El
descubrimiento de un fragmento de papirodel siglo IV -probablemente una traducción al copto de un evangelio gnóstico - en el que Jesús dice la frase “mi esposa” ha hecho correr ríos de tinta en tan sólo veinticuatro horas. Pero a pesar de los intentos de cierta prensa por vender un supuesto varapalo para la historia tradicional cristiana, poca información novedosa puede sacarse en claro al examinar con cuidado los hechos.
Porque
ni siquiera la misma divulgadora del descubrimiento, la reputada investigadora Karen L. King, ha querido dar una interpretación definitiva sobre el significado o la importancia del hallazgo. Esta experta, avalada por la Universidad de Harvard, ha expuesto lo que probablemente sea “la primera escritura conocida en la que Jesús podría citar a su esposa”. En su opinión se trataría de una copia al copto del siglo IV de un evangelio apócrifo escrito a mediados del siglo II en griego, aunque no ofreció ninguna prueba al respecto y sólo cuenta con ocho frases inconexas en las que apoyarse.
La historiadora, que no ha tenido acceso a más que ese pequeño fragmento (del tamaño de una tarjeta de crédito) que pertenece a un coleccionista privado,
estima que éste es auténtico, aunque en la conferencia en la que presentó el papiro prefirió ser prudente y esperar “un análisis más detenido del mismo, en el que se puedan realizar pruebas para comprobar la composición química de la tinta”, lo que ayudaría a realizar una datación más exacta.
SIN EVIDENCIAS DEL JESÚS CASADO
Karen King afirmó además que este fragmento “no es una prueba del estado civil de Jesús”. E
insistió: “no es una prueba para nosotros de que históricamente Jesús tuviese esposa”. Más bien, la investigadora puso énfasis en que se trata “de una evidencia muy clara de que algunos cristianos, probablemente en la segunda mitad del siglo segundo, pensaban que Jesús tenía una esposa”. Esto lleva a King a plantear que
entre los primeros cristianos es posible que hubiera un debate acerca del papel de la mujer en la iglesia, así como el celibato, y que se hicieran escritos al respecto poniendo a Jesús en este papel de marido, o nombrando a María como discípula.
Algo semejante sucede en el Evangelio de Judas, un texto de la época de cariz gnóstico en el que se expresaba una cercanía especial de Jesús con María Magdalena. Aunque se trata de un texto de escaso valor histórico, sirvió de inspiración a Dan Brown para su novela “El Código Da Vinci”, que todavía consigue captar seguidores ansiosos de “pruebas” que apoyen a este Jesús casado.
EL GNOSTICISMO COMO TELÓN DE FONDO
Recoge la información sobre el hallazgo del papiro
José Manuel Vidal en la edición digital de El Mundo, donde consulta con un experto exégeta bíblico español,
Xabier Pikaza. Pikaza reconoce primero la validez de los investigadores, ya que
tanto King como Rogner Bagnell no son “sospechosos” de falseo de documentos o de escaso rigor, algo que lamentablemente suele suceder a menudo con la investigación en torno a la figura de Jesús.
“Todo parece indicar, pues, que el papiro es auténtico, pero
el hallazgo sólo demuestra eso: que, entre los gnósticos, se creía que Jesús había estado casado”. Pero para Pikaza,
los gnósticos ni siquiera defendían un matrimonio “carnal” de Jesús, sino un “matrimonio místico” al estilo de la Carta a los Efesios de Pablo, que “presenta a la Iglesia como esposa de Cristo” o al estilo de San Juan de la Cruz o Santa Teresa de Ávila, que hablan de Cristo como de su esposa u esposo. Es decir, que ni siquiera este hallazgo hablaría de un Jesús casado con María, según Pikaza.
En un sentido semejante se expresa el teólogo y periodista
José de Segovia, que en su libro “Historias extrañas sobre Jesús” explica cómo
el gnosticismo no tiene problemas con la “divinidad” de Jesús, sino con su humanidad. Por ejemplo, en los textos gnósticos “la muerte de Jesús significa la liberación de su divinidad, del cuerpo que lo mantenía cautivo, según el dualismo griego de estas sectas” que entre sus enseñanzas defendían que “somos divinidades atrapadas que necesitan aprender la manera de volver a nuestra morada celestial”, lo que según los gnósticos se podía conseguir a través de “una revelación de conocimiento secreto”. Poco les importaba a los gnósticos, por tanto, si Jesús estuvo o no casado, sino más bien generar una estructura escalonada en la que por el conocimiento o la “iluminación” pudiesen llegar a ser “dioses” como el propio Cristo.
Según Pikaza, “lo más probable es que, como sostiene la doctrina de la Iglesia Católica, Jesús haya sido célibe por el 'reino de los cielos', una opción escandalosa en su tiempo”. Y añade:
“El matrimonio era un hecho público en aquella época y, por lo tanto, si Jesús hubiese estado casado, hubiese sido algo imposible de ocultar. Y los Evangelios nunca hablan de una posible esposa de Jesús”. Sus conclusiones sobre este asunto se presentan con amplitud en el
blog que escribe en Religión Digital.
José de Segovia cita al erudito Bart Ehrman para
descartar que hubiese siquiera un “debate” sobre ello en los primeros años del cristianismo, ya que los documentos más fiables, los evangelios canónicos, no hacen mención al estado civil de Jesús. “Los cuatro evangelios sobre Jesús del Nuevo Testamento son los más antiguos que han sobrevivido. El evangelio de Marcos es casi seguro que fue escrito hacia el 65 o 70 d.C”, mientras que los gnósticos serían, como mínimo, un siglo posteriores.
¿OPORTUNISMO?
Medios internacionales como
New York Times, BBC o
Guardian han prestado atención al asunto, consultando también a diferentes expertos su opinión sobre el hallazgo. La profesora de Historia Antigua de la Universidad de Manchester,
Kate Cooper, dijo a la BBC que
“la presentación del papiro no podría estar mejor situada en el tiempo, generando controversia en el mundo de habla inglesa, ya que en apenas unas semanas la Iglesia Anglicana tiene que realizar una votación crucial sobre el obispado de mujeres”.
La experta agrega que “desde el principio del cristianismo ha existido debate sobre la relación de Jesús con las mujeres”. Aunque para Cooper
“la idea de Jesús como un hombre casado no hubiera parecido sorprendente entre las primeras comunidades cristianas, ya que casos como el de Prisca y Aquila, descritos como misioneros en Hechos y en las cartas del apóstol Pablo, eran bien conocidos”.
Según otros expertos consultados por BBC, como
Wolf-Peter Funk, un lingüista que asistió a la conferencia de la Sra. King,
hay “miles de fragmentos de papiro donde se encuentran cosas algo locas”, y quedan muchas preguntas por resolver sobre este mismo.
TITULARES GRANDILOCUENTES
En el caso del diario Guardian buscan la opinión de
Diarmaid MacCulloch, experto en Historia de la Iglesia de la Universidad de Oxford. “Casi con toda seguridad esto fue escrito en el contexto de un debate naciente sobre la posición de la mujer en la iglesia”, admite MacCulloch, para a continuación despejar cualquier posible “conspiración” sobre un Jesús casado. “Esto no da carta blanca a Dan Brown o a los idiotas que piensan como él”, de hecho termina advirtiendo en tono cómico “atención blogueros: esto no es lo que pensáis que es”.
Aunque la advertencia de MacCulloch se ha quedado pequeña, ya que en algunos medios digitales españoles han lanzado las campanas al vuelo con titulares contundentes, como
recoge en su blog el periodista Joel Forster. “Jesús tuvo esposa” según
la web de TV3, “Un papiro del siglo IV revela que Jesús tenía esposa”, titula en portada
La Vanguardia, o “Los primeros cristianos creían que Cristo se había casado”, conclusión con la que presenta la información
El Correo. Titulares de pirotecnia destinados a captar la atención de un asunto que sin embargo gana en interés al ser tratado en profundidad y dejando de lado ese afán de querer impactar en el competitivo mundo mediático.
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