Miles de personas cantan al unísono la que probablemente sea la melodía más cantada en el mundo hoy. En esta ocasión es en Baltimore, en el Mariner Arena, pero podría ser en cualquiera de las ciudades de Estados Unidos que Chris Tomlin visita durante la gira de presentación de su último disco, Burning Lights.
Chris Tomlin coge el micrófono y pregunta a la gente si están listos. “¡Me siento vivo en la gran pista de baile de Dios!”, exclama al momento de comenzar una de las canciones más potentes de Burning Lights.
Al momento todo el auditorio es una sola voz.
En enero
Tomlin lanzó su disco consiguiendo liderar la Billboard 200. Pero lo que diferencia a este artista de éxito de otros como Justin Bieber o Beyoncé es que todo el auditorio canta unido. Porque no sólo lo escuchan en sus coches o iPods, sino que
las canciones se repasan cada domingo en la iglesia.
Y esto es así porque las canciones de Tomlin no pretenden sólo transmitir una idea o un sentimiento: son canciones compuestas para que cante la iglesia.
Chris Tomlin se ha convertido en el salmista 'David' de nuestros tiempos, proveyendo de canciones a las iglesias durante quince años. Muchas de sus composiciones se han traducido a varios idiomas por lo que nutren las expresiones de alabanza de miles de cristianos en todo el mundo.
LA IGLESIA CANTA CON TOMLIN
“Me esfuerzo por tratar de escribir algo que la gente pueda cantar, que la gente quiera cantar y que la gente tenga que cantar”, explicó Tomlin antes del concierto.
Ahora mismo es el artista más conocido dentro del género 'worship' (música de adoración), un estilo de canciones que, así como el gospel lo hacía hace años, se repite en gran parte de las reuniones en las iglesias evangélicas de Estados Unidos.
“Diríamos que Chris Tomlin es el compositor más prolífico de los Estados Unidos ahora, en la última década”, dijo Howard Rachinski, director ejecutivo de Christian Copyright Licensing International, la compañía que rastrea la música que se utiliza en las iglesias de todo el mundo.
En 2012, CCLI pagó 40 millones a los artistas y músicos y Tomlin recibió una parte importante de esta cantidad.
Ese año las iglesias de todo el mundo utilizaron 128 canciones que escribió o coescribió Tomlin, dijo este directivo.
Se estima que
cada domingo en los Estados Unidos entre 60.000 y 120.000 iglesias están cantando canciones de Tomlin. Extrapolando estos datos, Rachinski dice que “en los Estados Unidos,
cualquier domingo, de 20 a 30 millones de personas entonan sus melodías”. Según el informe de CCLI, el artista ha liderado este curioso ranking los últimos cinco años.
Otra forma de valorar el impacto de las canciones de Tomlin se percibe haciendo una búsqueda en YouTube de “Cuán Grande es Nuestro Dios” o “Amazing Grace (My Chains Are Gone)”. Negros, blancos, asiáticos, grandes iglesias, pequeñas congregaciones... Todos cantan a todo pulmón sus canciones.
Si se compara a Tomlin con otros artistas de éxito se entiende su impacto. Por ejemplo, las canciones de Katy Perry fueron emitidas por radios americanas sobre 1,4 millones de veces. Si se atiende al cálculo de CCLI, las canciones de Tomlin fueron escuchadas más de 3 millones de veces en las iglesias.
TRAYECTORIA SÓLIDA
Christopher Dwayne Tomlin fue criado en Grand Saline (Texas), bajo una fuerte influencia de la música country. Su padre le enseñó a tocar la guitarra.
“Aprendí todo de la música country: Willie Nelson, y Johnny Cash, y ese tipo de artistas. Es lo que mi padre tocaba. Además tocaba en mi iglesia”, dijo Tomlin.
Luego fue a la universidad para estudiar medicina deportiva. “Yo no sabía que la música me llevaría aquí. Simplemente me encantaba tocar y componer.
Empecé a componer canciones siendo joven, cuando aún no sabía realmente lo que era música de adoración, o lo que es un líder de adoración”, cuenta. Hoy, a los 40 años de edad, él es el artista que más se asocia con este estilo.
En la universidad comenzó a cantar y escribir con más regularidad. En su último año ya estaba recibiendo invitaciones para tocar en conferencias cristianas con 10.000 estudiantes. En 1998 la productora musical EMI contactó con él tras oir la canción “We Fall Down”, que desde entonces se canta regularmente en miles de iglesias.
MELODÍAS SIMPLES Y CANTABLES
El estilo musical de Tomlin se acerca al pop y al rock derivado de la americana.
Se esfuerza en componer melodías sencillas que sean fáciles de cantar.
“Pienso en lo que sale de mi corazón como un canto de respuesta, y me pregunto ¿cómo puedo far forma a esto para que todo el mundo pueda cantarlo?”, explica.
Su objetivo es escribir canciones que expresen lo que la gente quiere decirle a Dios.
Evidentemente “eso no siempre se consigue. Quiero decir, escribo muchas canciones que nunca salen a la luz, porque no son buenas”.
Tomlin es el pastor de adoración en la iglesia Passion en Atlanta. Dirige a la congregación dos veces al mes y prueba sus nuevas canciones. En enero presentó las canciones de su nuevo disco en la Conferencia Passion, ante un auditorio abarrotado, en el Georgia Dome de Atlanta con 60.000 estudiantes en edad universitaria.
“Sus canciones han tenido probablemente el impacto más inmediato sobre las iglesias que hemos visto en la historia”, dice Rachinski.
SIN INTERÉS EN EL “SALTO SECULAR”
Otros músicos cristianos contemporáneos (CCM, tal como les designa la industria) han cruzado al pop mainstream con cierto éxito. Pero Tomlin no tiene planes de hacer este salto.
Él siempre dice que el dinero no es lo que lo motiva a escribir y tocar.
“Siento que tengo una responsabilidad, que Dios me ha dado un don para escribir canciones para su iglesia de hoy”, dijo. “Cuando hago un disco siento la presión de que los líderes de alabanza, las iglesias van a decir ¿podemos cantar estas canciones nuevas en la iglesia? No lo tomo a la ligera” por eso dice que no se plantea “grabar algo más divertido”.
“No he inventado nuevos instrumentos, no he creado nuevos acordes. Toco los mismos acordes, con los mismos instrumentos que otros, y las melodías son melodías.
La diferencia para mí en la música es que pido que la presencia de Dios esté sobre ella y que la gente, cuando canta estas canciones, sientan que Dios está haciendo algo especial”.
En este momento de gira la atención se centra más en su persona. Sin embargo, a Tomlin le gusta dar un paso atrás para dejar que sea la gente la que cante sus canciones. Así lo hizo en un emocionante momento en su concierto en el Madison Square Garden de Nueva York. “Es tan hermoso. Porque no se trata de mí.
Se trata de que todos nosotros estamos cantando sobre una historia más grande. Porque cantamos a un nombre mucho más grande que mi nombre. Mi nombre está en la entrada, pero se trata de cantar al nombre más grande”, dice Tomlin.
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