El hijo hallado

Despertó la mañana del día que hacía tres años su hijo salió de casa con la parte de la herencia que le correspondía.

[ads_google]div-gpt-ad-1623832500134-0[/ads_google]

Podría haber pensado que ya lo hizo todo por él, que podía olvidarlo.

Pero no era así, cada mañana le dedicaba su oración matutina y la de aquel día se revistió de una esperanza antes no vivida. Aquello le dejó expectante y vigilante.

No se separó de la puerta de su finca agudizando la mirada a lo lejos del camino.

Mientras, el hijo que ya lo había gastado todo perdidamente, empezó a considerar a su padre por primera vez desde que lo dejó. Rodeado de aquellos cerdos de los que sacaba unos céntimos, deseaba comer sus algarrobas.

Concebía que no había tenido un buen padre, aunque no había nada objetivo que lo demostrase.

Estando ya muy cansado se estiró en aquella pocilga y se entregó a un sueño profundo.

Soñó, soñó que volvía con el padre y que éste le recibía con los brazos abiertos.

Ya despierto y sugestionado por aquel sueño se dijo a sí mismo “¿qué hago yo aquí?”

Sin despedirse del dueño del hato ni de los cerdos, emprendió el camino de vuelta a casa.

Aquel día se acercó el cielo a la tierra, el padre buscando al hijo en el horizonte y el hijo reconociendo un padre que no había imaginado. El padre corrió y se echó sobre su cuello y le besó. Dios lo hizo posible.

Si no entendemos con esta historia de Jesús el profundo amor que Dios nos tiene, es que ya nada de este mundo merece ser entendido.

¿Te estás perdiendo algo?

[analysis]

[title]Por un año más[/title]

[photo][/photo]

[text]¡Protestante Digital te necesita! Tenemos por delante un gran reto económico. Por eso, hoy te invitamos a ser parte comprometida de esta misión y desafío para asegurar y potenciar la continuidad de Protestante Digital y Evangelical Focus en 2024.

Puedes encontrar más información en apoya.protestantedigital.com.

[/text][/analysis]