Global.Radio, 1 semana de unidad

La unidad siempre es motivo de debates, propuestas, metas y diferencias. En ONGs, entidades políticas, religiosas y proyectos de todo tipo.

Desde un punto de vista cristiano, es frecuente confundir unidad con la institución.

Le ocurrió al pueblo judío que pensaba que la unidad del Dios único residía en el Templo de Jerusalén y el culto que a su alrededor se generaba.

Le ocurrió a la Iglesia Católico Romana en torno al Vaticano, su historia, tradiciones y Magisterio.

Le puede ocurrir a cualquiera.

Pero Dios nunca queda atrapado en ninguna institución ni proyecto. Es un Dios vivo, todopoderoso, que no necesita a nada ni nadie. Y si cuenta con los seres humanos no es por necesidad suya, sino por el simple hecho de que nos ama.

Por eso cuando surgen proyectos inusuales que rompen los moldes e intereses institucionales como Global.Radio, con el ánimo de edificar entre un grupo de personas con larga trayectoria en la radio una emisora común, hay que entender que esto va más allá de lo habitual, lo que vemos a menudo en las peleas de poder en los partidos políticos tanto a nivel interno como externo (por poner un ejemplo).

Logo de Global.Radio / Marina Acuña

Tras una semana desde su inicio, con el desafío siempre de mejorar, podemos decir que tenemos una radio en internet de gran calidad, que en su conjunto desea transmitir y refleja la unidad y la visión del cristianismo evangélico en nuestra sociedad, nuestra cultura y nuestro tiempo. Arraigados en la Palabra. En lo esencial unidos, en lo secundario diversos.

Como cualquier otro proyecto puede desviarse. Nada asegura la unidad sino el propio deseo de reconocerla, ya que quien la construye es Dios mismo. A nosotros nos corresponde sólo adherirnos a ella, lo que exige someter voluntades y hacer prioritario lo que realmente lo es.

Queda mucho camino, pero desde aquí nuestro asombro feliz por este inicio esperanzador, nuestro deseo y trabajo por mantener la brújula del corazón, el timón de la voluntad, y las velas tendidas al Espíritu, para que este sueño hecho realidad permanezca y se prolongue… hasta donde Dios quiera.

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