Américo de Castro creyó que Huarte era un judío converso, pero las conclusiones de Biurrun son divergentes y contrarias aunque bien fundamentadas. Así entiende que Huerte no acepta de buena fe los “consejos” inquisitoriales, sino que sigue en sus trece, perseverando en la corporeidad del entendimiento y en la negación del libre albedrío.
Por ello concluye Biurrun “por sorprendente que parezca, se trata de una lectura calvinista de la obra de Huarte. Aquí no voy a citar los motivos que a ello me han llevado. Y voy a adelantar que en absoluto nunca podré llegar a afirmar con rotundidad que Huarte fuese calvinista. Simplemente pretendo mostrar que hay ciertos datos inquietantes, que están ahí, y que figurándolos y dándoles un cierto orden podrían apuntar a esta consideración”
Huarte nace en Saint Jean-Pied-de-Port, 1529 y muere en Baeza, 1588. Médico en Linares y Baeza y filósofo español, su única obra (
Examen de ingenios para las ciencias, 1575), explica las diferencias que existen en los hombres, su carácter, su aspecto o el ingenio. Esta obra alcanzó amplia difusión en Europa, ocupando un lugar destacado entre las obras precursoras de la ciencia moderna. El mismo Cervantes en El Quijote, desde el mismo título del “Ingenioso Hidalgo”, expresa conceptos y crea personajes del contenido del
Examen de los ingenios en cuanto a la psicología, medicina e historia natural.(2)
Pero creemos además que este libro de Huarte no solamente fue perseguido por la Inquisición por ser un libro científico y por tanto ya sospechoso en si, sino que fue expurgado y puesto en el índice de libros prohibidos en 1584, porque el autor además de atacar a la Inquisición era sospechoso de haber nacido en la Navarra de Juana de Albret, tierra de calvinistas hugonotes.
Según Biurrun, Huarte escribe “con una especie de camisa de fuerza, y se hace necesario indagar e incluso 'figurar' o imaginar las posibilidades del texto”. Pero además aparecen datos como que el abuelo paterno Juan de Huarte era de San Juan del Pie del Puerto y Alcalde de la Corte Mayor del Reino de Navarra, con lo que nos puede llevar inexorablemente a la Corte de Juana de Albret. Una Corte que, como dice Gabino Fernández,(3) “para mantener la independencia de su pequeño reino y la libertad de sus súbditos, luchó contra los poderosos y tiránicos Francisco I, rey de Francia, y Felipe II, rey de España; quienes se disputaban el dominio de la Baja Navarra. Y la misma oposición y resistencia, presentó a jesuitas e inquisidores cuando intentaron establecerse en sus dominios; temiendo por la integridad de la vida y las conciencias de los suyos”. El mismo Calvino estuvo refugiado y amparado en esta Corte.
También hemos de considerar que la mayoría de los “protestantes heterodoxos” de los que hacemos estas semblanzas en Protestante Digital, estudian a Huarte y tienen una predilección correligionaria.
Así, por ejemplo, Luis Vidart dice que Feijoo tuvo que leer la noticia de la publicación del
Examen de los ingenios en “El Espectador” anglicano, y se admiraba por los elogios:
Me ha parecido (dice Escasio de nuestro Huarte)
con gran exceso el más sutil entre los hombres doctos de nuestro siglo, a quien el Público debe tributar supremas estimaciones, y que entre los Escritores más excelentes, cuantos yo conozco, tiene un gran derecho para ser copiado de todos.(4)
Como muchos han dicho elogiosamente, la importancia histórica de este tratado es indiscutible pues Juan Huarte fue el creador, por lo menos, de tres ciencias nuevas: la psicología diferencial, la orientación profesional y la eugenesia.
(1) El Basilisco (Oviedo), nº 21, 1996, páginas 16-17
(2) http://www.herreros.com.ar/melanco/juan.htm
(3) http://www.protestantes.net/Enciclo/Juana.htm
(4) http://www.filosofia.org/bjf/bjfc328.htm
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