Reúne 50 poemas sobre "el país hermano, sus tierras, sus gentes... lo que he podido captar telúrica y espiritualmente".
Mónica Sánchez Gato entrevista al poeta Alfredo Pérez Alencar: "Llegué a Salamanca el 13 de octubre de 1985 y el 27 estaba en Lisboa; quería abrazar a Pessoa"
Este libro acopia resonancias interiores junto a lo telúrico visible y
sentible. No deriva de un asomarse sino de un entrañamiento que no se enfría tras volver a pasar la Raya. Es producto de algo semejante a una posesión consentida, donde lo circunstancial se une con lo eterno". Se refiere el poeta a
Márgenes de un mundo o Mosauco lusitano, con la pintura de Miguel Elías en la portada, que se presenta mañana en la Sala de la Palabra del Liceo (20 horas). Se trata de una de las partes de un díptico que se completa con poemas dedicados a España ("lo tengo reunido. Son como 600 páginas de las que se ha editado la parte salmantina dentro de la española, que se titula
Tierra a la vista").
Pregunta- ¿Cómo se gestó esta última aventura de Pérez Alencart?
Respuesta- Debo este libro a la suma de muchas voluntades de amigos portugueses, que, sabedores de los poemas que venía escribiendo durante unos tres lustros de visitas y estancias con ellos, quisieron que los reuniera. Quien mucho lo gestionó fue Pedro Salvado, antropólogo, gestor cultural y licenciado por Salamanca. Me pidieron los originales en 2006 y, tras varias dilaciones, apareció publicado en diciembre de 2011, bajo el sello editorial de Palimage, en la universitaria Coimbra. Todos los poemas fueron traducidos por el notable poeta Antonio Salvado, alguien al que siento más que mi amigo y que estos días tiene muy quebrantada su salud. Por ello no ha podido estar aquí, aunque yo lo siento demasiado cerca.
P- ¿Qué va a hallar el lector cuando se acerque a este título?
R- Todos mis libros son temáticos o monográficos y éste no rompe las reglas. Son 50 poemas sobre el país hermano, sus tierras, sus gentes... lo que he podido captar telúrica y espiritualmente. Portugal lleva la P de Poesía. Es una tierra de poesía épica hasta dramática y, sin lugar a dudas,
saudosa, más allá de la nostalgia. Refleja una especie de diario existencial, de unas empatías y unas fraternidades que he venido haciendo durante toda mi estancia salmantina con escritores y personas de Portugal. El libro ha ido fluyendo morosamente pero también amorosamente. Portugal merecía esta ofrenda y mucho más de mi parte. El resultado es un libro que pretende sentar las bases de una compensación a lusitania. Unamuno lo hizo en prosa en sus libros
Por Tierras de España y Portugal; yo lo he intentado hacer en verso. No conozco ningún libro en lengua castellana dedicado a Portugal. La gestación ha sido larga pero es como una especie de bautizo de un hijo maduro.
P- ¿Recuerda su primer contacto con el país homenajeado?
R- Portugal está en mí desde centurias atrás, cuando algún ancestro cruzó el Atlántico para asentarse en el Nordeste de Brasil. Luego, a principios del siglo XX, mi abuelo materno, Pedro de Alencar, emigró desde Ceará hasta la amazonía peruana. Es decir, mi Alencar proviene, según me comentaron algunos expertos, de una pequeña villa llamada Alenquer, a unos 30 kilómetros de Lisboa. En el libro tengo un poema titulado
Fui Alencar en Alenquer. Llegué a Salamanca un 13 de octubre de 1985 y el 27 de octubre ya estaba en Lisboa porque quería darle un abrazo a Pessoa; era una deuda que tenía con su poesía y con la gran poesía de Portugal. El amigo que tenía era Pessoa y el primer gran amigo que tuve fue Antonio Salvado, traductor del libro.
P- ¿Cómo estructura el libro?
R- En tres partes. La primera, la frontera con Salamanca, La Raya. Es la parte más amplia, con 28 poemas. En la segunda, los poemas son a la orilla del Tajo. Fueron 17 poemas escritos en 10 días en Vila Franca de Xira, a 20 kilómetros de Lisboa. Fui con mi familia a descansar pero no lo hice porque la creación fue frenética. Por entonces, agosto de 2005, me había encargado de la Cumbre de Poetas de ese año y otros proyectos y estaba saturado. En la tercera parte encontramos los Poemas a la orilla del mar. Tiene que ver no sólo con los paisajes marinos del país, sino que algunos versos tratan de esa hazaña portuguesa de ir a buscar nuevas tierras. El poema que encabeza el libro lo condensa todo porque en él expongo lo que veo, lo que siento y también parte de la genética no sólo mía, sino de mi esposa, cuyo abuelo era de Lisboa. Cierra la publicación un tríptico dedicado a Albano Martins por sus 80 años. Este libro contiene todo lo que he escrito de Portugal excepto otros 20 poemas sobre Figueira da Foz.
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