A.C. Grayling, reconocido escritor, profesor y filósofo británico, llevaba trabajando en este proyecto más de 30 años. Se trata de
El Libro Bueno. Una Biblia humanista, un compendio de textos filosóficos, científicos y sociológicos que
intenta cimentar unos principios éticos sin la necesidad de hacer referencia a ninguna divinidad.
El autor confiesa que su idea no es original, sino que se inspiró en el trabajo de compilación que las religiones han hecho a lo largo de la historia. “¿Y si los compiladores del pasado que hacían las Biblias, recolectaban textos religiosos que eran traducidos, editados, acomodados y publicados en masa, se hubieran concentrado en ensamblar las enseñanzas no religiosas de los principales pensadores de la civilización?”, se preguntó Grayling.
La respuesta se la da a sí mismo con este libro, que acaba de publicarse en Gran Bretaña con notable éxito, llegando a ser el más vendido en la categoría de Filosofía.
Para hacer este trabajo,
Grayling ha recurrido a más de mil textos que representan a cientos de autores, colecciones y tradiciones. Las citas se entremezclan de forma temática y sin hacer referencia a los autores de las mismas, por lo que es difícil detectar la autoría de cada una.
El libro no tiene como objetivo el crear una especie de religión atea, sino que intenta dar principios de ética partiendo del humanismo, mirando a la realidad sin el prisma de una divinidad, y partiendo de la idea de que el hombre es un ser eminentemente bueno y capaz de ser feliz por sí mismo.
Grayling expresó su aprecio por los escritos de ética humanista compilados en su libro, entendiendo que los autores “partían de un entendimiento comprensivo de la naturaleza humana y aceptaban que había una responsabilidad para que todos los individuos trabajaran los valores bajo los que vivían, y sobre todo, para que reconocieran que lo mejor de nuestras vidas buenas giraba en torno a tener buenas relaciones con la gente”.
Intentando hacer el material compilado accesible, Grayling se ha inspirado en el formato de la Biblia. Así,
El Libro Bueno consta de seiscientas páginas presentadas en columnas dobles, con capítulos y versículos en cada libro.
Curiosamente, el primer capítulo también se llama Génesis, aunque en esta versión su protagonista inicial no es Dios, sino Isaac Newton y su episodio con la manzana, que le lleva a pensar en la ley de la gravedad. “A partir de la caída del fruto de tal árbol, surgió una nueva inspiración para el análisis de la naturaleza de las cosas”, dice un verso del primer capítulo de
El Libro Bueno.
El capítulo final del libro
ofrece una versión humanista secular de los Diez Mandamientos: “Amarás bien, buscarás el bien en todas las cosas, no harás daño a los demás, pensarás por ti mismo, te harás responsable, respetarás a la naturaleza, darás lo mejor de ti, estarás informado, serás bueno, serás valiente… o al menos lo intentarás de forma sincera”.
LIBRO MORAL SIN DIOS
Grayling admite que el hambre por una conexión espiritual sigue viva. Este anhelo, señala, puede ser satisfecho por muchos dando un paseo por el campo, siendo cautivados por un gran libro de poesía o incluso enamorándose. “Podemos celebrar de formas muy distintas lo bueno que hay en el mundo”, agrega.
El autor, de hecho, no entiende este libro como un ataque a los cristianos, sino como una contribución al pensamiento. “Es una propuesta modesta… otra contribución a la conversación que la humanidad debe tener consigo misma”, y agregó que escribió su obra para todos, incluso para los amantes de la Biblia.
Grayling fue apodado por algunos como “el ateo de terciopelo” o “el rostro aceptable del ateísmo”, en contraste a algunos escritores más militantes como Christopher Hitchens o Richard Dawkins.
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