Tiberíades y Hebel publican una obra de pastor y poeta costarricense

La ciudad de Salamanca se ha convertido, por mérito propio, en la capital de la poesía iberoamericana, según expresión del propio alcalde salmantino, Carlos García Carbayo, dicha durante la recepción que hizo a todos los autores invitados al XXII Encuentro de Poetas Iberoamericanos celebrado recientemente.

Entre los diversos actos programados en este prestigioso cónclave de voces de una y otra ribera del castellano y del portugués estuvo la presentación del libro Como el beso de un ángel, obra que fue finalista del I Premio Rey David de Poesía Iberoamericana y cuyo autor es el costarricense Carlos Bonilla Avendaño. Esta breve e intensa obra ha sido publicada bajo los sellos de Tiberíades y Hebel, editorial esta última que es dirigida por el pastor y poeta chileno Luis Cruz-Villalobos.

De izquierda a derecha, Alencart, Bonilla, el alcalde de Salamanca Carlos García Carbayo, Salvado Colinas y Barahona. / Jacqueline Alencar

El libro, que ambas editoriales desean que sea de acceso libre para cualquier lector desde cualquier lugar del mundo, fue presentado el pasado 14 de octubre en la Sala de la Palabra del Teatro Liceo de Salamanca. Tras las palabras previas del poeta Alfredo Pérez Alencart, director de Tiberíades y profesor de la Universidad de Salamanca, el análisis de la obra correspondió al filólogo Juan Carlos Martín Cobano, quien, entre otros cosas destacó que “lo más cercano a una definición, mediante el uso de la expresión completa ‘como el beso de un ángel’, lo encontramos en el poema, ‘Canto del Ungido’, donde abunda en uno de los temas principales del libro: la identificación del Ungido, el Mesías, con el Verbo, el Logos, la Palabra Luz, la Poesía, que añade a su naturaleza la cualidad de piedra, siguiendo el leitmotiv profético de la piedra angular que despreciaron los edificadores de la religión y que se convierte en la piedra no hecha con mano que desmenuzará todos sus imperios y servirá de fundamento a la Nueva Humanidad. El Dios encarnado se convierte, pues, en ‘piedrapalabrapoesíaluzardiente/ que quema, consume y aniquila,/ piedra redentora que salva e incinera./ Como el beso de un Ángel’, remarcó el secretario de Tiberíades, Red de Poetas y Críticos Literarios Cristianos.

TRAYECTORIA

Carlos Bonilla Avendaño nació en Heredia, Costa Rica, en 1954. Estudió Teología y Derecho, y trabajó con comunidades campesinas y con migrantes nicaragüenses, en un acompañamiento legal, organizativo y pastoral. Posteriormente fue diplomático, representando a su país en Nicaragua, hasta su reciente jubilación. Sus poemarios publicados son: Alguien grita mi nombre y yo me escondo (1996), Puerta de los ciegos (2000), Tren sin retorno (2001) y Campanas bajo el mar (2019). Poemas suyos están incluidos en varias antologías latinoamericanas, entre ellas en Llama de Amor Viva (2019) y Eunice, cien veces cien (2019).

El libro puede descargarse a través de la web de Tiberíades o aquí.