Algo que caracteriza nuestra realidad como evangélicos en España es la atomización y el trabajo aislado de cada una de las iglesias y organismos. Aunque las denominaciones representan un área de trabajo colectivo entre iglesias de una misma denominación, y aunque existen entidades federativas en las que hay muchos colaboradores, seguimos teniendo un programa muy disgregado, en el que no se aprovechan las oportunidades de hacernos más fuertes al trabajar juntos y poder así emprender proyectos de mayor calado.
En Protestante Digital y la Alianza Evangélica
creemos que es positivo y multiplicador el visibilizar la unidad a través del trabajo en red. ¿En qué consiste este tipo de trabajo? Consiste en ir tejiendo relaciones, aprendizajes, complicidades, avanzando de nudo en nudo entre individuos, iglesias y organismos que trabajan en un área determinada, para crear un espacio abierto y diverso al que puedan irse añadiendo otras iniciativas, por ejemplo, poniendo en un mismo espacio, en una misma comisión de la Alianza, a los departamentos de jóvenes de las distintas denominaciones y a los organismos que trabajan con jóvenes. No se pretende crear una red para “atrapar” a nadie, sino invitar a todos a construir la red misma. Son protagonistas activos y no asistentes a algo ya montado.
La red pretende crear estrategias conjuntas que supongan una ventaja a la situación que tenía cada uno de los miembros antes de cooperar juntos. Si los evangélicos en España queremos llegar más allá de nuestras propias fuerzas tenemos que aprender a asociarnos. Estos tipos de asociaciones pueden ser muy diversos, desde compartir locales entre varias iglesias, tener entre varias iglesias una obra social que alcance a musulmanes, compartir recursos de predicación o enseñanza, compartir ministerios evangelísticos, realizar proyectos conjuntos entre organizaciones con objetivos complementarios etc.
La red no tiene sentido para sí misma, sino por causa del trabajo que realiza hacia fuera de ella misma. No se trata sólo de estar juntos y de conocernos mejor, sino que tenemos un proyecto común y ese proyecto es el que da sentido a la propia red. Cada cual aporta a la red lo que le es más propio y de lo que más sabe, de esa forma conseguimos tener un grado de conocimiento y experiencia del que careceríamos por separado. Tenemos que respetar y aprovechar nuestra diversidad porque ella es nuestra fortaleza. La diversidad de los evangélicos significa que cada uno de nosotros tiene un énfasis propio que es necesario para el conjunto.
Nuestras diferencias no forman parte de nuestras debilidades, sino que forman parte de nuestra esencia, algo previsto y usado por el Espíritu Santo. Lo que puede impedir al Espíritu su acción no es nuestra diversidad, sino nuestros enfrentamientos a causa del protagonismo que cada uno pueda querer lograr.
Aprendiendo a trabajar juntos podemos multiplicar la capacidad de alcance de nuestras congregaciones y organizaciones. Es por ello que la Alianza Evangélica Española y las Alianzas en casi cada país del mundo se convierten en una herramienta de una utilidad que difícilmente es posible sobreestimar. En la Alianza cada uno mantiene su propio carácter, su autonomía y sus características, mientras, a la vez, aporta algo que el resto del Pueblo de Dios necesita. Somos un Cuerpo en Cristo en lo espiritual, pero además debemos aprender a trabajar juntos y a hacer visible esta unidad.
Cada uno de los miembros de la Alianza está realizando una aportación de mucho valor en esta labor y hace posible que continuemos adelante en esta tarea para la gloria de Dios.
Jaume Llenas
Secretario general de la Alianza Evangélica Española
Adaptado con permiso de la revista Idea
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