El Tesoro de David (Charles H. Spurgeon)

EL TESORO DE DAVID, por Charles Haddon Spurgeon, traducido y ampliado con notas y referencias bíblicas por Eliseo Vila, Editorial Clie 2015, 2.480 páginas.

El literato francés Philippe Villiers (siglo XIX), de quien sólo he leído, hace ya tiempo,  viviendo yo en Tánger, su poema dramático AXEL, dijo: “lo que dejamos en la tierra sólo es una cáscara vacía. Lo que le da valor de tesoro está en nosotros mismos”.

Antes de dejar la tierra, el eminente predicador y escritor británico Charles H. Spurgeon nos dejó el tesoro que durante veinte años había estado reuniendo en su corazón: un minucioso comentario a cada uno de los 150 Salmos que figuran en la Divina Palabra.

Enamorado del legado de Spurgeon, Eliseo Vila dedicó tiempo y fuerzas a la traducción de un primer grupo seleccionado de la totalidad. Empleó cinco años en esta callada y solitaria labor, añadiendo a la exposición de Spurgeon notas exegéticas y nuevos comentarios sacados de la literatura de los llamados Padres de la Iglesia, hombres santos que escribieron durante los primeros cinco siglos de la era cristiana.

El resultado ha sido un grueso tomo de casi dos mil quinientas páginas. Esta preciosa obra tiene el mérito de ser una quintaesencia de riquísimo contenido bíblico.

En el libro que nos ofrece la Editorial Clie destaca ante todo la información abundante y exacta de los Salmos que en el figuran. Otro mérito de la obra de Spurgeon, y no pequeña, lo constituye el criterio seguro con que ha sido escrita, arropada por una sabiduría descendida del cielo, lo que a mi juicio constituye un caudal de espiritualidad que inunda el alma.

En el prefacio escrito por otro santo varón, a quien el protestantismo español debe mucho, José María Martínez, leemos: “El Tesoro de David es mucho más que un comentario sumamente apreciado. Puede decirse que constituye, en palabra de D.O. Fuller, “una antología teológica de toda la verdad cristiana” en la que se exponen las grandes doctrinas bíblicas relativas a Dios, sus atributos, su Palabra, su obra de redención, la resurrección y la segunda venida de Cristo, entre otras”.

Para vergüenza de muchos nombrados o autonombrados líderes del protestantismo español de nuestros días, digo que con harta frecuencia olvidan el significado de unas palabras escritas por el apóstol Pablo a los miembros de la Iglesia en Roma:

“Dad a cada uno lo que

le corresponde, …. lo

mismo si se trata de

respeto como de honores”.

(Romanos 12:7, versión La Palabra).

Hubo un hombre entre nosotros que de haber vivido veinte siglos antes habría sido incluido por el autor de la epístola a los Hebreos entre los héroes de la fe a quienes rinde tributo en el capítulo once.

Un hombre que gastó su vida en cinco direcciones: fundación de Iglesias; preocupación por los convertidos en congregaciones de distinta línea denominacional; viajes sin cansancio por ciudades y pueblos de España para anunciar el Evangelio de Cristo y para fundamentar en la fe a iglesias débiles; peleas con gobernadores, alcaldes, jefes de policía, curas, obispos y otras autoridades del nacionalcatolicismo a favor de la libertad religiosa y de los derechos humanos que se negaban a los protestantes; redacción de artículos, folletos y libros que por aquellos tiempos era la única literatura disponible.

El tiempo que vivió en la tierra era conocido como Samuel Vila Ventura.

Dirigentes de nuestro protestantismo nacional tienen a éste hombre en el olvido.

¡Qué injusticia!

¡Qué tremenda injusticia!

¿Exagero? Pues pregunto: ¿cuántos pastores han leído su documentada biografía UNA FE CONTRA UN IMPERIO?

¿Cuántos pastores recuerdan a lo menos una vez al año a los jóvenes de sus iglesias quién fue Samuel Vila y otros que con él lucharon en la defensa de nuestras creencias desde que se puso cerco a la segunda república en 1936 hasta la primera ley de libertad religiosa en 1967?

¿Y tiene sentido escribir sobre Samuel Vila en un artículo de crítica literaria en torno a un libro del siglo XIX?

Samuel Vila escribió veinticinco libros sobre los temas más variados. Entre otros proyectos literarios que no pudo llevar a cabo figuraba una versión española de toda la obra de Spurgeon. La muerte, que sólo existe para producir la vida, otra vida donde todos los proyectos están ya agotados, cortó el sueño.

Su segundo hijo, Eliseo, retomó el proyecto.

Eliseo Vila estudió económicas como carrera universitaria. Es teólogo, biblicista, maestro, editor, escritor y también periodista. Una vocación que lastimosamente tiene marginada. Años atrás escribía para distintas publicaciones evangélicas artículos con el encabezamiento general Pero Redigo. Eran temas de humor, que Protestante Digital publicaría si Eliseo decidiera actualizar su vena periodística.

Tratando del tomo que estoy comentando dice Eliseo que lo que su padre intentó en vida valió la pena. “También mi vida habrá valido la pena –añade- si logro que EL TESORO DE DAVID sea asequible en versión íntegra en el mundo hispano”.

Lo será sin duda alguna.

El tomo que Clie ha puesto a nuestra disposición es una hermosa lección de espiritualidad, un continuo viaje hacia Dios para lograr la consecución de la plenitud cristiana.

Un auténtico tesoro.

Un tesoro para los amantes de los Salmos.

Un tesoro como lectura devocional.

Un tesoro para profesores de Institutos, Seminarios y Escuelas Bíblicas donde se enseña la divina Palabra.

Un tesoro para la formación de alumnos en esas entidades educativas.

Un tesoro para maestros de Escuelas Dominicales en las congregaciones.

Un tesoro para pastores que a la hora de preparar un sermón sobre cualquiera de los Salmos, aquí encuentran el texto comentado versículo tras versículo, frase por frase. Y hay más: reproduce sabias opiniones de maestros de la Biblia a los que nunca tendrían acceso. Este libro da el sermón completo, con divisiones y subdivisiones ya dispuestas para su entramado.

En fin, un tesoro que a medida que se avanza en su lectura se va descubriendo la belleza e importancia de la espiritualidad en la vida cristiana.

Pedidos a Editorial Clie, calle Ferrocarril número 8, 08232 Viladecavalls, Barcelona. E-mail: [email protected]