Después de William Wallace, el patriota americano, Jesucristo y un guerrero indígena, el director Mel Gibson volverá a plasmar en la pantalla a una figura heroica. Se trata de
Judas Macabeo, el líder de la revolución judía contra Antioco Epifanes en el siglo II antes de Cristo, un acontecimiento de gran importancia para la comunidad judía que se recuerda cada año con la celebración de Janucá.
Como en
Braveheart y
El patriota, se trata de una historia de guerrillas, rebelión e independencia contra un poder tiránico abusivo. La rebelión acaba con éxito, aunque Judas Macabeo, que murió en combate en el 160 a.C. no llegó a ver la victoria definitiva sobre los seleúcidas, que consiguió su hermano Simón en el 141 a.C. La familia de los Macabeos dio origen así a un potente Estado judío independiente, aliado de Roma frente a los griegos, gobernado por la dinastía Asmonea, hasta que el romano Pompeyo conquista Jerusalén en el año 63 a.C.
La historia de como las guerrillas de los Macabeos lograron vencer y expulsar a los ejércitos griegos seleúcidas (paganos y politeístas) es el origen de la fiesta judía de la Janucá (“La fiesta de las luces”) y durante la época de Jesús animaba a que grupos como los zelotes optaran por la acción armada y violenta.
Tanto la Primera Guerra Judío-romana (66 a 70 d.C, con la destrucción del Templo) como la Segunda (113 d.C, en Cirene, Alejandría y Chipre) como la Tercera (la rebelión de Bar Kohba, del 132 al 135 d.C, tras la que se arrasó toda Jerusalén) animaron a los judíos a alzarse contra el Imperio Romano inspirándose en la gesta de los macabeos, que con guerrillas vencieron a un imperio. Todas esas guerras fueron un desastre para los judíos.
PRODUCTOR Y PROBABLE DIRECTOR
La noticia sobre la película la adelanta como segura la publicación especializada en cine Deadline, aunque ya hace un año o más que se sabía que Mel Gibson se planteaba esta historia. El film sería producido por Gibson, que puede que sea también el director. No se sabe si participará como actor.
La distribuidora sería la Warner Bros., que colaboró durante mucho tiempo con Mel Gibson, antes de que éste entrara en una época de excesos alcohólicos y verbales, un segundo matrimonio y divorcio desastroso, malos tratos, insultos a policías, comentarios groseros contra los judíos (estando borracho) y escándalos variados.
El hecho de que dirija la cinta ha suscitado todo tipo de reacciones. Entre el público más afín y admirador del trabajo de Gibson se espera con ansia, ya que
el director norteamericano se ha especializado en estos retratos heroicos de lucha del hombre contra un sistema enemigo, un tema que se repite en todos sus trabajos como director.
Por otra parte,
en la comunidad judía se han levantado voces contrarias a que sea Gibson quien lleve a la pantalla la importante figura histórica de Judas Macabeo, según cuenta Hollywood Reporter. “Judas Macabeo merece algo mejor. Es un héroe para los judíos y un héroe universal en la lucha por la libertad religiosa. Sería una farsa que su historia fuera contada por alguien que no tiene respeto ni sensibilidad por las creencias de otra gente”, dijo Abraham Foxman, director de la organización judía Anti Defamation League.
El fundador del Museo de la Tolerancia en Los Ángeles, el rabino Marvin Hier, aseguró que Gibson “solo ha mostrado falta de respeto por los judíos” y calificó su implicación en el filme como un “insulto para los judíos”.
UN CATÓLICO FIRMA EL GUIÓN
El caso es que la realización de la película parece imparable. Para el guión, Gibson ha trabajado con
Joe Eszterhas, escritor y guionista cuyos mayores éxitos han sido el texto de
Instinto Básico y
Showgirls, películas que poco tienen que ver con la historia del Macabeo.
Pero Esztherhas no es el mismo que firmó thrillers eróticos en los noventa. El guionista pasó por una fuerte experiencia de conversión al catolicismo hace pocos años. La describe en su libro-testimonio
Crossbearer: A memoir of faith.
El escritor, nacido en 1944, creció en campos de refugiados en Hungría después de la Segunda Guerra Mundial hasta que llegó con su familia a Cleveland, Estados Unidos. Trabajó como reportero de temas policiales. Sostiene en su libro que su vida era muy oscura, llena de crímenes y caos, lo que afirma que marcó su posterior carrera de guionista.
En el verano del año 2001, Eszterhas fue diagnosticado con cáncer de garganta. Eszterhas, que tenía entonces 56 años, y estaba acostumbrado al lujo, la bebida y el tabaco que ahora el médico le pedía dejar, se sintió hundido.Un día paseando por la calle, ansiando alcohol y tabaco, se sentó en el suelo, empezó a llorar y, de repente, comenzó a orar: “Por favor, Dios, ayúdame”, dijo.
En ese momento, se dio cuenta de que no rezaba desde niño. “No podía creer lo que había dicho. No supe por qué lo había dicho. Nunca antes lo había dicho”, rememora. Inmediatamente, Eszterhas se sintió sobrecogido por un sentimiento de paz y se acabaron sus temblores. Afirma que vio “una luz brillante, deslumbrante, casi cegadora que me hizo cubrir mis ojos con las manos”. Ya no volvió a necesitar beber ni fumar.
La experiencia de fe de Eszterhas tiene semejanzas con la de Mel Gibson, aunque en el caso del director estadounidense, su vida ha pasado por altibajos que han servido para que Gibson sea una de las víctimas preferidas de la prensa amarillista. Algunos se aventuran a predecir una nueva “reconciliación” de Gibson con el mundo tras la producción de esta película, después de que su imagen en los últimos años haya quedado dañada tras varios escándalos personales.
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