Esto se traduce en que, dentro de los contenidos para Secundaria Obligatoria (ESO), el epígrafe «Relaciones interpersonales y participación», incluye como novedad el apartado «La familia y sus distintos tipos». La iniciativa parlamentaria aprobada el 21 de junio para establecer medidas de reconocimiento de la diversidad afectivo sexual -la homosexualidad y la transexualidad entre otras- en el sistema educativo parece el detonante del cambio.
SIN IMPOSICIÓN NI INTROMISIÓN
El secretario general de Educación, Alejandro Tiana, insiste en que se trata de un borrador susceptible de modificaciones y niega una «imposición de criterios morales». No obstante, advierte de que los contenidos son para estudiantes mayores de 12 años y resalta la necesidad de «analizar la realidad social en la que viven los alumnos donde existen varios tipos de familias, monoparentales, biparentales...», pero «este análisis -asegura- no es intromisión ni imposición». Asimismo, indica que las autonomías y los centros podrán elegir los textos acordes con sus principios porque se trata de contenidos mínimos y el Ministerio no impone los libros.
Con todo, la propuesta ha suscitado severas críticas. Así, el Foro Español de la Familia (FEF) considera que «se confirman los peores temores», ya que la propuesta «supone la utilización expresa de esta asignatura para transmitir a los escolares españoles la ideología de género del Gobierno en contra de la voluntad de los padres». El vicepresidente del FEF, Benigno Blanco, denuncia que este intento de imposición «viola» el derecho constitucional de los padres «a decidir en libertad las convicciones morales o religiosas que quieren en la educación de sus hijos».
Ante estos hechos, el Foro propone a todos los padres de familia españoles que, «en nombre de la libertad, ejerciten el derecho de objeción de conciencia y se nieguen a que sus hijos asistan a las clases de Educación para la Ciudadanía». A la pregunta de en qué se fundamenta esta sugerencia, Blanco resalta que «aunque no exista una ley específica para la objeción de conciencia, se ha sentado jurisprudencia» al respecto por el Tribunal Constitucional, «Desde su sentencia sobre la ley del aborto ya ha establecido que el derecho a la objeción de conciencia forma parte del derecho a la libertad ideológica y religiosa reconocida en el artículo 16 de la Constitución», concluye.
Además, desde la organización familiar se proporcionará a los padres que lo deseen el asesoramiento jurídico necesario de forma gratuita para defender su derecho a formar la conciencia de sus hijos. La Confederación católica de padres Concapa, que desde el principio se ha mostrado muy beligerante con la asignatura de Educación para la Ciudadanía, mantiene planteamientos similares a los del Foro de la Familia y destaca que el borrador confirma sus sospechas de «intromisión en cuestiones morales». Su vicepresidente, José Manuel Martínez, no descarta recurrir a la objeción de conciencia contra «esa intromisión».
FERE-CECA, DEFRAUDADA
La Federación de Religiosos de la Enseñanza-Centros Católicos (FERE-CECA) fue llamada por el Ministerio a participar en las sesiones para elaborar los contenidos de la asignatura. Ante la última redacción anuncia que si se mantiene así el texto, «nos replantearemos nuestra posición sobre la asignatura», porque «esto rompe toda la negociación y el acuerdo de no introducir elementos perturbadores». Para el secretario general de FERE-CECA, Manuel de Castro, la sola mención de «la familia y sus distintos tipos» constituye el reconocimiento de que cualquier modalidad de unión es un matrimonio y constituye una familia. Y eso no es indiferente sino aberrante».
La Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE) se muestra sorprendida con el proyecto y critica que la evaluación de Educación para la Ciudadanía se rija «por el criterio subjetivo del profesor que la imparta». Su presidenta, Isabel Bazo, recuerda que el Consejo Escolar del Estado rechazó en su día esta materia y anuncia que sus centros editarán sus propios libros de texto.
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