Papini, genio olvidado: del ateísmo a Cristo

Papini, un escritor olvidado (1)

La literatura italiana del siglo XX está marcada por la obra de un hombre genial: Giovanni Papini.

Fue un escritor anárquico y revolucionario que despreciaba las reglas y la disciplina. Peleaba con filósofos y con religiosos, logró derribar muchos ídolos intelectuales de su época y dio un aliento nuevo a la prosa italiana, que por entonces estaba acartonada.

PERFIL BIOGRÁFICO

Giovanni Papini nació el 9 de enero de 1881 en Florencia, una de las ciudades más bellas del mundo, en la Toscana italiana. Florencia es cuna de escritores, poetas, filósofos, escultores, arquitectos; allí se encuentra la gigantesca estatua original de David, completamente desnudo, labrada por Miguel Ángel en 1502. Su padre, Luigi Papini, era ateo y revolucionario. Su madre, Herminia Cardini, era una mujer sencilla que profesaba la religión católica.

Cuando nace Papini se vivía en Italia una revolución republicana y anticlerical que iba desde las calles a los palacios. El padre se contaba entre los revolucionarios.

El futuro escritor fue educado en una especie de culto al ateísmo. Él mismo cuenta que cuando el sacerdote entraba en clase para dar estudios sobre religión, abandonaba el aula por orden de su padre.

Desde niño destacó como ferviente devorador de libros. Leía todo cuanto caía en sus manos: diarios, revistas, novelas de aventuras. Ya en sus primeros años se advertía en él un singular autodidactismo, impropio de un niño de su edad. Muy frecuentemente solía acudir a la Biblioteca pública de la ciudad para saciar su sed de lectura.

A los 19 años termina los estudios secundarios y comienza a frecuentar como oyente algunas clases de la Universidad y del Instituto de Estudios Superiores. Es el momento en que comienza a escribir artículos en diversas revistas.

El padre muere cuando Papini tenía 21 años y esto le obliga a trabajar como bibliotecario en el Museo Antropológico.

En 1906, con 25 años, publica su primer libro, EL CREPÚSCULO DE LOS FILÓSOFOS. Este libro del joven Papini ya despierta la polémica. 

Es una suerte de cara a cara, cuerpo a cuerpo, en el que el pensamiento de grandes filósofos de la cultura moderna, como Kant, Schopenhauer, Spencer, Nietzsche y otros es puesto en solfa y rebajado. Papini escribe una prosa rica en sarcasmos, vehemencias, metáforas, ferozmente demoledora. Esta será su forma de escribir en obras futuras.

Su actividad creadora, de la que me ocuparé más adelante, cesa prácticamente en 1954, dos años antes de su muerte. Afectado por una parálisis pierde totalmente la visión.

Su última obra fue JUICIO UNIVERSAL, un himno gigantesco, testimonio inequívoco de la grandeza de un escritor, de la grandeza de un hombre. Entre los muchos méritos de esta obra destaca uno: Papini, privado de casi todos los sentidos a causa de la desastrosa enfermedad que padecía, fue dictando trabajosamente las palabras, una a una, a su nieta Anna Paszkowski.

El gran escritor murió el 8 de julio de 1956. Contaba 75 años. Poco antes de morir, con increíble tenacidad y resistencia al dolor, dictó estas palabras: “yo muero un poco cada día, según el módulo homeopático, pero espero que Dios me conceda la gracia, a pesar de mis errores, de alcanzar la última jornada con el ánimo entero”.

EL GENIO AUTODIDACTA

VintilaHoria escribió en 1965 una apasionada biografía de Giovanni Papini, que publicó la Editorial Escelicer en Madrid. En ella el autor rumano eleva la figura de Papini hasta la cumbre del Olimpo. Dice: “Papini fue un novelista, un vasto creador de mundos y de personajes, a pesar de la ausencia de toda novela propiamente dicha en su obra multiforme. Fue al mismo tiempo un poeta y un pensador, un investigador y un crítico de arte, un biógrafo y un hagiógrafo; pero lo que le liga al vasto mundo de las letras es su genio novelesco, su fuerza de crear y de resucitar”.

Páginas después añade: “Acepto, pues, con mucha más confianza las interpretaciones que Papini ha dado de Shakespeare o de Cervantes, de Erasmo o de Miguel Ángel, del Renacimiento o de la Edad Media, de la historia y de la literatura en general, del hombre y de Dios, que las interpretaciones de los falsos sabios que se fundan sobre una ciencia llamada a ser reemplazada de hoy a mañana por otra ciencia”.

El italiano Piero del Bon reafirma los juicios salidos del corazón de VintilaHoria. Escribiendo sobre Papini en el segundo tomo de 100 ESCRITORES DEL SIGLO XX, opina:

“Papini fue narrador, ensayista, poeta y polemista, prosista lírico, filósofo, enciclopedista e impulsor de revistas de extraordinaria importancia, espléndidas, ricas en propuestas e investigaciones. Fue también insolente viajero por épocas diversas: expresionista furioso, futurista escéptico, mendaz narrador autobiográfico, vanguardista desencadenado y conversador ceceante”.

La obra literaria de Papini tuvo más resonancia en su época que la de otros escritores italianos considerados de primera fila. Una idea de su reconocimiento mundial la da el hecho de que sus libros fueron traducidos a 150 idiomas y dialectos, entre ellos el árabe, el japonés, el chino, el lituano, el maltés y el hebreo Yiddisch. Papini fue un activo animador de los movimientos literarios y del pensamiento que han tenido importancia en la historia italiana de la primera parte del siglo XX. También un gran maestro de la prosa.