Julia Santibáñez regresa al escenario de las novedades poéticas con Ser azar (2016), un poemario breve, pero intenso, tutelado por la figura de Miguel Hernández.
A mí no me caen del cielo
los poemas.
Los persigo a ras de suelo.
Se escabullen.1
J.S.
A poco más de un año de la aparición de Rabia de vida (debida), Julia Santibáñez regresa al escenario de las novedades poéticas con Ser azar (2016), un poemario breve, pero intenso, tutelado por la figura de Miguel Hernández, y desplegado en una sobria edición.
Aquel volumen, considerado como uno de los 10 mejores libros de poesía en México del año en que apareció, fue objeto de varias reseñas enjundiosas y apasionadas dado el carácter erótico y provocador de sus versos. Néstor Ramírez Vega escribió, por ejemplo: “La belleza y sensualidad de la palabra son capaces de levantar el libido de todo ser humano, volviéndolo tan suave que el lector es capaz de volar entre los versos llenos de pasión”.2 A su vez, en una de las presentaciones, Eduardo Casar señaló: “…el erotismo “es un instrumento milagroso para expresar la complejidad del deseo, la complejidad de ese fragor, esa tormenta, esa especie de cosa rara que es la vida amorosa. El erotismo está en muchos sitios, se mueve siempre y hierve sin evaporarse”.3 Y la propia autora dijo: “Escribo para conectar con otros. Escribo para plasmar las cosas que no sabía que sabía, la experiencia de vida que me es única y, en consecuencia, que me hace cercana a todos, porque no somos tan distintos”.
Como sucede con frecuencia a algunos escritores, esta nueva entrega se acercó cronológicamente a la primera por contigüidad de tiempos en la edición de ambas, aunque representa claramente otra etapa de su trabajo lírico (un libro terminado adicional debía preceder a éste…), pues del erotismo desatado pasa, ahora, a deleitarse en las cosas de la vida que la afectan y la proyectan hacia zonas inéditas e inexploradas. Hernández, en efecto, preside estos casi 50 poemas a partir del clásico musicalizado por Serrat, el que comienza diciendo: “Llegó con tres heridas…”, pues cada una de esas tres heridas, vida, amor y muerte, anuncia las secciones del libro. Vitalismo puro, coloquialidad desatada y un mirar entre lúdico e irónico, son las características de este puñado de versos distribuidos en esas tres secciones que, no por largamente anunciadas, dejan de contener la explosión verbal que se detiene en los sucesos, momentos y resquicios del ser que los produjo. Presentado apenas el 14 de julio en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia de la capital mexicana —un espacio casi íntimo—, recorre ya velozmente su destino crítico. Lilly Pop, como muestra, anota: “La voz de Julia Santibáñez tanto en su libro anterior […], como en éste, […] es intensa, desbordada, no sabe enfrentarse a las palabras con ligereza. A partir de una expresividad muy propia se preocupa por construir imágenes fuertes, por dotarlas de ritmo y cadencia”.4
“Ser azar” es una fórmula aforística que juega con las palabras y las enreda en su brevedad para afianzar los textos en las situaciones que exigen una expresión sucinta pero intensa, sin concesiones. El testimonio de Santibáñez sobre los textos, apenas una referencia para el lector, muestra algo de su taller personal (en palabrasaflordepiel.com se aprecia más ampliamente):
Son textos recientes, salvo los primeros, que los escribí cuando estaba embarazada de mi hija, hace 19 años. Tiene tres ejes temáticos, que parte del poema de Miguel Hernández: la vida, el amor y la muerte. Los poemas de la maternidad entran en la primera parte. La parte más extensa es la central, con temática amorosa y erótica. Desde el primer enamoramiento, el primer deseo, el desamor, la soledad. La tercera parte, muerte, es sobre el temor, esa parte obscura, los sentimientos que se relación con lo más negativo del ser humano”.5
Su “poética”, no por escueta es escasa o limitada, ni mucho menos dejada al “ahí-se-va” tan mexicano: “En la poesía en buena medida es resignificar las palabras, buscar nuevos ángulos, comprimirlas, darles la vuelta, tratar de que digan más, incluso que se contradigan, eso es parte de la riqueza de la poesía. Permite crear un nuevo código de comunicación. Nos comunicamos con las mismas palabras todos los días, el poeta trata de comunicar algo distinto, darle un nuevo tono a las cosas. Crear y recrear el mundo”. Y sobre la veta “humorística” también hay una palabra firme: “El humor es una manera muy sana de acercarse a la realidad. La vida es demasiado seria para también tomárnosla así. En varios poemas juego un poco, me burlo de mí misma, de la vida, de la sinrazón. La risa permite un acercamiento distinto a las cosas”. Sin olvidar, sus “lecturas habituales”: en poesía, Xavier Villaurrutia, Wislawa Szymborska, Juan Gelman, Eduardo Casar, Maricela Guerrero, Christian Peña, y en narrativa, algunos autores colombianos: Rosero, Laura Restrepo, Héctor Abad, Mario Mendoza.
Con estos antecedentes, sumergirse en Ser azar depara agradables sorpresas en cada sección, pues mientras en la primera, “Vida”, aparece la expresión vital, pletórica de una visión lúdica y experimental, en la segunda, y central, “Amor”, la experiencia recuperada y decantada fluye naturalmente, para que en la última, “Muerte”, se asista a la parte reflexiva del discurso poético, sin olvidar la observación minuciosa de la cotidianidad. Algunas muestras del tono alcanzado en esas tres vertientes cierran este recuento. “Silencio está la luna/ que se indiscreta a mirar./ En los relojes camina una hora alta./ Láctea” (p. 12): el poema cierra con un sonido a haikú con el experimento verbal de por medio y el adjetivo inesperado. Los “pies llenos de luna” (p. 13) reafirman la mirada nocturna, pero iluminada. El poema en prosa pide su lugar también en “Historia de aire” (p. 15) y el homenaje a la heredera (la “adolescenta” tan recordada…, la “niña de agua”) aflora a cada paso. El “oficio de poeta” se establece y deja bien firme su huella: “Estreno cada una de mis voces” (p. 19). “La vida me está desperdiciando./ Y no se entera” (p. 21), filosofa.
Sobre el amor, el verso es fino e incisivo, bien medido: “Toca mi pecho tu balsa a la deriva,/ toca tu boca, preferida, la mía/ y me dejo llevar, lánguida de agua,/ y nada importa sino este mar” (“Umbría”, p. 29). Versos que recuerdan a Fernando del Paso, aludido por Santibáñez en algún momento,6 por su ligereza y enjundia, al mismo tiempo. Y la terquedad verbal reaparecida, para describir el goce epidérmico: “Bisbiseo una queja,/ de púas almibarada,/ toda yo abejadísima,/ mi zángano” (“Reina”, p. 33). Además del recuerdo de Gioconda Belli en “Cuándo la noche” (p. 34). “Mashup à la sada” es un sólido divertimento muy gelmaniano: “Para audaciar a pedir de boca/ para insistir a la ciega,/ suaves tersurados en su mojadura/ aprietan los ojos, los suyos,/ y retecarnosos se muy besan/ despaciosos/ lenguosamente” (p. 36).
Finalmente, acerca de la muerte, bajo la sombra de Jaime Sabines surge un aforismo instantáneo: “Cuando te mueras/ ten la precaución de morirte bien” (“Sin medias tintas”, p. 51). Una observación mínima, pero eficaz: “El gorrión se cae./ Sordo y mudo/ del nido se cae,/ sin aire, desnudo./ ¿A qué dios invoca,/boqueando?” (“Guarida”, p. 55), y la dolorosa memoria del padre muerto (“A pie de fosa”, p. 56), sabiniana también: “Tierra roja, sangre negra/ tu reñido cuerpo, papá”. Se perciben también ecos de los poemínimos de Efraín Huerta (en “El colmo”, por decir algo), pero estas menciones no restan impulso ni creatividad al trabajo de Santibáñez, artesana de la palabra sin tregua, a quien hay que seguir en su búsqueda poética que anuncia todavía otras tempestades.
2 N. Ramírez Vega, “El erotismo de vida y la rabia debida”, en https://laberintocultural.wordpress.com/2015/06/20/el-erotismo-de-vida-y-la-rabia-debida/, 20 de junio de 2015.
3 Virginia Bautista, “Presenta Julia Santibáñez su libro rabia de vida/Rabia debida”, en Excélsior, 21 de marzo de 2015, www.excelsior.com.mx/expresiones/2015/03/21/1014679
4 “‘La fe que ya no se apoya en Dios’, Lilly Pop sobre Ser azar, de Julia Santibáñez”, en http://localmx.mx/2016/07/13/ser-azar-de-julia-santibanez/, 13 de julio de 2016.
5 “La poesía azarosa y vital de Julia Santibáñez”, en El Informador, 3 de agosto de 2016, www.informador.com.mx/cultura/2016/675171/6/la-poesia-azarosa-y-vital-de-julia-santibanez.htm.
6 “Poema portentoso con lugares comunes”, en https://palabrasaflordepiel.com/2015/04/01/poema-portentoso-con-lugar-comun/, 1 de abril de 2015.
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