Aunque tradicionalmente la figura de Lutero ha sido vinculada a las iglesias evangélicas llamadas históricas, las iglesias pentecostales también arraigan su historia en el evento que recordamos cada 31 de octubre. El mismo día que, hace 494 años, Lutero clavó sus 95 tesis en las puertas de la iglesia de Wittenberg.
Para el pastor de la iglesia Celebración Cristiana Juan Carlos Escobar,
la Reforma es “un gran día de celebración” al que los evangélicos “nos acercamos porque es bueno aprender de la historia, apuntalando los fundamentos de nuestra razón de ser y también para no cometer los errores del pasado”.
En la entrevista concedida a Protestante Digital, el presidente de las Asambleas de Dios en España (FADE) hace un análisis sobre la situación histórica en la que se encontraba Europa y observa la vida y carácter de Lutero, una referencia ineludible que sigue siendo de ejemplo y desafío para los cristianos en la actualidad.
REFORMA PROFUNDA
“La Reforma nace en un entorno de descontento, de indignación”, explica Escobar al tratar el contexto histórico de la Europa del siglo XVI. Un tiempo en el que hay cambios “políticos profundos” con la definición de los Estados nacionales y el crecimiento de la burguesía, pero también un momento de descontento con los estamentos religiosos.
Escobar considera que
la Reforma fue “un balón de oxígeno” ante la situación de “opresión”, definida por “una mentalidad hermética que coaccionaba las libertades, y la gente estaba hastiada”. La clave estuvo en que la Reforma “trajo una proclamación, una luz acerca de la verdad, trayendo un cambio de mentalidad por medio de verdades bíblicas que desplazaron la mentira”.
En el día de la Reforma se señala al día en el que Lutero hace ver su disconformidad con ciertas prácticas de la iglesia que el monje consideraba ajenas a la enseñanza bíblica. En este sentido, el pastor considera interesante atender al proceso que Martín Lutero vivió.
UN HOMBRE CONMOVIDO POR LA VERDAD
Dice Juan Carlos Escobar que una de las mayores experiencias en la vida de Lutero fue “su encuentro con el Espíritu Santo, que iluminó su visión de las Escrituras”. El monje fue “conmovido” al comprobar el estado decadente de la sociedad. “Estaba disconforme con cómo iba la iglesia, los jóvenes, cómo no había temor de Dios. Eso le llevó a sentir que las vísceras de los cristianos estaban adormecidas. Ellos estaban oprimidos y se adentraban en un oscurantismo que les alejaba de lo que Jesús trajo”, explica Escobar.
Por eso, el encuentro de Lutero con las Escrituras es clave, porque “él ve que sola fe, sola gracia, sola escritura y solo Cristo era suficiente. Él nunca habló de cambiar de religión, sino de renovar la religión presente”.
Así, Lutero se enfrenta a unos estamentos que basan su poder en atenazar a la población con el temor. “La negativa a las indulgencias suponían su condenación al infierno. Entonces la única verdad que se conocía era desde el poder religioso y político, que era el mismo. Se le enseñaba a la gente a ser esclavos de la religión, y no siervos de Dios. Lutero ve que es necesario restaurar lo que había sido deformado”.
HISTORIA MUY VIVA
@MULT#IZQ#47061@La historia de la Reforma, sin embargo, no termina con Lutero. En realidad, tampoco comienza en él, sino que está en la misma Biblia, según explica Escobar. “En Isaías, se habla de edificar las ruinas antiguas, los escombros arruinados de muchas generaciones. Lutero trabajó para levantar lo que estaba arruinado, deforme. Si es la doctrina, o la familia, o el culto, la unidad”. Y
el llamado se mantiene hoy porque “la historia es cíclica. Cada cierto tiempo se dan los mismos problemas, y se necesita una renovación de valores”.
Un concepto que destaca de Jesús, que supo seguir Lutero, fue su amor por la verdad, recordando las palabras de Cristo “conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. “Podríamos decir que el día de la Reforma es el día de la libertad. La falta de libertad hace que la gente no disfrute de ciertos beneficios que Dios quiere para nosotros. Hay estructuras y mentalidades que nos lo impiden”, reflexiona el pastor.
“En su introducción a Romanos- continúa Escobar- Lutero dijo: 'Cuando venga Jesucristo, rendiré cuentas acerca de la verdad, si ésta la callé o la publiqué'. Debemos recuperar ese compromiso”.
UNIDAD Y RENOVACIÓN
Juan Carlos Escobar insiste en la necesidad de recuperar “la fidelidad a la verdad” que lleve a la iglesia a una Reforma auténtica. “Muchas veces lo que hacemos es innovar, no reformar. Lo que nos lleva a ir a formas novedosas que desplacen otras formas. Eso pasa con las denominaciones o formas de entender la iglesia. Pero no tenemos que confundir reforma con innovación”, explica.
“El campo evangélico está tan sesgado porque confundimos los términos”, añade Escobar. “Aquí se trata de un renovación. El Espíritu Santo quiere hacer fresca la fe en las personas y la experiencia con Dios”.
El pastor considera que
las estructuras son las que deben servir a las personas, y nunca al revés. “Algo que ya pasaba en la época de Jesús”, afirma Escobar, que recuerda el ejemplo dado por el maestro sobre los “vestidos viejos remendados con tela nueva”. “El vestido tiene que ser renovado: las estructuras, las herramientas institucionales están para proteger y honrar el cuerpo, que éste cumpla su función, nunca al revés”, explica el pastor.
Pero aún más importante, según Escobar, es la renovación interior de las personas. “Lutero, antes de cambiar el destino, hizo un cambio interno. Vio que el hombre era renovado. Jesús dice que el vino nuevo no se puede poner en odres viejos. Odres frescos, que se han hecho jóvenes. Dios nos invita a vivir una reforma interna para ver reformas externas”.
UN DESAFÍO PARA HOY
En este Día de la Reforma es necesario hacer un balance de la situación de la libertad religiosa en España. Para el presidente de FADE, estamos ante “una libertad incompleta” porque los acuerdos alcanzados “no se están llevando a la práctica”.
El pastor considera que
tanto el Estado como las Autonomías y los Ayuntamientos no están garantizando el cumplimiento de la ley, lo que va en perjuicio del pueblo evangélico. “Muchos de los que nos gobiernan se rigen por ciertos prejuicios, por formas de vernos que les hace que sean algo arbitrarios. Tienen que cambiar las formas de ver al pueblo evangélico”, agrega.
“No pedimos más que un respeto, nada exclusivo. Queremos que la ley se cumpla en todas las facetas. Estamos siendo agravados por una aplicación incorrecta de la ley”.
Esta reivindicación toma sentido en este día, pensando también en el desafío presente para la iglesia evangélica actual. “Espero que este 31 de octubre sea una oportunidad apara aferrarnos a la esencia de la Reforma: la Palabra que trajo libertad, y que tiene que ser liberada en nuestros conciudadanos. La esclavitud no es la externa que se ejerce sobre nosotros, sino la que está en el interior del hombre, ocasionada por nuestra rebeldía, con principios alejados de Dios, que tanto dañan nuestras relaciones, nuestro cuerpo, nuestra familia”.
Además, animó a que “hagamos una autocrítica que nos lleve al altar del arrepentimiento”. Y además “busquemos mantenernos renovados esperando una manifestación del evangelio” en España, “clara y contundente, transmitiendo la esperanza que tanto necesitamos. Que el 31 sea el día de la libertad, porque donde está el Espíritu de Dios allí hay libertad”.
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