El responsable de expediciones arqueológicas de la Universidad Hebrea,Yosef Garfinkel, ha presentado
dos objetos que podrían probar la exactitud del relato del Antiguo Testamento en lo referente a los reinos de David y Salomón.
El hallazgo se produjo en las excavaciones que realiza la Universidad en el Valle de Elah.
Se trata de dos recipientes pequeños, uno de arcilla y otro de piedra, que se ha relacionado con algún ritual propio del territorio judío en el siglo X a.C, la época del rey David. Los artefactos presentan, según los investigadores, una gran similitud con los objetos descritos al detalle en el capítulo 7 del primer libro de Reyes.
Las ruinas conocidas como
Khirbet Qeiyafa contienen restos de una ciudad amurallada. En este territorio donde aún se conservan paredes de hasta tres metros de altura los arqueólogos han descubierto los restos de casi cien casas.
Según Garfinkel, Khirbet Qeiyafa es la primera prueba de la existencia de un gobierno regional durante el tiempo de David dada la gran similitud arquitectónica del pueblo con los modelos judíos. Esta evidencia desterraría las teorías que algunos han mantenido al defender que el reino de David no era más que un área escasamente poblada cerca de Jerusalén.
Según algunos estudiosos (conocidos como “minimalistas”) no hay suficiente evidencia arqueológica de un reino tan notorio como el que la Biblia describe.
En cambio, otros especialistas, denominados “maximalistas”, aceptan la validez de la descripción bíblica, y se apoyan ahora en las excavaciones realizadas en este poblado para probar que ese reino de David sí habría sido tan grande como la Biblia afirma.
DESCRIPCIONES MUY FIDEDIGNAS
Garfinkel toma una posición intermedia. Para él, Khirbet Qeiyafa muestra la existencia de un ámbito regional que incluye Jerusalén, Hebrón y las tierras bajas cerca de Khirbet Qeiyafa que pertenecerían a los dominios de David.
En cuanto a las cajas, de 20 y 35 centímetros de alto y que guardan proporciones idénticas a las descritas en Reyes, Garfinkel asume que los símbolos presentes son “importantes” porque son “idénticos” a los objetos que la Biblia presenta en el relato de Reyes. Además la vasija de barro decorada cuenta con una abertura flanqueada por dos pilares que a Garfinkel le recuerdan a “Boaz y Joaquin (1 Reyes 7:21)”, columnas que flanqueaban el Templo de Salomón.
Garfinkel dice además que en la vasija de barro aparece una representación de tres vigas rectas sobre los que descansan tres circunferencias, y
un diseño que parece representar la cortina que cubría la entrada al Lugar Santísimo. Por encima de ella aparecen tres aves que podrían interpretarse como un recordatorio de los sacrificios de aves en el Templo.
Según Garfinkel, el recipiente de piedra recuerda también la descripción bíblica del palacio de Salomón y el templo: “Había tres filas de ventanas ordenadas de tres en tres, las unas frente a las otras (I Reyes 7:4)”.
Garfinkel opina que estos modelos, anteriores a Templo de Salomón,
mostrarían cómo las representaciones del templo construido por el hijo de David estaban presentes en la arquitectura local del lugar.
OTRAS OPINIONES
Otros especialistas se han desmarcado de estas conclusiones. Entre ellos, el historiador y arqueólogo Nadav Naamán, de la Universidad de Tel Aviv, que desconfía de la interpretación de Garfinkel. “Estos hallazgos son hermosos, pero no son especiales, ya que se han encontrado reliquias similares y por tanto no tienen por qué conectarse con el Templo de Salomón”.
Para Naamán, “no hubo un “modelo” que representara al templo".
Además considera que la representación de leones y palomas el hacen pensar “en un culto a la diosa de la fertilidad”, de modo que Qeifaya no era un lugar dominado por Jerusalén, sino una ciudad cananea.
Si bien Garfinkel cree encontrar elementos arquitectónicos que conectan Qeifaya con el reino de David, sus opositores minimalistas mantienen que se trataba de una localización cananea o filistea.
MÁS PRUEBAS
Por su parte,
el arqueólogo de la Universidad Hebrea está convencido de la pertenencia al reino davídico por varias pruebas, anteriores a estos hallazgos. Los más destacados son que han encontrado miles de huesos animales, pero nunca de cerdo, y no se han encontrado figuras ni pequeños ídolos, que eran muy comunes en las ciudades filisteas. Además han encontrado un tiesto con una inscripción que algunos consideran una escritura en hebreo antiguo.
Naamán explica la falta de huesos de cerdo explicando que “tampoco los cananeos solían comer carne de cerdo”. En cuanto a la escasez de figuras, Naamán dice que hay muchos lugares en otras partes de Judea que estaban plagados de estos pequeños ídolos.
El debate histórico y arqueológico sigue abierto y a la espera de encontrar más pruebas que apoyen una u otra postura.
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