opiniones de todos los participantes. El
espacio de tertulia posteriorfue especialmente interesante.
Todas las actividades relacionadas con las conferencias y
la asamblea de la AEE se dieron en las instalaciones de la
Iglesia Evangélica Betania(en Navas), que ofreció sus instalaciones durante estos dos días.
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