Un año y medio después de la presentación del llamado coloquialmente 'evangelio de la esposa de Jesús', la erudita Karen King daba a conocer los resultados que confirman la antigüedad, lo que supondría que no se trata de una falsificación moderna, como especularon algunos expertos al revelarse el hallazgo.
Los análisis realizados parecen dar la razón en cuanto a la antigüedad del papiro y la escritura. Se hicieron dos pruebas de carbono 14. La primera, dado el tamaño reducido del papiro, no pudo sacar datos concluyentes. La segunda, realizada entre la Universidad de Harvard y el Instituto Oceaneográfico de Woods Hole y la colaboración del Insitututo de Massachusets (MIT),
situó la fecha del papiro entre los años 659 y 859.
En la presentación de los resultados, la semana pasada en Roma, la experta Karen King se mostraba aliviada. “Espero que ahora que
podemos dejar atrás el problema de la falsificación y hablar mucho, mucho más acerca de la importancia histórica del fragmento y precisar la forma en que encaja en la historia del cristianismo y las preguntas acerca de la familia, el matrimonio o la sexualidad de Jesús”, dijo King a los periodistas.
DEBATE SOBRE LA ESPOSA
Las cuestiones “teológicas” que plantea el fragmento de King, a pesar de parecer novedosas, no lo son en absoluto. Por una parte, parece afirmarse que Jesús tenía una esposa. Este es un dato en el que los evangelios canónicos guardan silencio, por lo que se ha asumido que Jesús no formó una familia.
El obispo James Martin, experto en Nuevo Testamento, dice que
sería “extraño” que si Jesús se hubiera casado, no se dijese en los evangelios, que “son los documentos más antiguos y fiables”. El fragmento presenta un texto de sólo ocho líneas y 33 palabras que deben formar parte de un texto más largo, pero que
se supone que pudo ser escrito en el siglo III o IV, del que el fragmento sería una traducción al copto muy posterior. Los evangelios, por su parte, son del siglo I o principios del siglo II para casi todos los estudiosos.
En todo caso, el fragmento no se centra en si Jesús estaba casado, sino en una
discusión sobre si “María” podía ser discípulo de Jesús. “El tema principal del fragmento -dice King- es afirmar que
las mujeres que son madres y esposas pueden ser discípulos de Jesús - un tema que fue objeto de acalorados debates en el cristianismo primitivo”.
UN TEXTO GNÓSTICO
Analizando el papiro, el experto biblista
Xabier Pikaza escribía hace dos años que “el hallazgo sólo demuestra que, entre los gnósticos, se creía que Jesús había estado casado”. Pero para Pikaza, los gnósticos ni siquiera defendían un matrimonio “carnal” de Jesús, sino un “matrimonio místico” al estilo de la Carta a los Efesios de Pablo, que “presenta a la Iglesia como esposa de Cristo” o al estilo de San Juan de la Cruz o Santa Teresa de Ávila, que hablan de Cristo como de su esposa u esposo. Es decir, que ni siquiera este hallazgo hablaría de un Jesús casado con María, según Pikaza.
En un sentido semejante se expresa el teólogo y periodista
José de Segovia, que en su libro “Historias extrañas sobre Jesús” explica cómo el gnosticismo no tiene problemas con la “divinidad” de Jesús, sino con su humanidad. Por ejemplo, en los textos gnósticos “la muerte de Jesús significa la liberación de su divinidad, del cuerpo que lo mantenía cautivo, según el dualismo griego de estas sectas” que entre sus enseñanzas defendían que “somos divinidades atrapadas que necesitan aprender la manera de volver a nuestra morada celestial”, lo que según los gnósticos se podía conseguir a través de “una revelación de conocimiento secreto”. Poco les importaba a los gnósticos, por tanto, si Jesús estuvo o no casado, sino más bien generar una estructura escalonada en la que por el conocimiento o la “iluminación” pudiesen llegar a ser “dioses” como el propio Cristo.
Según Pikaza, “lo más probable es que, como sostiene la doctrina de la Iglesia Católica, Jesús haya sido célibe por el 'reino de los cielos', una opción escandalosa en su tiempo”. Y añade:
“El matrimonio era un hecho público en aquella época y, por lo tanto, si Jesús hubiese estado casado, hubiese sido algo imposible de ocultar. Y los Evangelios nunca hablan de una posible esposa de Jesús”.
José de Segovia cita al erudito Bart Ehrman para
descartar que hubiese siquiera un “debate” sobre ello en los primeros años del cristianismo, ya que los documentos más fiables, los evangelios canónicos, no hacen mención al estado civil de Jesús. “Los cuatro evangelios sobre Jesús del Nuevo Testamento son los más antiguos que han sobrevivido. El evangelio de Marcos es casi seguro que fue escrito hacia el 65 o 70 d.C”, mientras que los gnósticos serían, como mínimo, un siglo posteriores.
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