Según Gabino Fernández(1) alguien envió desde España, a Manrique Alonso, unos tratados protestantes y sus convicciones religiosas experimentaron un gran cambio el cual motivó que le degradaran y le encerraran en un calabozo de un convento de Manila. Eran tiempos en los que el clero liberal y de buena fe comprendía el gran abuso de Roma y buscaba principios evangélicos. En el libro “Los frailes en Filipinas” (Madrid 1872) expresa Manrique la realidad de este abuso y perjuicios causados a los nativos. Pero Roma no cedía ante los insurrectos y Manrique Alonso tiene que volver a España y comparecer ante un tribunal eclesiástico, cosa que no hizo, pues escapó en Singapur y apareciendo en 1871 en Madrid.
Manrique toma contacto con la Iglesia Cristiana Española y ministra en las iglesias de Granada y Madrid por breves periodos de tiempo. Sería pastor de Sevilla de 1874 a 1888 y además se hará masón en la ciudad hispalense en la logia
Numancia 16 del Gran Oriente Luso por 1886, siendo Maestro Fundador. Después fundaría la
Numancia 67 de la Gran Logia Sevillana(2) y será director de
El taller, éste último un periódico masón. No hemos de olvidar que el uso de la masonería siempre fue un subterfugio de los pastores y maestros de escuela para ganar almas para Cristo y estar en los foros de moda donde se contactaba con las autoridades y se debatía todo tipo de problemas, muy especialmente el religioso.
Sus predicaciones dirá Gabino Fernández “en el antiguo templo de los jesuitas las alternaba con visitas evangelísticas a la provincia de Sevilla, en especial a Osuna, Constantin, Carmona y Utrera. En esta última ciudad vio como se levantaba una próspera congregación en 1877. Como bien dice uno de sus biógrafos, Patricio Gómez, “tenía una pluma fácil que manejó profusamente para la extensión y defensa del Evangelio”. Los temas bíblicos y los asuntos polémicos de actualidad que trató, demuestran claramente la amplitud de sus conocimientos y la oportunidad de sus escritos”.
En Sevilla publicará un gran
Diccionario Bíblico en dos tomos y fundaría “El
Mensajero cristiano” y “
Comentario bíblico” revista mensual que dirigió desde 1881 a 1884.
Entre su obras aparece la traducción al dialecto Pangansin el Evangelio San Lucas de la versión Reina-Valera con el título
Say Masantos a Evangelio na cataoan tin Jesu Cristo de onuñg na dinemuet nen S. Lucas, publicado por la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera en Londres, 1887. Al año siguiente aparecerían Mateo, Marcos, Juan y Hechos. Con el propósito de la evangelización y fundar un iglesia protestante en Filipinas la Sociedad Bíblica le ofrecería la oportunidad de distribuir las Sagradas Escrituras, lo cual acepto de buen grado y además se uniría a tal propósito un joven catalán, Francisco de Paula Castells, quien en 1889 llegaría a Manila.
La oposición clerical estaba alerta y Castells sería expulsado y Manrique Alonso muerto tras sufrir ambos una misteriosa enfermedad a la que muchos estaban seguros de que habían sido envenenados(3). Dejaba Manrique mujer, Carolina Ortíz Morilla y sus siete hijos, cuando se preparaban para reunirse con él. Dice Gabino Fernández: “Sus palabras escritas poco antes de marchar a Manila, resultaron proféticas: “Hay que ir bien preparados de valor para sufrir la oposición de los frailes, que a falta de razones les sobran argumentos de otra clase para deshacerse de sus adversarios”.
Aparte de las obras citadas existen otras como
El protestantismo en España (Imprenta y Lit. de Ariza y Ruiz, Sevilla 1876) e innumerables artículos de opinión en periódicos republicanos, siendo asiduo colaborador de la
Luz. Sus últimos deseos fueron: “
Extender el evangelio en el archipiélago filipino es un asunto que debería interesar a todos los cristianos evangélicos, especialmente a los españoles.
(1) Diccionario de Autores CLIE
(2) Jean Pierre Bastian LE LIEN MAÇONNIQUE DES PROTESTANTS ESPAGNOLS
(3) In 1889, Bro. Lallave returned to Manila to establish Protestant Church, but two weeks after his arrival, he died under mysterious circumstances.” “Alonso Lallave died suddenly. Two months later his daughter received a cable from the doctor: "Don Manrique Alonso died of a bad fever." But two subsequent messages from Manila told her that her father had been poisoned”
http://www.geocities.com/batangan2002/home/gabay/howphil.htm
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