Poco conocida es la existencia del Fossar de los Jans, en Tarragona, que constituye el cementerio protestante más antiguo de toda España y el cuarto en importancia de los veinte que se conservan en el país. El edificio está considerado como Bien Cultural de Interés Local.
Este camposanto con entrada por el número 26 del paseo de Rafael Casanova, al igual que el Fossar de les Moreres, en Barcelona, junto a Santa María del Mar,
data del siglo XVIII. En el Fossar de les Moreres se enterraron muchos de los defensores de Barcelona durante el asedio que sufrió la ciudad en 1714 cuando la Guerra de Sucesión Española.
El Fossar de los Jans se creó a raíz de la estancia de tropas inglesas en la ciudad a partir del 1709. Hoy en día el suelo sigue siendo propiedad de la Corona Británica, ya que los terrenos le fueron cedidos a ésta a principios del siglo XVIII con motivo de la Guerra de Sucesión.
El cementerio acogió en un inicio las sepulturas de los soldados británicos (que por no ser católicos no podían ser enterrados en el "camposanto"), aliados con la Casa de Austria, que defendieron Tarragona de las tropas francesas de Felipe V -soldados y marineros- y con el correr de los siglos fueron enterrados allí los súbditos extranjeros no católicos que murieron en esa ciudad.
El estado de conservación del cementerio es muy precario. El estado de abandono en que se encuentra es tal que precisaría una rehabilitación completa. Alegret hace una singular descripción del lugar pintándolo como un sitio misterioso: “Es un lugar salvaje, silencioso: la voz retumba; el herbaje se humilla; los márgenes ennegrecen; todo respira tristeza, melancolía, ofreciendo un conjunto agrio como ningún otro hay en los alrededores de Tarragona “.
Hoy en día el cementerio está rodeado de construcciones modernas y pasa fácilmente desapercibido. En 2008 el camposanto fue limpiado de hierbas y también se hicieron algunos trabajos en el interior de la cripta por parte de marines británicos.
Aunque no está reconocido institucionalmente como lugar turístico, este emplazamiento funerario podría ser recomendado como tal, previa restauración y puesta en valor.
ORÍGEN DEL NOMBRE
‘Jan’ es una palabra que en catalán significa ‘hombre común’ y por tal debe entenderse aquel que no tiene un vínculo particular con la ciudad, que es extranjero. En este sentido, Adolfo Alegret da una buena caracterización en ‘Tarragona a través del siglo XIX’ (Torres & Virgili impresores; Tarragona, 1924), al decir que el foso
estaba destinado al entierro de “pilotos, marineros y otra gente extranjera, a quienes vulgarmente se llama en Tarragona Jans, o sea hombres de mar venidos de lejanas tierras y que viven fuera de la comunión católica”.
Algunos entienden ‘Jans’ como una manera de referirse exclusivamente a los extranjeros de origen anglosajón, y consideran tal vez que ‘Jan’ es una contracción de ‘Juan’ y que hace referencia a los ‘Johns’, los hombres comunes de origen británico. Tal vez esta interpretación no sea acertada, los despojos enterrados en el cementerio son hasta donde sabemos de ciudadanos de origen británico.
Es significativa la precisión hecha por Alegret: “que viven fuera de la comunión católica”. Por esta razón el cementerio se conoce también como cementerio protestante, aunque no todos los que están enterrados allí eran protestantes. Por ejemplo, Una Hodge, una ciudadana británica y vecina de Tarragona, fue enterrada en 1992, era católica.
El cementerio se conoce además como cementerio británico porque la mayoría de las personas que fueron enterradas tenían ese origen. De hecho, el terreno del cementerio es aun hoy propiedad de Gran Bretaña y se trata de uno de los cuatro cementerios más importantes de entre los cementerios británicos -unos veinte- que hay en el estado español.
REUBICACIÓN
Los primeros fallecidos no católicos de Tarragona fueron soldados, muertos por acciones bélicas o por enfermedad, y serían enterrados primeramente en los glacis de las murallas de Tarragona, siendo trasladados posteriormente a una cantera cerca del puerto, si bien la ampliación del mismo en el año 1808 hizo que tuvieran que volver a sacar y reubicar los restos en el lugar actual. Aún así todavía consta en un documento de 1817 su ubicación en la cantera del Puerto.
El actual emplazamiento del Fossar de los Jans data de 1849. En 1850 el Ayuntamiento de Tarragona cedió el terreno a la Corona británica, después de que un año antes tuviera lugar lo que podríamos considerar primer entierro moderno en este lugar, aunque el terreno ya tenía funciones funerarias desde tiempo atrás. Desde entonces, en el cementerio han recibido sepultura varios ciudadanos británicos. El primero, el mismo año 1849, John Bridgman, que fue vicecónsul de Rusia y Portugal. La última, en 1992, Una Hodge.
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