Levítico es un libro de leyes y reglamentos por los que el pueblo de Israel debía conducir su vida y su culto. La traducción griega de este libro tenía el título Leuitikon, que significa «lo que pertenece a los levitas».
Un fragmento de “La Biblia libro a libro. Los 66 libros de la biblia en 52 estudios semanales”, de Roger Ellsworth (Editorial Peregrino, 2021). Puede saber más contactando con la editorial: [email protected] o teléfono 926349634 / 658887547.
Introducción
Autoría
El libro de Levítico es el tercero de los conocidos como «libros de Moisés» o «Pentateuco». La autoría de Moisés se afirma explícitamente en el libro un total de cincuenta y seis veces y también es respaldada por el Señor Jesucristo (Mateo 8:2-4).
Propósito
Levítico es un libro de leyes y reglamentos por los que el pueblo de Israel debía conducir su vida y su culto. La traducción griega de este libro tenía el título Leuitikon, que significa «lo que pertenece a los levitas». La versión latina lo tradujo como «Levítico», nombre que se mantuvo en otras traducciones y que refleja el hecho de que gran parte del libro se refiere al ministerio de los sacerdotes, que eran de la tribu de Leví.
Singularidad
Ningún otro libro de la Biblia contiene tantas palabras de Dios mismo. Ochenta y tres afirmaciones se refieren a Dios hablando.
Estructura
1. Las ofrendas (1:1—7:38).
2. Los sacerdotes (8:1—10:20; 21:1—22:33).
3. El pueblo (11:1—15:33; 18:1—20:27).
4. El Día de la Expiación (16:1—17:16).
5. Las fiestas (23:1—26:46).
6. Los votos (27:1-34).
Prefiguraciones de Cristo
Las ofrendas
El holocausto (1:3-17; 6:8-13). El holocausto representaba la dedicación completa a Dios. Se podía utilizar un toro joven, un cordero, un cabrito, una tórtola o un palomo joven, pero el animal tenía que ser un ejemplar perfecto y completo. El holocausto representaba la completa dedicación de Cristo a Dios y su completa consumición por el fuego del juicio de Dios en la cruz.
La ofrenda de comida (2:1-16; 6:14-18; 7:12-13). Esta ofrenda procedía de la cosecha de la tierra. Acompañaba a todos los holocaustos y significaba la acción de gracias a Dios. El grano debía estar finamente molido para eliminar toda la tosquedad. Esto tipificaba la humanidad de Cristo, ya que no había ninguna aspereza ni mancha de maldad en ella.
La ofrenda de paz (3:1-17; 7:11-21,28-34). Se podía utilizar un toro, un cordero o un cabrito. Una parte se ofrecía a Dios, otra (el pecho y el muslo) la tomaba el sacerdote y otra la comía el adorador. Por lo tanto, era una ofrenda compartida. La ofrenda de paz anticipaba la paz que ocurre entre Dios y los pecadores como resultado de la muerte expiatoria de Cristo.
La ofrenda por el pecado (4:1-5:13; 6:24-30). El objetivo de esta ofrenda era la purificación del propio pecador. La ofrenda por el pecado prefigura a Cristo como portador de nuestro pecado (2 Corintios 5:21).
La ofrenda por la culpa (5:1-19; 7:1-10). Esta ofrenda se refería a los actos pecaminosos contra las cosas santas de Dios (5:15-16), a los actos «prohibidos» (5:17-19) y a los actos contra los derechos y la propiedad del prójimo (6:2-7): pecados que requerían restitución. Tipifica a Cristo haciendo restitución por nuestro pecado.
Los animales
Incluso los animales que se utilizaban para los sacrificios tipificaban a Cristo:
1. El buey: Cristo, el que lleva la carga.
2. La oveja: Cristo, el que guarda silencio.
3. La cabra: Cristo, el inocente.
4. La tórtola: Cristo, el manso.
5. El palomino: Cristo, el resistente.
El sumo sacerdote
Los hombres y mujeres pecadores no pueden acercarse a un Dios santo sin un mediador. El sumo sacerdote del Levítico prefigura la obra sacerdotal del Señor Jesucristo (Hebreos 4:14- 15; 7:26-28), el único y verdadero mediador entre Dios y los hombres (1 Timoteo 2:5).
El Día de la Expiación
En el séptimo mes del calendario hebreo (nuestro octubre) llegaba el día más importante del año para el pueblo de Israel, el día en que el sumo sacerdote hacía expiación por los pecados del pueblo. Esta expiación es uno de los mayores tipos de Cristo que se encuentran en el Antiguo Testamento.
1. Del mismo modo en que el sumo sacerdote se despojaba de sus vestimentas habituales, así Cristo se despojó de su gloria y se vistió de nuestra humanidad.
2. Al igual que el sumo sacerdote tomaba dos machos cabríos, uno para sacrificar por el pueblo y otro para expulsar al desierto, así Cristo murió por los pecados de su pueblo y, al hacerlo, llevó sus pecados tan lejos que nunca serán recordados.
3. Así como el sumo sacerdote era el único que participaba en el cumplimiento, Cristo fue el único que hacía expiación por los pecadores.
4. Al igual que la quema de las pieles y la carne de los animales utilizados para el sacrificio se realizaba fuera del campamento, Cristo salió de la ciudad de Jerusalén para ser consumido por el fuego de la ira de Dios (Hebreos 13:11-12).
Aunque el Día de la Expiación prefiguraba a Cristo en muchos aspectos, hay que hacer distinciones:
1. El sumo sacerdote ofreció la sangre de un sustituto involuntario, mientras que Cristo se ofreció voluntariamente.
2. Mientras que el sumo sacerdote tenía que hacer primero la expiación por sí mismo, Cristo, que no era culpable de ningún pecado, no (1 Pedro 1:19).
3. Mientras que el sumo sacerdote tenía que hacer la expiación cada año, Cristo la hizo de una vez para siempre (Hebreos 9:25-28).
4. Mientras que el sumo sacerdote entraba en un santuario terrenal, el Señor Jesús entró en el mismo Cielo como nuestro Sumo Sacerdote y lo hizo en virtud de su sangre derramada (Hebreos 9:11-15; 23-24).
5. Mientras que el sumo sacerdote entraba en el Lugar Santísimo del Tabernáculo como representante de su pueblo, Cristo ha ido al Cielo como precursor de su pueblo (Hebreos 6:19-20), es decir, su presencia allí asegura la presencia de ellos también.
Conclusión:
Es obvio, por lo que hemos visto, que Levítico es un libro que trata de la implacable santidad de Dios, la enorme pecaminosidad del pecado y la necesidad de redención. También es importante señalar los siguientes temas principales:
Santidad
Nunca debemos olvidar que el propósito de la muerte redentora del Señor fue liberar a su pueblo de sus pecados. Su pueblo está llamado, por tanto, a ser un pueblo santo. Al igual que Levítico pedía al pueblo de Israel que tuviera alimentos, cuerpos, vestidos, casas y relaciones limpias, el Señor llama hoy a su pueblo a ser santo (Tito 2:11-14; 1 Pedro 1:13-17).
Adoración
Al igual que el pueblo de Israel tenía sus épocas señaladas para reunirse y expresar su alabanza a su Dios redentor, a los creyentes de hoy se les ordena reunirse y adorar a Dios y hacer que la muerte expiatoria de Cristo sea el centro de su adoración.
Preguntas para debate
1. Hebreos 9:22 dice: «. . . sin derramamiento de sangre no se hace remisión». ¿Por qué requiere Dios el derramamiento de sangre para perdonar el pecado? Piensa que la sangre representa la vida derramada en la muerte. Piensa en la muerte como el castigo por el pecado. ¿Por qué era necesario que Jesús muriera? Lee Isaías 53:4-12; Romanos 3:24-26; 2 Corintios 5:19-21; Hebreos 2:17; 1 Pedro 2:21-24; 3:18; 1 Juan 4:10.
2. Lee Romanos 12:1-2. ¿Qué incentivo tiene el pueblo de Dios para ser santo? ¿Qué puede hacer para ser santo?
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