Pregunta.- ¿Dónde comienza tanta violencia como estamos viviendo?
Respuesta.- Creo que se halla en el hombre mismo. Dicha violencia se ha visto a través de Freud como instinto, pues, para él, existen en el hombre dos instintos primarios, el uno es
eros y el otro
Thánatos, amor y destrucción (muerte). Esto hace del hombre un ser destructor por naturaleza. En la Biblia, a la violencia se la llama
pecado y a
Caín se le conoce como el primer violento de la historia de la humanidad.
Hace ya tiempo que se habla de que estamos en una “
sociedad cainita” para referirse a una sociedad violenta. Desde la Antropología y la Teología, pues, se llega a una misma conclusión:
el hombre es un ser violento. Aunque permíteme aclarar, que en la Biblia, no se enseña que la violencia sea producida por un instinto (animal) sino por la voluntad del hombre, ejercida desde la libertad o libre albedrío que posee. Es una cuestión de índole espiritual, o racional, no animal.
P.- ¿Qué piensas acerca de esta sociedad donde emerge cada vez más la violencia?
R.- Creo que entre las apreciaciones posibles que se pueden hacer, sobre todo, considero que estamos ante una sociedad donde cada vez más abundan los
“anomos”, esto es, personas que no quieren estar bajo ninguna ley. Esto dificulta la convivencia y crea muchos problemas. Pienso que esta sociedad es a la que se refirió Jesús cuando profetizó sobre el tipo de sociedad que habría en los últimos tiempos, esto es, una sociedad generadora de
maldad (anomia)
Mt.24:12. Sociedad donde aumentan los anomos, que no quieren estar, como antes he dicho, bajo ninguna ley aunque ésta sea aceptada democráticamente por la sociedad, o venga de Dios mismo. Esta sociedad, según el texto profético del apóstol Pablo, genera tiempos
chalepos (duros, difíciles, malos,
peligrosos 2ªTm.3:1-4). La causa que engendra dichos tiempos peligrosos se encuentra en los tipos de hombres que configuran dicha sociedad. En todos los adjetivos calificativos que usa Pablo para describirnos esa sociedad escatológica está presente, de forma inequívoca, la violencia. Estamos por lo tanto ante una sociedad donde galopa la inmoralidad y la increencia, en su más noble sentido y, como consecuencia de ello, falta de valores que hacen posible vivir (dentro de la imperfección e inclinación al mal en el que estamos atrapados) en sociedad con un grado de paz lo suficientemente grande como para disfrutar de esta vida.
P.- También hay determinadas políticas y gobiernos que llevan a la violencia ¿no crees?
R.- Sí,
existe la violencia llamada estructural o institucionalizada, esto es, la llevada a cabo por gobiernos que ejercen una política injusta sobre los más pobres, débiles e ignorantes de la sociedad. Este tipo de injusticia se da tanto en los llamados países “cristianos” como “islámicos”, en gobierno de “derechas” y de “izquierdas”. Creo firmemente, que el problema no radica en lo que enseñan los textos sagrados de las religiones ni las constituciones de los pueblos.
Ningún cristiano puede justificar la violencia apoyándose en Cristo, ni ninguno que profese la fe en el Corán podrá justificar la muerte de los inocentes Al-Qur´an 5:32. No obstante, como ocurre en política, los hombres se inventan interpretaciones de la ley que muy poco tiene que ver con lo legislado, y hablan y actúan en nombre de Dios y lo instituido por los hombres, para llevar a cabo sus propios intereses, lo cual es una violación, una iniquidad que los profetas bíblicos denunciaron hasta la saciedad de parte de Dios. Invito a que se lea tan solo
Isa.58:1-10 y Miq.3:1-12, para comprobar esto.
P.- Estamos en medio de esta sociedad violenta, ¿cómo debemos actuar y responder?
R.- Creo que nunca hay que responder con violencia (ojo por ojo). Yo como cristiano estoy llamado por Cristo a envainar la espada;
la espada engendra violencia. Sin embargo, el diálogo puede engendrar, pactos, concordia, paz. Cuando esto no es posible a través de la respuesta pacífica, el deber de defenderse por medio de leyes justas las cuales excluyan la violencia y la muerte contra los agresores, pero que se impongan sobre estos, es un derecho divino y humano que hay que usar. Se impone pues, la
aceptación de un Derecho o internacional, democráticamente creado, que piense en los agredidos y los agresores, con el fin de ayudar a paliar tanta violencia.
P.- Entonces, ¿podemos hablar de una causa específica que genere la violencia terrorista?
R.-No, creo que la violencia de todo tipo, contemplada en su máxima dimensión en las acciones terroristas,
no es fruto de una sola causa o factor. Las causas o factores a los que he aludido en mis respuestas anteriores, son generadoras de violencia, esto es: el factor antropológico, el factor anomos, el factor ético, religioso y político. Todos ellos y otros más que no he citado, son la causa de la violencia que se ha dado en el mundo a través de la historia y que ahora por la tecnología que tenemos y usamos, se muestra ante nosotros extremadamente aterradora.
P.-¿Entraremos en una época de inseguridad real y anímica en el mundo?
R.- Sin duda alguna, si no cambiamos de actitud y comportamiento. Somos la sociedad que la Biblia profetiza: tecnología punta, degeneración de valores y como consecuencia del materialismo y de la falta de ética, estamos ante una sociedad violenta que origina miedo, dolor e inseguridad.
P.- ¿Qué se puede hacer ante esta realidad?
R.- Creo que además de lo que he mencionado, y sobre todo, considero que
es tiempo que el hombre se plantee el volver a Dios a través de una conversión genuina, ya que esto, amén de la promesa de vida eterna, enriquece al hombre en valores y dones que emanan de Dios, los cuales hacen posibles una sociedad más igualitaria, solidaria, tolerante, justa y pacífica, aquí y ahora. Sería bueno también que en las reflexiones y análisis que se llevan a cabo por los gobiernos de este mundo se tuviesen en cuenta lo revelado por Dios, en la Biblia,
en materia escatológica.
P.-Sabes lo que es perder a un hijo en un accidente originado por un conductor bebido ¿Como persona y pastor, qué consuelo y directrices darías a quienes han perdido a un ser querido de esta forma terrible?
R.- Además de todas las indicaciones generales que se están difundiendo por personas y profesionales competentes, añadiría algunos consejos.
El primero, que no busquen una razón a lo ocurrido, que eviten la culpabilidad.
También es importante perdonar en el sentido de no acumular sentimientos de venganza, sino dejar la justicia en manos de Dios y las autoridades civiles.
Es fundamental que confíen su vida a Dios para que reciban un consuelo real de parte de El a través de su Espíritu y su Palabra.
Que miren a su alrededor y vean que hay otros que le necesitan.
Por último, es importante que las personas más cercanas le muestren mucho amor y cariño, y que los profesionales que estén cerca de ellos les transmitan ánimo y confianza. Podría seguir, pero cada persona es un mundo muy particular y hay que saber ser sensible a su situación personal para aplicar los consejos adecuados.
P.- Y para terminar…
R.- Creo que por encima de todo lo que ocurre en el mundo
existe un mensaje de esperanza; y es que Dios sigue insistiendo en abrir sus brazos para acogernos e intervenir no sólo en nuestra vida personal sino también en nuestro ámbito social. Esto hace que podamos mirar el futuro y la eternidad, de una manera confiada y optimista, por encima de tanta violencia y terror.
Con esta luz de esperanza en medio de las penumbras encendidas tras el fogonazo del terrorismo y la violencia que inició el 11S, cerramos esta entrevista
(Manuel Espejo es Presidente y fundador del movimiento Asamblea Cristiana en España)
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