Leonhard Euler es el matemático más importante y prolífico, si no de todos los tiempos, sí al menos del siglo XVIII gracias a sus grandes contribuciones al campo de la aritmética, la geometría, la física o la astronomía. Ejemplo extraordinario de razonamiento universal, Leonhard Euler fue además el responsable de la moderna tendencia a representar las cuestiones matemáticas y físicas en términos aritméticos.
El Siglo de las Luces catapultó hasta los libros de Historia a Leonhard Euler, un sobresaliente matemático nacido en Basilea (Suiza) un 15 de abril de 1707, una época en la que los grandes estudiosos comenzaron a concebir el cálculo como el lenguaje de la naturaleza, el idioma de Dios. Su padre era pastor protestante.
La imagen de Euler ha aparecido en la serie sexta de los billetes de 10 francos suizos, así como en numerosos sellos postales tanto suizos como alemanes y rusos. El asteroide Euler recibió ese nombre en su honor. Curiosamente,
pocos recuerdan que era hijo de un pastor protestante, y él mismo un convencido cristiano evangélico.
Euler, físico y matemático suizo, se atrevió con todo: desde la geometría hasta la trigonometría pasando por el cálculo, el álgebra, la teoría de los números, la física continua, la teoría lunar y así hasta producir a un ritmo de 800 páginas anuales entre 1727 y 1783.
Como dato curioso se tiene la creencia que fue el que posibilitó el nacimiento del Sudoku al establecer ciertos hábitos en el cálculo de probabilidades.
UN CRISTIANO BÍBLICO
Euler y su amigo Daniel Bernoulli se oponían al monismo de Leibniz y a la corriente filosófica representada por Christian Wolff. Euler insistía en que el conocimiento se basa en parte en la existencia de leyes cuantitativas precisas, algo que el monismo y las teorías filosóficas de Wolff no eran capaces de proveer. Sus inclinaciones religiosas también pueden haber contribuido a que le desagradase ese tipo de doctrinas, hasta el punto de que llegó a catalogar las ideas de Wolff como «paganas y ateas».
Gran parte del conocimiento que tenemos de las creencias religiosas de Euler se deduce de su obra Cartas a una Princesa Alemana, así como de un trabajo anterior llamado
Rettung der Göttlichen Offenbahrung Gegen die Einwürfe der Freygeister (en español,
Defensa de la revelación divina frente a las objeciones de los librepensadores). Estos trabajos muestran a Euler como un cristiano convencido que defendía la Biblia en la línea del protestantuismo tradicional, como referencia de fe y conducta, con una defensa clara de la inspiración divina de las escrituras.
Y UNA MENTE PRODIGIOSA
Gracias a que su padre era amigo de la familia Bernoulli, la asombrosa capacidad de realizar cálculos que desde su infancia se manifestó en Leonhard Euler, se tradujo en un destacado talento, una agilidad mental y un rigor deductivo que le hizo pasar de tener un pie ya dentro de la Universidad de Basilea, donde se había matriculado para estudiar Filosofía, teología, griego y hebreo con la vista puesta en llegar a ser pastor a dedicarse por completo al mundo de las matemáticas.
Finalizó Leonhard Euler su Doctorado en 1726 con una tesis sobre la propagación del sonido titulada De Sono, y tan solo unos meses después, se trasladó a Rusia para trabajar en el departamento de matemáticas de la Academia de San Petesburgo. Por esa época, Leonhard Euler aprendió ruso y conoció a la que se convertiría en su mujer, Katharina Gsell, hija de un pintor de la Academia.
Quince años después de su llegada a San Petesburgo y preocupado por los acontecimientos políticos que estaban teniendo lugar en Rusia y la falta de libertades, Leonhard Euler aceptó un cargo en la Academia de Berlín. En la ciudad alemana publicó dos de sus obras más importantes:
Introductio in analysin infinitorum y la
Insittutiones calculi differentialis, dos estudios que versan sobre las funciones matemáticas y el cálculo diferencial y solo una pequeña parte de su extensa producción de títulos de los que solamente un 10 % han sido estudiados.
La extrema dedicación de Leonhard Euler al estudio y al trabajo le provocó la pérdida de visión de su ojo derecho a los 31 años, lo que no afectó ni a la calidad ni a la cantidad de sus aportaciones intelectuales, recogidas en miles de cartas, artículos y textos manuscritos, muchos de ellos aún sin publicar hoy en día. A los 63 años, Leonhard Euler pedió el otro ojo en una operación de cataratas, pero esto tampoco le detuvo. Continuó pensando y dictando sus tesis a su secretario.
En 1766 aceptó una invitación para regresar a la Academia de San Petesburgo. Leonhard Euler pasaría allí los últimos años de su vida, hasta que el 18 de septiembre de 1783 falleciese a causa de un accidente cerebrovascular.
APORTACIÓN A LA CIENCIA
Euler fue uno de los matemáticos más prolíficos de la historia. Apasionado por su trabajo, trabajó en casi todas las áreas de las matemáticas: geometría, cálculo, trigonometría, álgebra..., y sin embargo, según Hanspeter Kraft presidente de la Comisión Euler de la Universidad de Basilea, no se han estudiado más de un 10% de los escritos de Leonhard Euler.
Leonhard Euler
fue el encargado de introducir el concepto de función matemática, una notación que ofrecía mayor comodidad frente a los métodos del cálculo infinitesimal. Leonhard Euler
introdujo también la notación moderna de las funciones trigonométricas, el número e, la letra griega que representa el símbolo para los sumatorios, la letra i para los números imaginarios y la letra pi para representar el cociente entre la longitud de la circunferencia y la longitud de su diámetro.
Euler fue además un apasionado de
la teoría de números, llegando a unir la naturaleza de la distribución de los números primos con sus ideas del análisis matemático. Leonhard Euler consiguó demostrar la divergencia de la suma de los inversos de los números primos, y con ella, descubrió la conexión entre la función zeta de Riemann y los números primos.
En el campo de la geometría, Leonhard Euler destaca por haber sido el primero en resolver el problema conocido como problema de los puentes de Köningsberg, y su solución se considera el primer teorema de la teoría de grafos y de grafos planares.
Algunos de los mayores éxitos de Leonhard Euler vinieron en
las matemáticas aplicadas, consiguió hacer grandes avances en la mejora de las aproximaciones numéricas para resolver integrales, hasta el punto de conocerse hoy en día como aproximaciones de Euler.
UNA AMPLIA OBRA
Leonhard Euler ha sido uno de los matemáticos más prolíficos de la historia gracias a una actividad de publicación que fue incesante. En su época de mayor producción (entre 1727 y 1783) se calcula que Leonhard Euler completaba 800 páginas de artículos.
Se calcula que sus obras completas reunidas podrían ocupar entre 60 y 80 volúmenes, pero una buena parte de su obra está todavía sin recopilar. La labor de recopilación y publicación de los trabajos de Leonhard Euler, que recibe el nombre de Opera Omnia, comenzó en 1911 y hasta la fecha se han publicado 76 volúmenes.
Pierre Simon Laplace expresa en una frase la influencia de Leonhard Euler en los matemáticos posteriores: «Lean a Euler, lean a Euler, él es el maestro de todos nosotros».
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