El silencio en medio del sufrimiento no es un juicio de condena, sino una purificación de la fe.
La película Silencio (2016) de Martin Scorsese es una meditación cinematográfica sobre la fe y el sufrimiento, un testimonio que se enreda con las preguntas más profundas del ser humano: ¿Dónde está Dios en el dolor? ¿Por qué el silencio en los momentos de mayor necesidad? Ambientada en el Japón del siglo XVII, donde los cristianos son brutalmente perseguidos, Scorsese expone un conflicto que desafía la fe de los protagonistas, sacerdotes jesuitas que enfrentan una crisis espiritual que pondrá a prueba no solo su lealtad a la iglesia, sino también su relación personal con Cristo.
La película levanta una tormenta de preguntas teológicas, con ecos profundos que resuenan en las almas de quienes viven la fe en Cristo. Sin embargo, ¿cómo responde el evangelio de Cristo al dilema de la persecución, el sufrimiento, y el aparente silencio de Dios? Scorsese, con su estilo dramático y provocador, nos lleva al borde de la desesperación, pero la cruz de Cristo nos conduce a una esperanza más allá de la vista inmediata.
La película introduce a los sacerdotes Rodrigues y Garupe, quienes emprenden una peligrosa misión para encontrar a su mentor, el padre Ferreira, desaparecido tras rumores de haber apostatado. Al llegar a Japón, se enfrentan a la brutal represión de los cristianos japoneses, obligados a apostatar pisoteando una imagen de Cristo, bajo amenaza de tortura y muerte. En el corazón de esta prueba, Rodrigues se encuentra con una experiencia que cualquier cristiano puede temer: el silencio de Dios.
“¿Por qué te olvidas de nosotros para siempre? ¿Por qué nos abandonas por tanto tiempo?” (Lamentaciones 5:20). La película no escatima en mostrar este lamento de las Escrituras, que refleja la sensación humana de abandono en la adversidad. Sin embargo, la fe cristiana reconoce que Dios nunca está ausente. Su silencio no es indiferencia, sino una invitación a confiar cuando las respuestas no son evidentes. En Isaías 55:8-9, el Señor nos recuerda: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos.”
El silencio en medio del sufrimiento no es un juicio de condena, sino una purificación de la fe. Como el oro es refinado en el fuego, la fe se templa en la adversidad. Jesús mismo experimentó el silencio de su Padre en la cruz, clamando: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mateo 27:46). Este es el misterio del sufrimiento cristiano: el Dios encarnado también
experimentó el silencio del cielo, pero no fue abandonado. La resurrección fue la respuesta final, la declaración de que la muerte y el sufrimiento no tienen la última palabra. Lo que la película sugiere como silencio divino, el evangelio lo proclama como una oportunidad para participar en los sufrimientos de Cristo (Filipenses 3:10).
Uno de los momentos más desgarradores de Silencio es cuando los sacerdotes se ven enfrentados a la tentación de apostatar para salvar a los cristianos japoneses de la tortura. El dilema parece irresoluble: ¿cómo reconciliar el llamado a seguir a Cristo, incluso hasta la muerte, con el imperativo de la compasión por los hermanos? Aquí, el film se adentra en los terrenos fangosos de la ética, invitando al espectador a cuestionar lo que significa ser fiel en circunstancias extremas.
Pero el evangelio no deja lugar para el compromiso moral cuando se trata de la cruz. “El que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por causa de mí, la hallará” (Mateo 16:25). La cruz no es simplemente un símbolo de sufrimiento; es el camino de la salvación. Aquellos que pisotean la fumie, aunque movidos por la compasión o el miedo, están rechazando la única fuente de vida eterna. No hay acto de apostasía, por más pequeño que parezca, que pueda justificarse ante el Cristo que murió por nosotros.
Aun así, en la angustia humana de Rodrigues y sus compañeros, se refleja una verdad teológica más profunda. La gracia de Dios es gratuita, pero nunca es barata. Como escribió Dietrich Bonhoeffer en El costo del discipulado: “La gracia barata es la predicación del perdón sin arrepentimiento, el bautismo sin disciplina, la comunión sin confesión. La gracia costosa es el evangelio que hay que buscar una y otra vez, el don que hay que pedir, la puerta a la que hay que llamar.”
Rodrigues, al igual que cualquier creyente en circunstancias de presión extrema, es confrontado con la realidad de que la fe en Cristo no es una elección fácil, sino un llamado a la entrega total, incluso hasta la muerte. Pero como señala el apóstol Pablo en Romanos 8:18, “pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.”
A lo largo de la película, Scorsese juega con la idea del silencio divino como un vacío insoportable. Sin embargo, el silencio verdadero, el que resuena en el evangelio, es el silencio del Cordero de Dios, que calló ante sus acusadores. En Isaías 53:7 leemos: “Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.”
Este es el silencio que sostiene la creación: el silencio del sacrificio de Cristo, quien en lugar de defenderse, se ofreció en silencio por la humanidad. En ese silencio de la cruz, se produjo la mayor declaración de amor que el mundo haya conocido. El mismo Dios, que aparentemente guardó silencio ante el sufrimiento de Rodrigues y los cristianos en Japón, había hablado de manera definitiva en Cristo, en el acto más ensordecedor de la historia: la muerte del Hijo de Dios por los pecadores.
El silencio de Dios, entonces, no es la ausencia de su amor, sino la consumación de su plan en la cruz. La película invita a la reflexión sobre los límites de la comprensión humana, pero el evangelio proclama que Dios ya ha hablado en su Hijo: “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo” (Hebreos 1:1-2).
En Silencio, Scorsese nos muestra el tormento espiritual de quienes buscan desesperadamente escuchar a Dios en medio de su dolor. Pero el evangelio de Cristo nos enseña que, incluso cuando Dios parece callar, ya ha hablado a través de la cruz. La redención no llega sin sufrimiento, pero ese sufrimiento ha sido redimido por aquel que sufrió en nuestro lugar.
El verdadero desafío que plantea Silencio no es solo si Dios calla en medio del sufrimiento, sino si nosotros somos capaces de escuchar lo que ya ha sido dicho en la cruz. Dios no calla; nos invita a mirar al Calvario, donde el silencio se convirtió en la voz más poderosa del universo.
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28). Esa es la promesa del Cristo que calla ante los acusadores, pero que grita redención desde la cruz.
[analysis]
[title]¡Protestante Digital te necesita!
[/title]
[photo]
[/photo]
[text]
Gracias a quienes aportan económicamente podemos hacer esta labor de comunicación desde una perspectiva evangélica a través de una plataforma gratuita, con el propósito de ser sal y luz en nuestra sociedad. Si quieres que Protestante Digital pueda continuar con esta labor, ¡anímate a ser parte! Te necesitamos.
Encuentra más información en apoya.protestantedigital.com.
Si lo prefieres puedes donar por Transferencia Bancaria. Asunto “Donativo Protestante Digital” en la cuenta de la Alianza Evangélica Española (CaixaBank): ES37-2100-0853-5702-0025-3551
[/text][/analysis]
La conmemoración de la Reforma, las tensiones en torno a la interpretación bíblica de la sexualidad o el crecimiento de las iglesias en Asia o África son algunos de los temas de la década que analizamos.
Estudiamos el fenómeno de la luz partiendo de varios detalles del milagro de la vista en Marcos 8:24, en el que Jesús nos ayuda a comprender nuestra necesidad de ver la realidad claramente.
Causas del triunfo de Boris Johnson y del Brexit; y sus consecuencias para la Unión Europea y la agenda globalista. Una entrevista a César Vidal.
Analizamos las noticias más relevantes de la semana.
Algunas imágenes del primer congreso protestante sobre ministerios con la infancia y la familia, celebrado en Madrid.
Algunas fotos de la entrega del Premio Jorge Borrow 2019 y de este encuentro de referencia, celebrado el sábado en la Facultad de Filología y en el Ayuntamiento de Salamanca. Fotos de MGala.
Instantáneas del fin de semana de la Alianza Evangélica Española en Murcia, donde se desarrolló el programa con el lema ‘El poder transformador de lo pequeño’.
José era alguien de una gran lealtad, la cual demostró con su actitud y acciones.
Celebración de Navidad evangélica, desde la Iglesia Evangélica Bautista Buen Pastor, en Madrid.
Madrid acoge el min19, donde ministerios evangélicos de toda España conversan sobre los desafíos de la infancia en el mundo actual.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.
Si quieres comentar o