Reyes, católicos, de España

Evidentemente apoyamos el derecho de los padres (de cualquier padre) a educar a su hijo o hija en sus creencias religiosas, fuesen las que fuesen Lo que sí nos plantea una más que interesante pregunta es el hecho de la presunción, no de inocencia, sino de catolicidad de quienes son o van a ser los reyes de España. Y esta presunción se ve en dos simples aspectos que pasamos a analizar.

El primero, lo imposible de la simple e imaginaria posibilidad de que acceda al reinado una persona que no sea de fe –al menos teóricamente- católica. De hecho, supuso un serio problema en la relación del -entonces soltero y sin compromiso- Príncipe de Asturias con la protestante escandinava Eva Sannum. Más de una autoridad católica se rasgó las vestiduras ante la posibilidad de que una protestante accediera al trono de España. ¿Se imaginan una infanta española que no fuese bautizada en la pila católica? ¿Una princesa -¡o Reina!- que no asistiese a misas y procesiones? ¿Y que enseñase esto a sus hijos? Inimaginable, ¿verdad? En España continúan en plena vigencia que sólo existan los Reyes Católicos. Tanto monta, monta tanto, la realeza como el episcopado.

El segundo es la acostumbrada reacción de los medios de comunicación. Dejando a un lado la siempre variable “prensa rosa” y la nunca cambiante “prensa católica”, es evidente que hasta los medios más ferozmente laicos han dado una amplia, y positiva, cobertura al hecho del “bautismo” de Leonor.

Indudablemente es noticia cualquier acto de la Casa Real. Pero no por ello deja de chocar que quienes suelen restringir la importancia o repercusión de la fe a lo más íntimo; los mismos que no dan dos líneas al hecho religiosos si no es para denostarlo; otorguen páginas y fotos a un hecho religioso familiar de lo más católico y poco racional (lo es, desde luego, que un niño sea ya católico de por vida, sin su consentimiento ni voluntad, por el simple hecho de aplicarle un determinado rito).

En definitiva, se convierte al hecho del bautismo religioso de una niña sin uso de razón en un fenómeno social de la máxima relevancia social. Por citar una situación opuesta, esto no ocurre con el importantísimo hecho de que Martin Luther King fuese un pastor protestante como factor primordial en su inmensa acción social a favor de sus hermanos negros (algo que siempre se obvía en los medios españoles, incluso en las fechas claves de su figura). Aquí el Factor R (religioso) carece de toda importancia para los mass media según ciertos factores culturales a todas luces absolutamente subjetivos e injustos.

En definitiva, que como bien dijo Cervantes en la inmortal obra, en España con “la Iglesia (de Roma) hemos topado”, y en ese tramo nos hemos quedado atorados en España. Por mucha democracia, postmodernidad, laicismo y realeza moderna que tengamos en nuestro país.

APOYO MULTIMEDIA:
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