Los frutos del árbol

LOS FRUTOS DEL ÁRBOL, ANTOLOGÍA,

Compilación y prólogo de Alfredo Pérez Alencart,

Hebel Ediciones, Santiago de Chile,

Coeditado con la española Alianza de Escritores y Comunicadores Evangélicos.

Ilustrado por Miguel Elías, mayo 2015, 365 páginas.

¡Qué libro tan bonito! ¡Es un horizonte de alegría, de luz, un verdadero prodigio literario, un mundo hecho lenguaje en prosa y en poesía! El lector encuentra en él una delicada sensibilidad, un estimado concepto del valor y la índole de la palabra, sea para formar versos, sea para regalarnos una prosa que ilustra y deleita.

Pérez Alencart es un poeta leído en medio mundo, que dedica parte de su tiempo a enseñar Derecho del trabajo en la Universidad de Salamanca. Su brillante trayectoria literaria ha sido reconocida con numerosos premios, el más reciente, el premio Umberto Peregrino, que le ha sido entregado por la prestigiosa Unión Brasileña de Escritores.

El término antología, de origen griego, viene a significar una guirlanda de flores. Esto es precisamente el contenido de este árbol de hojas verdes y frescas, prometedoras de frutos y de sombra.

Portada del libro.

Alencart domina este género literario, seleccionando y publicando poemas de los mejores versificadores. Aquí hace algo distinto, sumamente valioso: une en un solo cuerpo artículos de toda índole escritos por miembros de la Alianza de Escritores y Comunicadores Evangélicos. En pocas líneas del prólogo, Alencart justifica su trabajo con estas palabras: “asumo que no es fácil, ni estamos muy acostumbrados, al mestizaje de géneros literarios, pero conviene mezclarlos: así es posible que se alcance a muchos más corazones que, por desconocimiento, hasta ahora hayan estado reacias a adentrarse en la poesía o el ensayo, en el cuento o los artículos, en la novela o en la fotografía”.

A éste crítico literario se le presenta un dilema: seguir escribiendo sobre el contenido general del libro, lo cual no sería difícil, o decir quiénes son los autores de sus páginas y así reconocer su trabajo. Me parece más de justicia esto último, aun cuando el artículo que estoy componiendo no permita otras consideraciones.

Siguiendo el índice del libro, presento a estos autores, con una breve alusión a los temas que tratan.

STUART PARK, Caminando dentro de la Biblia

ASUN QUINTANA, Atravesando el Jordán

SAMUEL LAGUNAS, Unión mística

MANUEL DE LEÓN, La hija del maestro

JORDI TORRENTS, Kafka y el monstruo

FEBE JORDÀ, Por si acaso

HÉCTOR RIVAS CIGARRÁN, Fotografías

JUAN CARLOS MARTÍN, Llámame Zaulo

ANTONIO CRUZ, La muerte del Neandertal

NOA ALARCÓN, El dilema

BEATRIZ GARRIDO, Dos poemas

ISABEL PAVÓN, Jedida

JUAN SIMARRO FERNÁNDEZ, Confesiones

RODRIGO QUEZADA REED, Voz de mil pastores

ALEJANDRO ROOP, Advertencia del roble

SAMUEL LAGUNAS, La vida de Jesús en el cine

VERÓNICA ROSSATO, De Marruecos con amor

JONATÁN SORIANO, Flores en el fusil y el corazón en las manos

ADRIÁN FONSECA, Ni un paso en toda su vida

OLGA MOROS, Poemas

JUAN M. TORRERO, Encuentro, gozo y despedida

RUBÉN BERNAL PAVÓN, Pastor al volante

LOLA CUADRADO, Relato y fotografía

GERART NERI, Poemas de cualquier tiempo

JULIO PÉREZ, La irresistible influencia de la voz

DANIEL OVAL, ¿Cómo poder conectar con una generación que está en constante cambio?

ANTONIO CÁRDENAS, Dos relatos

DANIEL PUJOL, Reflexiones y poemas

DOREL BACIU, Pirograbados

JOEL FORSTER, Sin sorpresas

PEDRO TARQUIS, Dominus Jesús y otros poemas

JUAN ANTONIO MONROY, Mi amigo Pedro

ALFREDO PÉREZ ALENCART, Triptico

II TRES INVITADOS ESPECIALES

SAMUEL ESCOBAR, Un paseo por la obra de Vargas Llosa

MÁXIMO GARCÍA RUIZ, ¿Conservador o liberal? y otros artículos

LUIS CRUZ-VILLALOBOS, ¡La Iglesia ha muerto!...¡Viva la iglesia!

La arboleda perdida que lamentaba Alberti en la segunda parte de sus memorias la ha recuperado Alencart en estos frutos del árbol, selecta galería de personajes y de ritmos narrativos. Un libro que se lee con sentimiento de admiración ante autores menos conocidos, pero con ideas claras, ideas sanas, vividas, lo que nos hace falta hoy y, más aún, mañana.

La excelente Antología de Alencart permite que la prosa conviva con el verso sin limitación alguna. Los dibujos del profesor de arte de la Universidad de Salamanca, Miguel Elías, son un verdadero tesoro añadido al libro. Tanto por su cantidad como por la calidad y sabiduría. La pintura de Elías constituye un puente entre la poesía y la prosa de estos frutos del árbol.  Si como dice el proverbio árabe, el agradecimiento es una expresión de reconocimiento, tanto Alencart como quienes formamos la Alianza de Escritores y Comunicadores Evangélicos tenemos mucho que agradecer a Miguel Elías, a quien en una ocasión nos honramos haciéndole entrega del Premio Unamuno.

Del místico alemán Tomás Kempis (1380-1471) es esta sabia reflexión sobre los libros: “he buscado en todas partes el sosiego, y no lo he encontrado sino sentado en un rincón apartado, con un libro en las manos”.

Con este propósito se ha recopilado la antología de la que te estoy dando noticias. Retírate a un rincón apartado y recréate en la lectura bajo la sombra de este árbol plagado de frutos, maduros unos, tendientes a la madurez otros.

P.D. Si no encuentras esta obra en tu librería habitual, léela o descárgala de internet o escribiendo a esta dirección electrónica: [email protected]