El cantante brasileño Nelson Ned falleció el 5 de enero en el hospital en Sao Paulo, tras una complicación respiratoria de la que no pudo recuperarse. Tenía 66 años y su salud estaba muy deteriorada en los últimos años, tras sufrir un derrame cerebral.
“El pequeño gigante de la canción”, apelativo que recibió por sus escasos 1.12 metros de estatura, se consagró en la década de los sesenta como una de las voces románticas más famosas de Brasil y su éxito internacional llegó con la grabación de varios discos en español.
Ídolo en países como Argentina, México y Colombia, entre otros, Nelson Ned enfrentaba problemas de salud desde hace varios años, que se agravaron en 2003 cuando sufrió un accidente vascular cerebral (AVC).
Como consecuencia, el intérprete de “Todo pasará” perdió la visión del ojo derecho y se desplazaba en silla de ruedas. También padecía diabetes, hipertensión arterial y Alzheimer en fase inicial.
Después de una vida de excesos,
Ned se convirtió en los años noventa a la religión evangélica y, desde entonces, interpretó con éxito música del género religioso, también en portugués y español.
Con
45 millones de copias de discos por todo el mundo, Ned fue el primer latinoamericano en vender un millón de discos en el mercado estadounidense, donde se presentó junto al español Julio Iglesias y al neoyorquino Tony Benett, y donde logró llenar tres veces el mítico Carnegie Hall de Nueva York.
UNA ESTRELLA DESDE NIÑO
Nelson Ned D'Ávila Pintos, nació en Ubá (Minas Gerais, Brasil) el 2 de marzo de 1947. Fue el primogénito de los siete hijos. Conocido en el medio artístico como Nelson Ned, el pequeño gigante, se casó con Maria Aparecida, con quien tuvo tres hijos.
Al nacer, a Nelson se le diagnosticó una anormalidad celular por el que desarrolló enanismo. La estatura de Nelson alcanzó los 1,12 metros, una condición que no le impidió convertirse en un gran cantante y compositor.
A los 14 años comenzó su carrera, apareciendo en en la televisión local. Dos años después le ofrecieron llevar un programa que se llamó: “Gente, el tamaño no importa”. Ganó el concurso “Un cantante por un millón” y, cuando menos se esperaba, apareció en São Paulo para presentarse en la “Discoteca la Chacrinha”.
La década de los 60 fue propicia para el comienzo de las presentaciones y grabación de discos, inclusive en varios países de América Latina, donde fue muy popular. Con un repertorio ligado a la música romántica, sus presentaciones atrajeron multitudes en estadios y teatros
En el año 1964, la Polygram le llamó para grabar su primer LP, titulado “Un Show de 90 Centímetros”. Luego, en 1968 resultó ganador del Festival de la Canción realizado en Buenos Aires, Argentina con la canción “Todo Pasará”, que sería uno de los mayores éxitos de su carrera.
CONVERSIÓN AL CRISTIANISMO
El año 1993 Nelson Ned se entregó a Cristo después de una vida de excesos, con problemas de drogas y promiscuidad sexual, como él mismo contaba: “antes de ser cristiano era muy depravado, bebía mucho, usaba mucha droga y tenía muchas mujeres. Ahí, Dios habló conmigo una madrugada: 'O usted cambia o lo saco de aquí'. Entonces resolví cambiar”, declaró el artista.
Se hizo creyente evangélico y
comenzó a concentrar su carrera a la música cristiana, componiendo canciones espirituales que expresaban su fe. En 1996 publicó su autobiografía, “El Pequeño Gigante de la Canción”. Posteriormente grabó varios discos, en español y portugués, con canciones de testimonio y de alabanza.
En 2004 lanzó su último trabajo de música cristiana llamado “Jesus Ressuscitou”.
En muchas de sus canciones compartía su testimonio de cambio de vida y su esperanza en Jesús:
SALUD FRÁGIL
La salud de Nelson estuvo muy deteriorada en los últimos años de su vida.
En el año 2003 sufrió un derrame cerebral que lo mantuvo en cama durante 7 meses, el cual casi le costó la vida, pero le provocó la pérdida de la visión en el ojo derecho. Tenía además diabetes e hipertensión, y comenzó a desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
El cantante vivió en el hogar de reposo de ancianos São Camilo en Granja Viana, desde el 24 de diciembre de 2013. Fue en este asilo que se enfermó y tuvo que ser trasladado por una ambulancia al Hospital Regional de Cotia en São Paulo.
La voz imponente y melodiosa del cantautor se apagó a los 66 años de edad el el 5 de enero de 2014 cortada por una neumonía grave que puso fin a su vida en el hospital donde había sido trasladado. Su cuerpo fue cremado y sus restos descansan en el Cementerio Horto da Paz de la ciudad paulista.
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