La televisión en España pocas veces da espacio al debate entre ciencia y fe. Una excepción se produjo hace unos días en el programa
Es la noche de César, en Libertad Digital TV, donde el periodista y escritor
César Vidal entrevistó a
Antonio Martínez, que ejerce como médico oftalmólogo en León y es miembro de la Sociedad estadounidense denominada
Physicians and Surgeons for Scientific Integrity (PSSI), y a
Santiago Escuain, químico y traductor científico de profesión.
El tema de la entrevista era la presentación de las tesis del Diseño Inteligente, así como una crítica a algunas de las propuestas del neodarwinismo. Hay que recordar que en enero de 2008 hubo una polémica ante la oposición de algunas autoridades académicas a la exposición del DI por parte de Thomas Woodward en unas conferencias que se iban a celebrar en la universidad española.
En la entrevista, tanto Antonio Martínez como Santiago Escuain presentan los argumentos que les llevan a defender una tesis diferente al evolucionismo, partiendo de los estudios del profesor Johnson, autor del libro
Proceso a Darwin, cuyo trabajo da inicio al debate de los orígenes en el ámbito científico.
Antonio Martínez apunta que el evolucionismo “es una filosofía, una percepción de la historia del cosmos y de la vida. Darwin simplemente aportó, en teoría, un mecanismo para la evolución biológica. La evolución de los animales (decía Darwin) ocurrió por la selección natural. Esto en el siglo XIX, que no se sabía lo que era una célula, ni el ADN”.
“El evolucionismo en general y el darwinismo en particular no tienen una respuesta ni para el origen de la vida, ni para la diversidad de la vida ni para la complejidad de la vida” añade Escuain. “Lo que aparece en los libros de texto no tiene base experimental: es una fantasía. (...) El Neodarwinismo propone que las mutaciones al azar proporcionaron la complejidad para llegar hasta nosotros, pero esto es una entelequia. Las mutaciones o no producen nada o producen la muerte. Darwin no conocía las máquinas intracelulares, que son asombrosamente complejas”.
LA BASE DEL DISEÑO INTELIGENTE
@MULT#IZQ#47880@Explica Martínez que con
Proceso a Darwin se da comienzo a una presentación de teorías alternativas que parten de una idea fundamental: hay un diseño.
“La idea es que hay un diseño, que la vida responde a un diseño. No se encuentra ningún ejemplo de mecanismos que serían inútiles si no fueran perfectos, sino que encontramos un sistema complejo”, añade este oftalmólogo.
“De mi especialidad – continúa Martínez – comprobamos que el hecho de ver es algo increíble. Para que la luz llegue a la retina hace falta una cámara de fotos con unas lentes. Cuando un fotón de luz llega a una célula fotoreceptora, se activan una cascada de moléculas que hace que se abra un canal, entren iones y una corriente eléctrica. Si falta una sola de esas moléculas, nunca habría una célula fotoreceptora. El hecho de que el ojo pueda enviar una señal al cerebro depende de un sistema complejísimo que necesita de que todos los factores estén en su sitio en su momento. Es lo que se llama la complejidad irreductible. La célula está llena de esas máquinas que si falta una molécula, nunca funcionaría”.
La idea es que “estamos sustentados por información específica” y que “tenemos distintos escalones de complejidad, todo un sistema encadenado que si falla una parte, el todo se derrumba”.
DOS DEBATES DE ENVERGADURA
Para Martínez y Escuaín, hay en la actualidad “dos grandes debates” que van en paralelo. “Uno es azar o designio, el otro es continuidad de la vida o discontinuidad”. Para ambos la propuesta del Diseño Inteligente es “mucho mejor explicación que la que existe”, es decir, la darwinista.
“Es una hipótesis humilde pero es mucho mejor explicación para lo que existe y pretende ser una alternativa al paradigma en el que se mueve la biología. No hay que buscar 'escenarios'. En la vida hay apariencia de diseño porque probablemente haya sido diseñada”, afirma Escuain.
LA PROPUESTA Y SUS CONSECUENCIAS
El Diseño Inteligente no va más allá de decir que en la biología hay “una apariencia de diseño”, lo que en sí tiene unas consecuencias trascendentes.
Escuain lanza varias preguntas: “¿Puede haber algo accidental que pueda haber sido diseñado? ¿Cómo funciona la química, la biología? ¿Se pueden producir estas moléculas que encontramos en la vida o no? La respuesta es no. Los sistemas químicos y biológicos son totalmente distintos. La biología se basa en la información codificada y su interpretación. Los sistemas biológicos funcionan en conformidad con las leyes químicas y físicas. Pero estas leyes no explican la formación del sistema biológico”, defiende el químico.
Lo que apunta el Diseño Inteligente es, por tanto, que hay una obra de ingeniería en la vida. “Esto encajaría con una visión trascendente, pero no se tiene que personalizar en una deidad concreta”, afirma Martínez, y recuerda que “hay varios defensores del Diseño Inteligente agnósticos”.
DI Y FE CRISTIANA
Sin embargo, las tesis del Diseño Inteligente apuntan a un creador, por lo que ha sido habitual ver en los últimos años una alineación de muchos cristianos con estas tesis. Tanto Martínez como Escuain han llegado a esta conclusión, aunque “no por razonamiento científico que se pueda probar en laboratorio”, sino “por una aplicación de la lógica, del método histórico” que les lleva a afirmar sus creencias.
Esto “no es Diseño Inteligente”, sino “una conclusión posterior”, dice Martínez al expresar su fe. “Creo que Jesucristo, el que es Logos que describe Juan, es el creador. A nivel personal, creo que el creador nos habló en la historia en la persona de Jesús”.
Escuain comparte la misma fe. “Todos los códigos de la vida encuentran su correspondencia con el Logos que expresa Juan. Que un documento tan antiguo hable de esto así, y que nosotros somos en toda nuestra existencia una “palabra” que se desarrolla. El texto dice lo mismo que dicen las células del ser humano. Es un código intangible, unas instrucciones que van pasando de sitio a sitio. Somos fruto de esta palabra creadora”.
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