Según los datos ofrecidos por la Conferencia Episcopal Española (CEE),
un total de 7.454.823 millones de contribuyentes marcaron la casilla del IRPF a favor de la Iglesia en 2011 (ejercicio fiscal de 2010), un 0,96% y casi 200.000 más en términos absolutos que en el ejercicio anterior. Sin embargo, la asignación total cayó hasta los 248,3 millones de euros, frente a los 249,4 de 2010, es decir, algo más de un millón de euros menos (1.162.820 euros).
No obstante, estas cifras sólo representan el 35,71% de las declaraciones totales presentadas en 2011. La Iglesia Católica lanzó el pasado año, durante el periodo de declaración de la renta, una campaña publicitaria para animar a más contribuyentes a marcar su casilla.
El secretario general de la CEE, Juan Antonio Martínez Camino, y el vicesecretario para asuntos económicos, Fernando Giménez Barriocanal,
achacaron a la crisis el descenso en la recaudación. “El impacto de la crisis”, como lo definieron los portavoces, se ha notado, según ellos, no sólo en la disminución del número total de declaraciones presentadas, sino también en el monto global de la cuota íntegra, que ha experimentado un “descenso muy significativo”.
UNA “PERCEPCIÓN POSITIVA DE LA ICR”
Tanto Martínez Camino como Giménez Barriocanal se mostraron muy satisfechos por el hecho de que
en los últimos cinco años haya aumentado en casi un millón el número de declaraciones en las que se ha marcado la casilla de la Iglesia católica. En concreto, entre los ejercicios fiscales de 2006 y 2010 hubo 971.643 declaraciones más que optaron por la X de la Iglesia. Sólo en 2008, el número de contribuyentes descendió ligeramente, un 0,16%.
Los representantes religiosos sacaron pecho y elevaron el número de contribuyentes que prefieren la casilla de la ICR a la de “fines sociales”: según sus cálculos, como el 23,8% de las declaraciones que se presentaron en 2011 fueron conjuntas, estiman que en la pasada primavera más de 9,2 millones de contribuyentes asignaron a favor de la Iglesia Católica.
“El importante aumento en el número de personas que año tras año deciden asignar a favor de la Iglesia muestra que la percepción real que la sociedad tiene de la Iglesia es positiva”, señalaron los portavoces de la CEE.
“Es una reacción muy buena de miles de católicos y personas que sin ser practicantes colaboran con la Iglesia para atender a los necesitados de manera inmediata, no burocrática, y cercana”, ha subrayado Martínez Camino.
En la rueda de prensa, Martínez Camino ha sido preguntado por la iniciativa parlamentaria de IU que propone recortar en un 20 por ciento la asignación pública al igual que ha ocurrido con las partidas presupuestarias dedicadas a sindicatos y partidos políticos.A quienes preguntan por la posibilidad de que la Iglesia Católica haga “un gesto” de austeridad ante la crisis, el obispo ha destacado que se ha duplicado el número de “voluntarios y dineros” destinados a labores de apoyo y solución de problemas concretos de los ciudadanos, como la falta de alimentos, vivienda y trabajo.
EL ESTADO, ALIADO RECAUDADOR
Cada año la Administración permite a los contribuyentes elegir el destino de una parte de sus impuestos sin coste para ellos. Al realizar la declaración de la renta se presentan las siguientes opciones:
- Destinar el 0’7% del IRPF a la realización de programas que desarrollan las entidades sociales y Organizaciones no Gubernamentales (ONG).
- Optar por el sostenimiento económico de la Iglesia Católica.
- Señalar las dos casillas.
- No marcar ninguna, con el que el 0’7% va a los Presupuestos Generales del Estado.
Hay que recordar también que
ONGs confesionales como Cáritas o Manos Unidas, que realizan una intensa labor social, reciben gran parte de su financiación pública de aquellos que marcan la casilla de “Fines sociales”. Así, al marcar la casilla de la Iglesia católica, ésta destina mayoritariamente su aportación al mantenimiento de su estructura, desde la Conferencia Episcopal hasta las diócesis y parroquias.
La fórmula de recaudación actual entró en vigor en 2007, cuando el Gobierno de Zapatero firmó un nuevo acuerdo con la Iglesia católica. Desde entonces el porcentaje del 0,5% del IRPF que se podía destinar a la ICR se elevó hasta el actual 0,7%. La jerarquía católica destinó a partir de entonces grandes inversiones (en torno a tres millones de euros al año) en campañas de imagen y publicidad para explicar el nuevo sistema de financiación.
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