Gracias por su voz

La voz de aquellos con los que coincidimos y de quienes nos diferenciamos. De los intelectuales y de los sencillos. De los que tienen el poder y de los que no lo poseen. De los pobres y de los ricos. De los creyentes y de los incrédulos. De los que están y de los que pasan.
Nadie queda fuera de este foro, salvo quienes se autoexcluyen por no aceptar sus normas. Evidentemente marcamos una línea que es la identidad propia de Protestante Digital. Mejor dicho dos líneas, ya que es un camino con dos márgenes o límites. Y evidentemente potenciamos todo aquello que creemos que se ajusta más a la dirección ideal que queremos llevar. Pero esto no quita, insistimos, que todo aquel que quiera transitar con el básico respeto por él pueda hacerlo y le ayudemos a acompañarnos.
Nunca nadie será tan poderoso (¡ni siquiera nosotros mismos, los que dirijimos esta publicación!) para no ser criticados. Nadie será tan débil que no tenga voz y espacio a sus ideas.
Siempre habrá medias sonrisas o cejas que se levantan, dudando de que esto sea así. Pero aseguramos con letra firme y clara que la revista la hacemos todos. Muchas cosas hemos cambiado porque entendíamos que no habíamos acertado. Otras, a pesar de pensar que teníamos razón, porque hería sin ningún efecto positivo o constructivo. Siempre gracias a su voz, y a las voces de quienes nos aconsejan.
Pero, afirmamos de nuevo, siempre seremos su voz. No lo dude. Estará reflejada de alguna forma, en alguna idea, en algún artículo, en una carta, dentro de una noticia.
Porque una de las experiencias más gratas de confeccionar y trabajar en esta revista es que nada está escrito cada vez que comienza un nuevo número. Y aún aquello que imaginábamos ha ido cambiando –con el tiempo- por encima de nuestras propias ideas previas, para descubrir que la publicación, aunque con timón y velas, tiene vida propia y elige a veces corrientes que nunca hubiésemos imaginado.
Gracias por hacernos llegar su voz. Es muy importante para nosotros.