El sabor de boca que nos han dejado los últimos 12 meses no es positivo. Empezamos a asumir lo que decían los economistas hace unos años: “Los que nazcan a partir de ahora no pueden esperar vivir mejor que la generación de sus padres”. La falta de fondos del Estado ha llevado a recortes que en España han dejado de apoyar a los menos fuertes justo cuando el desempleo se ha convertido en el principal problema para muchas familias. El Gobierno ha tenido que salir al rescate del sistema, y por el camino han quedado bastantes consecuencias: habrá menos ayudas, y más años de trabajo, hasta los 67.
El 2011 ha empezado con los ecos del año anterior, siguen resonando los rumores sobre la incapacidad de España de pagar sus deudas y salir de la crisis. Una crisis que según
Xesus Manuel Suárez, vicepresidente del Grupo de Participación en la Vida Pública de la Alianza Evangélica Española, ha obligado a “un cambio de modelo de mercado financiero, con un mayor control sobre los bancos”. Algo que confirma aún más que había “componentes de fondo éticos en esta crisis: la mentira de las hipotecas sobrevaloradas, la codicia”, opina.
Va en la misma dirección el análisis de
Maria Dolores Taengua, pastora en la iglesia de la Bona Nova, en Barcelona. La “injusticia y la codicia” han llevado a una “economía extremadamente liberal y carente de responsabilidad”. Si no se cambia la tendencia, será cada vez más difícil para el ciudadano medio el poder “vivir, y afrontar las deudas”.
Ha sido un año de “desengaño”, cree
Pedro Tarquis, director de Protestante Digital. Una desilusión que se da en las áreas del “dinero y el bienestar, por la crisis económica”, pero también “en la política, ante la actuación de los dos grandes partidos españoles”. Gobierno y principal partido de la oposición han destacado por su “falta de respuesta sólidas” a la situación económica y social. Pero esta falta de argumentos también se ha detectado en “leyes que afectan a la ética personal, y las libertades” por parte del Gobierno, y ante la corrupción interna en casi todos los partidos.
DOLOR COLECTIVO Y EL IMPACTO DE LA FE
A nivel internacional, nuevos desastres naturales llevaron consigo caos y un fuertes shocks, en 2010. Los terremotos en Haití y en Chile ocasionaron muchos dramas individuales, historias e imágenes que recorrieron el mundo, y que en gran parte ayudaron a despertar la solidaridad del resto de países. Pero como destaca Taengua, “los grandes obstáculos de protocolo administrativo e impuestos” dificultaron una vez más la ayuda, y las profundas heridas irán mucho más allá de lo que dure la atención mediática a las víctimas. Las personas seguirán necesitando apoyos básicos aunque el resto mundo pase a pensar en otras prioridades.
Un contraste al dolor de estos desastres fue la historia (narrada en directo a todo el mundo) del rescate de los 33 mineros chilenos que sobrevivieron bajo tierra durante más de tres meses.
José Henríquez, evangélico, fue el guía espiritual del grupo en todo ese tiempo bajo tierra. Cuando fueron rescatados contra todo pronóstico, una de las imágenes más impactantes fue la del versículo que llevaban todos los mineros en sus espaldas, mientras iban apareciendo sobre la superficie de la tierra: “Porque en sus manos están las profundidades de la tierra. Y las alturas de los montes son suyas. De Él es la honra y la gloria”, del Salmo 95:4.
POLÍTICA INTERNACIONAL
El año 2010 volvió a ser un año de oportunidades perdidas en relación al medio ambiente. Mientras que los ciudadanos y las empresas se conciencian cada vez más sobre la necesidad de hacer pequeños gestos para cuidar el planeta (reciclar, reducir los consumos industriales, comprar productos de baja contaminación, etc), las grandes potencias mundiales no parecen estar tan interesadas en invertir en la sostenibilidad.
Destacaron los pocos acuerdos importantes en las cumbres ecológicas, como la de Cancún. Suárez, en este sentido, considera alarmante “la incapacidad para llegar a acuerdos de mínimos” en políticas verdes, y se pregunta sobre el por qué de “la ineficacia de la propaganda ideológica de los grupos ecologistas”. Por los cambios insuficientes de gobiernos como el de China, Estados Unidos o la India, la crisis ecológica “acerca al planeta Tierra a un punto sin retorno si no se reacciona pronto”, constata Tarquis.
La caída de la confianza en Barack Obama, en su segundo año de mandato, también ha marcado el año. Los cambios prometidos (siempre difíciles en política estatal) no llegaron a la velocidad y en la profundidad que muchos esperaban del presidente de Estados Unidos. La tensión social ha crecido y el áurea de supuesto ‘mesías’ que algunos le atribuían, ha desaparecido. “Parecía que iba a ser el salvador de EEUU (y del mundo), y sin dejar de realizar políticas concretas positivas, finalmente se ha desinflado la ‘burbuja ideológica’ que se había creado”, observa Tarquis, que cree que todo esto refleja “que en el fondo la humanidad necesita un Mesías”, aunque lo busque en los lugares equivocados.
Mientras, los avances tecnológicos han llevado a nuevos nuevas preguntas. Facebook ha seguido creciendo, creando más dudas sobre la privacidad de las personas y marcando una cultura de compartir información personal de forma poco responsable que seguramente traerá consecuencias en los próximos años. Por otro lado, las filtraciones de secretos de Estado han llevado a una gran polémica alrededor de plataformas como Wikileaks. ¿Es lícito utilizar la red para dar a conocer informaciones comprometedoras, si es por una buena causa? ¿Quién decide qué es legal y qué no, en internet? ¿Dónde están los límites y debería haberlos? Estas son algunas de las preguntas sobre las que han debatido este año expertos y usuarios.
ESPAÑA: CRISIS SOCIAL
Volviendo a España, el año no sólo se definió por una crisis en lo económico. Los retrocesos también se han dado en otras áreas de la sociedad. Han sido doce meses de muchas protestas, de reacciones airadas a diferentes problemas. Ha habido manifestaciones de todo tipo, incluida una huelga general.
No han ayudado a la unidad algunas iniciativas del Gobierno español que en gran parte de la sociedad han causado la sensación de no haber sido llevadas adelante con un consenso ciudadano. Ha sido especialmente polémica la reforma de la Ley del Aborto, que entró en vigor el pasado Julio. La FEREDE (Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España), considera que “2010 será recordado como el año en que la muerte (o, si se prefiere, la interrupción de la vida), de un ser humano en formación, fue consagrada por primera vez en España como un derecho de otro ser humano”. Critica duramente, por tanto, que se haya dado “un triple salto cualitativo (¿mortal?), desde el punto de vista jurídico, ético y social”. La AEE (Alianza Evangélica Española) también se opuso claramente a las tendencias en materia de aborto y
presionó junto a otras instituciones para que se mantuvieran el derecho a la objeción de conciencia en las políticas a nivel del Consejo de Europa.
LIBERTAD DE CONCIENCIA: CRISIS PROFUNDA
Mientras, los cristianos en todo el mundo han notado cómo su libertad de expresión se ha ido reduciendo más y más. En
Nigeria, la explosión de graves enfrentamientos entre la mayoría musulmana del norte y los cristianos del sur han acabado con centenares de cristianos asesinados a machetazos. En
Irak, el caos de un país que no se recupera sigue afectando por partida doble a la comunidad cristiana, que se siente totalmente desprotegida por un estado que no funciona. El caso de Asia Bibi, la protestante condenada a muerte por resistirse a aceptar el Islam ha demostrado que en
Pakistán la libertad religiosa no existe, pese a la presión internacional. En
Egipto, el ataque a una iglesia en la que se celebraba el fin de año, acabó con más de 20 muertos y demostró la intolerancia consentida por un gobierno que no se esfuerza en proteger a las minorías religiosas. A estos casos más destacados se añaden las muchas regiones del mundo en las que ser cristiano es un estigma que cierra puertas socialmente a los que viven su fe, y les condena a la marginación.
Un caso excepcional, en 2010, y que tocó muy de cerca en España, ha sido la represión contra los cristianos extranjeros en
Marruecos. En marzo, la
Alianza Evangélica Española ya denunciaba que “se ha realizado en Marruecos un esfuerzo coordinado para que cristianos de distintas nacionalidades (surcoreana, brasileña, holandesa, surafricana, canadiense, egipcia, inglesa, neozelandesa, estadounidense, venezolana y nigeriana) residentes en distintos lugares del país fueran interrogados y expulsados en 24 horas bajo falsas acusaciones de proselitismo, sin tener siquiera derecho a defenderse legítimamente en un procedimiento judicial previo”. En las siguientes semanas fueron echados del país decenas de creyentes que trabajaban en orfanatos, escuelas, ong’s, etc. Entre ellos,
varios españoles que recibieron no sólo el apoyo de las iglesias evangélicas de aquí, sino también de diarios y televisiones, que en muchos casos denunciaron las expulsiones injustificadas. Por lo que se refiere a los evangélicos marroquíes, los del propio país, siguieron siendo “acosados y perseguidos”, opina la FEREDE.
EUROPA TAMBIÉN TIENDE A SILENCIAR LA FE
La sensación de falta de libertad no sólo se ha dado en países controlados por regímenes sin garantías democráticas. En Europa también ha crecido en 2010 la incomodidad de muchos creyentes que notan como el aire se vuelve más espeso cuando hablan en público de su fe.
“Para mí dentro y fuera de España me preocupa la libertad de expresión”, opina Pedro Tarquis. Como ejemplo de la pérdida de libertad de expresión destaca “la ideología en este sentido del lobby gay, que quiere prohibir por homófoba la libertad de expresión contraria a sus ideas, en España, Europa y resto del mundo”. Un recorte al derecho a opinar que también sucede en otros ámbitos, como en “la jerarquía católica, en el caso de la pedofilia, cuyo mayor culpa no es el pecado, horrible de por sí, sino el encubrimiento”.
Lo políticamente correcto parece estar definiendo cada vez más los temas sobre los que se puede opinar con libertad, y en qué sentido. La laicidad se ha ido tergiversando para acallar cada vez más, de forma sutil, a los que quieren incluir su fe en el diálogo social.
El Reino Unido es un ejemplo de cómo la presión de los medios de comunicación y las estrategias políticas han llegado a silenciar a quienes quieren expresar públicamente la fe sobre la que el país (y el continente entero) ha basado su moral durante siglos. Como han denunciado organizaciones como el Christian Institute e incluso el
Gobierno de los Estados Unidos, la tendencia a arrinconar la fe cristiana al ámbito de lo privado ha crecido. Quien expresa la visión de la vida cristiana en su lugar de trabajo o en el ámbito político es considerado como un ciudadano incómodo.
“PASOS ATRÁS” DE LA LIBERTAD RELIGIOSA EN ESPAÑA
En España, “no fue un año especialmente bueno”, tampoco, “desde el punto de vista del avance en la libertad religiosa”, opina la FEREDE. Destaca “el fracaso del Gobierno en sacar adelante la anunciada reforma de la Ley de Libertad Religiosa”, que “no sólo tiene un precio político, sino que supone un paso atrás” en cuanto a la libertad de conciencia que protege la Constitución.
Muy preocupante ha sido el cierre de muchas iglesias evangélicas en España, por motivos discutibles. Dice FEREDE que “decenas de expedientes de cierre de lugares de culto son, en buena medida, consecuencia directa de esta carencia”, la falta de una ley que garantice y ordene la libertad de culto en España.
VISIBILIDAD SOCIAL DE LOS EVANGÉLICOS
De las relaciones de las iglesias protestantes con el Gobierno, destacan en positivo la visita de Geoff Tunnicliffe, secretario general de la Alianza Evangélica Mundial, que fue “un momento importante” para hacer visible “la presencia evangélica a la sociedad y al Gobierno”, según la AEE. Tunnicliffe fue recibido por el Gobierno, a través
del ministro de Justicia, en febrero.
La FEREDE destaca, además, la visita del ex presidente de los Estados Unidos,
Jimmy Carter, que asistió a la inauguración del nuevo edificio de una iglesia en Terrassa (Barcelona). Otro punto álgido del año según FEREDE fue que a través del Consejo Evangélico de Madrid comenzó a funcionar el servicio de Capellanía evangélica en el aeropuerto de Barajas, en la T1 y en la T4, “lo que supone un hecho histórico desde el punto de vista de la normalización religiosa”.
También celebra FEREDE que en este año Diaconía (la “Cáritas protestante”) fuera admitida como miembro en la Plataforma de Voluntariado de España (PVE), “un gran avance para la visibilidad del trabajo social evangélico en nuestro país”. Además, en 2010 se anunció que un español, Francisco Portillo, será el nuevo Secretario General de la Federación Internacional de Iglesias Libres.
CT 2010: SUDÁFRICA, CENTRO DE ATENCIÓN
Un evento difícil de olvidar, recuerda Taengua, fue el mundial de fútbol. Era el primero que se celebraba en tierras africanas, y fue el primero que ganó España. La euforia en las calles fue para los aficionados al fútbol una buena razón para olvidar las situaciones del día a día. También en África, destaca también para Taengua la liberación de los tres cooperantes catalanes, secuestrados en Mauritania cuando se dirigían a realizar ayuda humanitaria. Explica por ejemplo como en su iglesia “se estuvo orando por ellos”, y cómo se comunicó esto por carta a la propia ONG.
También en Sudáfrica se dio otro evento internacional de mucho impacto. Unos 4.200 delegados de un total de 198
países participaron en el “III Encuentro de Lausanne”, en Ciudad del Cabo, el pasado octubre. El objetivo fue enfocar a toda la iglesia en la evangelización del mundo, en los nuevos contextos y retos siglo XXI. Veinticinco delegados representaron a las iglesias españolas en este largamente esperado encuentro.
YA VIVIENDO EN EL 2011…
Pasaron los doce meses con el auge de nuevas problemáticas y desafíos globales. La sociedad ha marcado tendencias que seguirán en 2011, condicionados por una economía que no parece recuperarse. En 2010 hubo como siempre, contrastes: sucesos graves que han convivido con muy buenas noticias.
Ahora, con el nuevo año ya en marcha, temas nuevos pasarán a tomar protagonismo, pero el término ‘crisis’ seguirá siendo dominante en muchas áreas de nuestra sociedad. De lo que se espera para 2011 hablaremos en un nuevo artículo. Eso sí, sea lo que sea que pase en los siguientes 12 meses, la esperanza cristiana parece que puede ser clave para llevar un efecto renovador a una sociedad desencantada.
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