"Ronaldo ha sido como un padre para mí desde que llegué a la selección de Brasil en 2002. En aquel Mundial ya era como su hijo pequeño, me cuidaba siempre", dijo Kaká, en una entrevista con el diario AS.
"Por eso le tengo un cariño especial y me ha ayudado a tomar esta decisión de fichar", contó el brasileño, quien seguirá con su trabajo y tampoco jugará este sábado ante Juventus, por la Copa de la Paz, pues debutaría el 7 de agosto en Toronto.
Kaká comenzó ya a entrenarse con el Real Madrid a las órdenes de Manuel Pellegrini esta semana. El brasileño, de 27 años, se mostró "feliz" por estar en el club "merengue", en el que espera "importantes conquistas" y contó que el día de su multitudinaria presentación en el Santiago Bernabéu, el mítico Alfredo Di Stefano comparó ese espectáculo con una final en el estadio Maracaná. "Sólo me comentó que, por la gente que fue a recibirme, el Bernabéu parecía Maracaná el día de una final", aseguró.
ZIDANE
Kaká reveló que rechazó usar el número 5 que vistió Zinedine Zidane y que le fue ofrecido por Real Madrid porque en Brasil ese número es "más de un jugador defensivo, como el ´5´ argentino. Así que preferí quedarme con el ´8´, el número que llevé en mis comienzos en el Sao Paulo".
"Zidane -dijo luego- es una leyenda del fútbol, de la historia mundial tanto con Francia como con el Real Madrid. Pero él está en otro nivel porque ya ha hecho historia a lo largo de su carrera deportiva".
"Yo todavía no he llegado a eso. No me incomoda la comparación, es algo normal. No es la primera vez que me pasa. En todos los lugares a los que fui y comencé a jugar me compararon con él. Aquí en el Madrid espero tenerlo como ejemplo y hacer historia como él en el Bernabéu. Para mí sería lo más importante", completó Kaká.
LA FE DE KAKÁ
En cuanto al muchas veces nombrado
accidente de la piscina que estuvo a punto de dejarle paralítico con 18 años, explica que “fue otro momento muy difícil en mi vida. Yo pertenecía al filial del Sao Paulo. En 2003 vi tres tarjetas amarillas y me quedé fuera del siguiente partido. Entonces me fui a casa de mis padres a pasar unos días. Me zambullí en una piscina, toqué con la cabeza el fondo y me torcí el cuello. En ese momento me sentí muy dolorido, pero conseguí salir por mí mismo. Me sentí algo mareado y me tumbé en el suelo. Me pasé la mano por la cabeza. Estaba sangrando. Me llevaron al hospital y me hicieron todo tipo de pruebas y radiografías, pero no tenía nada en la cabeza. Volví a Sao Paulo, me entrené durante tres días, pero seguía sintiendo muchos dolores en el cuello.
En ese momento tan complicado, explica Kaká, fue otra vez al médico, que le volvió a examinar de manera más exhaustiva. Le dijo que fue un milagro que no quedara paralítico. Tenía una vértebra fracturada. “La verdad es que tuve mucha suerte”.
Sin embargo,
niega que esos acontecimientos fuesen la causa de su fe en Dios. “No, ya era muy creyente antes de que pasase todo eso. No es cierto eso que cuentan algunos de que me convertí a partir de ese suceso. Yo crecí en una comunidad evangélica. Mis padres me enseñaron y educaron leyendo la Biblia. Para mí Jesús es fundamental en mi vida. Es parte de mi vida diaria en cada momento”.
Dice que habla mucho con Dios, y que le responde. ¿Cómo? “Cuando pregunto él me responde. Hace razonamientos muy personales y muy directos. Para todas las cosas que hago pido consejo a Dios. Todo está encaminado de esa forma y yo creo que si hoy estoy en el Madrid es por la voluntad de Dios”.
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