Unidad, reivindicación y celebración. El 5 de noviembre será recordado por los evangélicos en Cataluña y de toda España como un momento histórico. Más de 7.000 personas según los organizadores (5.500 según los cálculos de la Guardia Urbana) se unieron para reivindicar de forma festiva una “libertad de culto plena”. Familias enteras venidas de decenas de localidades de toda Cataluña vivieron juntas una jornada que no sólo lanzó un mensaje a las autoridades sino que demostró también que a la fuerza de su cantidad se añade la unión en el pueblo protestante, más palpable que nunca.
El gran lema que presidía el escenario colocado en la Plaça dels Països Catalans, frente a la estación central de ferrocarriles de Sants, mostraba un texto claro: “
Por la libertad religiosa plena”. Ésta fue la idea principal que hiló la jornada, y que se repitió en todo tipo de pancartas. Una reivindicación que debería ser un derecho fundamental de cualquier ciudadano, “no sólo de los protestantes”, como explicaron varios representantes.
Barcelona se convirtió en el punto de encuentro al que llegaron autobuses venidos de toda Cataluña. Las comunidades evangélicas de algunas regiones incluso habían creado puntos de encuentro en sus ciudades para llegar conjuntamente a la concentración. Las iglesias de la provincia de Girona, por ejemplo, trajeron en una flota de autobuses a más de 600 personas.
AMBIENTE FESTIVO
@MULT#DER#47234@A las 5 de la tarde, hora de inicio, aún se veían llegar a decenas de personas de las salidas del Metro y del tren, mientras muchos empezaban a desplegar pancartas de todos los tamaños. Un equipo de voluntarios de la organización repartía en los accesos a la plaza las letras de las canciones que se iban a cantar e informaban continuamente a asistentes desorientados e incluso a curiosos que se acercaban a preguntar por el motivo de que se juntaran tantas personas.
Los mensajes de las pancartas seguían en su mayoría el lema oficial de la concentración y
la palabra más repetida fue “Libertad”, escrita en todo tipo de colores y estilos.
Cuando el grupo de música preparado para la ocasión empezó a entonar las primeras canciones, las miles de personas añadieron sus voces con seguridad, cantando alternativamente en catalán y en castellano.
El ambiente fue festivo de principio a final, y en algunos momentos la concentración se convirtió en una gran celebración de alabanza a Dios, en pleno aire libre.
La llovizna estuvo presente durante todo el tiempo, pero poco parecía importar a los asistentes. La presentación del acto la hizo Jaume Torrado, miembro del plenario del Consell Evangèlic de Catalunya, que iría hilando todas las intervenciones.
LA IMAGEN DE LA UNIDAD
Uno de las momentos más impactantes llegó cuando 35 representantes de todo tipo de denominaciones y entidades protestantes salieron al frente para apoyar la lectura del Manifiesto. Estaban presentes mujeres y hombres líderes de Uebe, Fieide, Asambleas de Hermanos, Asambleas de Dios, Filadelfia, Betania, Anglicanos, IERE, Iglesias de Dios, Cecmavi, Uebc, Cime, Biblia Abierta, Metodistas, y Buenas Noticias. También representantes de la Iglesia adventista.
Se mostraba con ello
una unidad histórica que nunca se había podido ver tan claramente en Cataluña. De un lado al otro del espectro protestante, la imagen de los representantes cantando “Somos el Pueblo de Dios” juntos tenía un alto valor simbólico. Reivindicaban así la disposición a trabajar juntos para exigir “libertad plena” a las autoridades.
La concentración venía impulsada por la “Plataforma por la Defensa de los Derechos del Pueblo Protestante” y contaba con el apoyo incondicional del Consell Evangèlic de Catalunya, de FEREDE y la Alianza Evangélica.
En las semanas previas la concentración contó con la fuerza de la Asociación de Ministros Evangélicos de Cataluña, la Confraternidad de Pastores de Cataluña, el Comité Evangélico para la Inmigración de Cataluña, el programa televisivo “Nèixer de Nou” y el proyecto “Mi Esperanza”. En conjunto, se dio una imagen muy completa de “toda la iglesia de Cataluña”, como se dijo repitió en varios momentos del acto.
“NO PEDIMOS QUE SE NOS REGALE NADA”
El manifiesto se leyó dos veces: una en catalán, por Cesca Planagumà (presentadora del programa “Nèixer de Nou” en la televisión catalana),
y otra en castellano, por Julio Pérez (director y locutor de Onda Paz).
El texto empezaba destacando que los evangélicos “no pedimos que se nos regale nada, sólo libertad religiosa plena”. Por ello se hacía “un llamado a la sociedad para la solidaridad” con las iglesias evangélicas.
En referencia al clima tenso al que se ha llegado en Cataluña con la Reforma de la Ley de Cultos y el cierre de de iglesias, el comunicado recordaba que “hay posibilidades de solucionar estas situaciones, si hay un deseo por hacerlo” por parte de las autoridades.
Se recordó que “la fe es un experiencia personal, pero no por ello privada”, y que los intentos de limitar la expresión pública de las minorías religiosas atenta directamente contra los Derechos Humanos. En la misma línea, el manifiesto denunció que “la Ley de 1980 nos hace a los protestantes ciudadanos de segunda clase”, una situación que pese a las promesas de cambio, aún no se ha resuelto.
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El texto denunciaba también “la arbitrariedad” con la que a partir de ahora los Ayuntamientos podrían conceder o no permisos a los lugares de culto y en este sentido se pidió “neutralidad a todas las administraciones”. Y terminaba recordando que “sin libertad religiosa, no hay libertad”.
“NO VAMOS CONTRA NADIE”
A continuación,
Mariano Blázquez, secretario ejecutivo de Ferede, habló en nombre de los entidades evangélicas que representa del resto de España y empezó haciendo un símil con el mal tiempo diciendo que “reina un sol de justicia ante las nubes cotidianas”. Reivindicó a los evangélicos como “una opción de cristianismo vivo” que debe recibir “un lugar por parte de las autoridades”. Recordó que la concentración “no va contra nadie ni debería molestar a nadie”, pero que demuestra que los evangélicos quieren “escuchar y hablar”. La “dignidad del pueblo evangélico” no debe ser olvidada, argumentó Blázquez, entre otras cosas porque “somos un pueblo que hemos apoyado la democracia y la libertad”.
Jaume Torrado se dirigiría después más directamente a la propia comunidad evangélica para animar a los asistentes a que “cuando cierren una iglesia a partir de ahora, que sea como si cerraran la nuestra propia, porque debemos solidarizarnos los unos con los otros”.
Por último intervino
el secretario general del Consell Evangèlic de Catalunya. Guillem Correa recordó que los evangélicos tienen la vocación de estar “al lado de los que sufren”, y en este sentido recordó especialmente a aquellos que por la crisis económica se encuentran en el paro. Recordó que “nuestra esperanza está en Jesús”, y que por ello los evangélicos “son el pueblo de Dios”.
La concentración finalizó, ya caída la noche, con más música y un momento especial en el que se encendieron las velas que muchos habían traído de casa. La plaza se iluminó con centenares de luces (también de teléfonos móviles), mientras unos y otros acabaron en oración.
PRIMERAS VALORACIONES
Una vez dado finalizado el acto, el ambiente que se respiraba era de satisfacción por una concentración de unas dimensiones nunca antes vistas entre los evangélicos catalanes.
También entre los líderes presentes las caras eran de alegría y se podían ver muchos abrazos. Mariano Blázquez destacaba que la concentración había sido “muy equilibrada” y añadía que tras este acto de unidad era necesario volver al “diálogo con las autoridades”. En este sentido, argumentó que “no sólo se trata de leyes, sino de tacto y talante, por parte de los municipios y las comunidades autónomas”.
Jaume Llenas, secretario general de la Alianza Evangélica, por su parte, explicó que se llevaba “una sensación muy grata” al ver que “en Cataluña se defienden unas libertades que son las de todos”, no sólo de los protestantes. Guillem Correa se mostró “lleno de gozo” y “agradecido a Dios por la unidad del pueblo evangélico”.
IMPORTANTE PRESENCIA DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN
@MULT#DER#47234@Una importante cantidad de medios de comunicación estuvieron cubriendo el acto. En la zona habilitada para la prensa se pudieron ver las cámaras de Televisión Española, Televisió de Catalunya (TV3) y Barcelona Televisión, además de periodistas de algunas agencias de noticias como Europa Press, que entrevistaron a algunos de los líderes evangélicos presentes.
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