No se trata de una habilidad profética, pero sí quizá de un sexto sentido, el que permitió que Nanni Moretti contase en Habemus Papam, una producción italiana del año 2011, una historia en la que su protagonista, el Papa, renuncia a su cargo.
Parecía sin duda una historia difícil de creer que, sin embargo, la realidad ha superado. Sobre ello reflexionaba José de Segovia en su blog en Protestante Digital. Porque “frente al dogma de la infalibilidad del pontífice, Nanni Moretti nos presenta la humanidad profunda y dubitativa de alguien que se encuentra con una tarea que le sobrepasa”, en un gesto que parece un precedente del discurso de Benedicto XVI el pasado 11 de febrero.
“En este sentido hay algo casi profético en la película de Moretti”, añade José de Segovia en la entrevista concedida a este medio. Para el periodista experto en cine
se trata de una película que sin embargo va más allá de esta anécdota, siendo un verdadero estudio sobre “el poder y la representación, la responsabilidad y la humildad”.
TEATRO VATICANO
@MULT#IZQ#57301@En la película se juega con la idea de que este papa, aficionado al teatro, se encuentra con la necesidad de “interpretar” un papel en su labor papal. “Es significativo el contraste que se percibe en el diálogo con los monseñores que, en cuanto se ven desprovistos del vestuario extraño que lleva la curia vaticana, es como si cambiaran la personalidad”, dice José de Segovia. “Debe ser algo común a todos los uniformes.
La impresión es teatral, como si alguien estuviera desprovisto de una máscara y quedase entonces expuesta su verdadera esencia personal”.
Pero Nanni Moretti en su película no pretende hacer un retrato del Vaticano o de sus habitantes, sino plasmar un problema más profundo
. “Al presentar este liderazgo ausente, habla en realidad de nuestra sociedad, donde no hay opciones integradoras. Los fuertes líderes de antaño ya no están. Ocurre en la política y en la sociedad: el concepto de liderazgo ha cambiado”, dice José de Segovia.
Otra de las realidades que plasma la película, como un buen reflejo de nuestra sociedad, es la escasa “responsabilidad” en el liderazgo. “Ese sillón vacío en el Vaticano nadie quiere ocuparlo.
Y Moretti lo usa para hablar de nuestro mundo, de la incertidumbre a la que se enfrenta este Papa, que sería como cada uno de nosotros nos enfrentamos al nuevo milenio. Como en la canción de Mercedes Sosa, en un mundo donde todo cambia, una realidad tan compleja, que es cada vez más difícil como saber enfrentarse a ella. Esto nos muestra nuestra debilidad”.
INCAPACIDAD HUMANA, LA FUERZA DE DIOS
De esto cree José de Segovia que
podemos aprender una lección sobre nuestra debilidad, la incapacidad humana. “Los cristianos sabemos que nuestra esperanza está en Cristo Jesús. No hay Papa ni ninguna dirección humana que pueda compararse a ello .Esta es la reflexión que uno quisiera que viniera de esta situación y así se planteara cada uno la necesidad personal de que Cristo nos dirija y nos de soluciones que la humanidad no puede encontrar”.
Además, volviendo a la realidad, “el gesto papal nos muestra que la institución pontificia no es el organismo de derecho divino que ha pretendido ser, sino una institución histórica que se enfrenta a la actualidad con todos los problemas de una realidad a la que no puede responder”. A diferencia de Ratzinger, el papa-hombre de Moretti se acerca más “al modelo bíblico del apóstol Pablo, un hombre consciente de su debilidad que tenía toda su fortaleza en Cristo Jesús”.
Como reflexión final, José de Segovia expresa que
“debemos considerar dónde está nuestra confianza: si es en ese Dios que se complace en mostrar su gloria en nuestra debilidad. Por la fe verdadera es Cristo quien es honrado en nuestra debilidad, en cualquiera que reconozca que es él quien puede dirigir nuestra vida. No hay otro jefe que nos pueda dar soluciones y respuesta en este mundo complejo”.
Si quieres comentar o