La ‘bendición’ del coronavirus

¡Hago la limpieza!

(¡Mi esposa necesitó años de educación para llevarme a ello!)

Estuve a punto de aspirar mi habitación y vi una araña. Sentí compasión por ella y la mudé a  buen recaudo. ¿Crees que habrá agradecido mi gesto? ¡No! Dimplemente se estresó y, además, está muy molesta, ¡este no es el lugar al que planeaba ir!

El paralelismo

Creo que entiendes a dónde voy, ¿verdad? Dios también tiene compasión de bichos mucho más horribles y dañinos para su entorno: nosotros. Sí, incluso nos ama, y no quiere nuestro mal. Y, al igual que yo con la araña, permite cambios en el programa, deshace nuestros proyectos tan "perfectos" para evitarnos peores. Este es el tema ampliamente desarrollado en mi comic Azvaltya 1, por si te interesa. (Sólo en francés, de momento)

¡Peor que el “corona”!

No quiero minimizar el dolor de aquellos que sufrieron esta dolencia. No, tienen toda mi simpatía, porque lo que les sucedió a algunos de ustedes es terrible. Algunos murieron y tuvieron que irse un poco antes que nosotros. Mis pensamientos están con aquellos que están afligidos en este momento...

Pero nuestra sociedad sufre de una enfermedad más grave que este virus, varias incluso, pero solo voy a plantear una: ¡HACER!

Corremos todo el tiempo tras un montón de actividades, ya sea trabajo o incluso más allá... ¿de qué esamos huyendo con esa actitud?

A pesar de las excusas que damos para no parar, estamos perjudicando a quienes más nos importan, a nuestros seres queridos y a nosotros mismos.

Lo que veo por ahora con las medidas contra el coronavirus es la contención (¡respete las medidas!). Estamos "condenados" a quedarnos en casa con nuestro cónyuge, nuestros hijos o simplemente nosotros mismos. Todos estos son seres preciosos que merecen toda nuestra atención y nuestro amor.

Vivamos plenamente este momento sin estropearlo con este pánico, estas discusiones sobre conspiraciones, críticas a las autoridades, etc. Aprovechemos este momento excepcional. Es un momento de creatividad, de pausa, para ver de manera diferente, para centrarnos en aquellos que amamos.

Sí, sí…. yo también

Ayer tuvimos algunas horas antológicas con toda mi pequeña familia todavía en casa y en otros lugares (¡gracias Skype!), ¡Cómo nos reímos!

Por ahora, todavía puedo ir al bosque, pero si no, aún tendré la posibilidad de encerrarme en la paz de mi habitación para hablar con Dios. No dejes que este tiempo especial sea robado, también se usa para eso.

Gracias a este tiempo, sin espectáculos, voluntarios o visitas y con los colaboradores que trabajan en casa: ¡ESCRIBO COMO UN LOCO! Alineo las horas en la oficina improvisada en el jardín. Escribo "Cita en el bosque, origen", verás, ¡será una bomba!

El colapso de la economía.

Sí, lo sé, es difícil. El coronavirus es también la parálisis de nuestro sistema. Con el cierre de las librerías, mis ventas de libros, que ya son lentas, tampoco mejoran. Pero déjame revelarte algo: nunca fue tu trabajo lo que te permitió carecer de nada. No, fue y sigue siendo Dios quien te permite tener este trabajo, o si no tienes uno, lo que te permitió estar con nosotros... (Me imagino que si me lees esto es que sigues viviendo...).

Experimenté tantas veces que Dios cuida a quien pone toda su confianza en Él. ¡Lo volví a ver hace 2 semanas! ¡Y tendré que verlo la próxima semana...!

Dios está allí, suelta el miedo, elige la confianza y tú también verás...

Ok, me detengo allí, todavía tendría mucho que decir, pero ya hay tanta cacofonía de mensajes que fluyen de todas partes sobre este tema...

Con todo mi cariño,