¿Libélula o mariposa?

¿Libélula o mariposa? Pues, ni lo uno ni lo otro. El Libelloides cunii es un elegante insecto, del orden de los neurópteros, que parece medio libélula y medio mariposa. Volador excelente que posee dos pares de grandes alas, en parte transparentes y venadas como las de las libélulas pero, a la vez, teñidas de amarillo y negro como las de algunas mariposas.

Se encuentra en primavera y verano volando sobre romerales y prados soleados, donde captura a otros insectos que le sirven de alimento. Es, por tanto, una especie depredadora. Este ejemplar que fotografié la semana pasada en el macizo de Sant Llorenç del Munt (Barcelona) es un macho.

Se distingue de las hembras por su cuerpo más esbelto y, sobre todo, por las dos colitas curvadas (cercoides) del extremo del abdomen que le sirven para sujetar a la hembra durante la cópula. Es un insecto exclusivo del nordeste de la península Ibérica y del sur de Francia.

El Libelloides cunii me hace pensar en esa moda contemporánea del eclecticismo religioso. Es decir, tomar ideas de aquí y de allá para elaborar una cosmovisión a la carta. Adaptar el cristianismo a las necesidades o apetencias personales. Mezclar ciertas enseñanzas de Jesús con ideas de Confucio, Buda, Mahoma, Marx o cualquier otro ideólogo moral.

Una fe a la moda lo suficientemente amplia como para acoger incluso a quienes no creen en Dios. En mi opinión, el problema con tales hibridismos religiosos es que terminan por perder la conciencia de lo correcto y lo incorrecto. Al acomodar las creencias y decisiones morales a las preferencias personales, se desvirtúa casi siempre el mensaje de Jesucristo.