Urgencias

Sabía que debía permanecer quieto.

Como custodiado por un carcelero que deseaba su libertad, él sabía que no debía escapar. Boca arriba, expectante, toda la noche estuvieron sonando los lamentos de un vecino.

Él encontraría placer en cada quejido, pero dejaba un éter denso e infernal. No debía incomodar a nadie, no debía pedir nada a nadie, no debía hablar ni gritar.

Se sentía como llevando un cargamento de dragones peligrosos, ávidos de avalanzarse sobre la primera persona que tuviese delante. ¿Por qué antes no le pasaba?

Y no, nadie le dirigió la palabra durante toda la noche. A nadie le preocupó su estado, como si todos supiesen qué clase de estado era aquel.

Inmovilizado, sentía como si cualquiera de sus más leves movimientos fuera a derribar algo de gran valor, como elefante en cacharrería. Y sí, lo de más valor que le rodeaba eran las personas.

Sintió por primera vez la vulnerabilidad, la fragilidad de las personas que le rodean, sintió que fácilmente podía destruirlas, y que aquella destrucción tan solo consistiría en el nimio acto de no amar.

¡Amor! ¿Qué es amor? Sí…, eso que ahora empezaba a destriparle.

¡Cuántos destrozos habré cometido! Se decía aterrorizado. Han sido tantos años desplazándome como animal ciego, han sido tantos años zahiriendo, han sido tantos años de no saber, de no sentir, de no ser…

Pero ahora estaba atento a la más mínima sensación, como si nunca antes hubiera sentido y ahora todo se agolpase en su corazón dañándolo.

Corazón, ese músculo que no sabía que tenía, empezaba por fin a latir, y poco a poco se iba abriendo paso, se iba haciendo más grande, hasta expresar el pálpito más doloroso, más sentido, más amado.

El mundo llamaba a su puerta, la vida se había posado sobre él como ave temblorosa.

Pasó así toda la noche, durmió un poco. Pero algo había cambiado.

A la mañana siguiente le hicieron unas preguntas, parecía que coordinaba bien.

Lo enviaron para casa. Sus familiares hablaron con el facultativo.

― No se preocupen, tan solo se trata de una leve crisis parcial del lóbulo temporal. Puede hacer vida normal.