Como ellos y otros misioneros retornaron con decepción y fracaso, los Pentecostales fueron compelidos a repensar su visión original del hablar en lenguas" (Robert Mapes Anderson,
Visión de los Desheredados: La Edificación del Pentecostalismo Americano ).
La confusión se traslada también a la sanidad física y al excesivo protagonismo de la sanidad en la predicación. Según Richard Roberts “si nosotros no tenemos la sanidad para confirmar la predicación, nosotros no tenemos un evangelio completo”. Según el padre de Robert, Oral Roberts "La enfermedad es parte de la maldición y Jesús vino a destruir la maldición. Él sufrió en nuestro lugar porque él no quería que nosotros sufriéramos enfermedad. El tomó nuestras específicas enfermedades y debilidades sobre su propio cuerpo sin pecado y perfecto, en un completo pago por la penalidad del pecado".
"Yo sé que el más grande deseo de Dios para usted es que sea sanado".
"La enfermedad no es parte del plan de Dios y no es ideada por la voluntad de Dios"."Algunos ministros están todavía orando, Padre, si es tu voluntad, sáname. Yo me pregunto si ellos ¿podrían ser demandados por mala práctica teológica? Bien, es un pensamiento" (Oral Roberts, "Porqué yo sé que Dios quiere sanarlo a usted"
Abundant Life , Sept. 1976).
Sin embargo es evidente que en la realidad de la vida cristiana, la enfermedad puede tener un propósito en la soberanía y voluntad de Dios. La enfermedad es una realidad constante aún en los que creen que la sanidad está en la expiación, en los que creen tener poderes especiales de sanidad y creen que cada cristiano hoy pueden tenerlos. La enfermedad está presente aunque el cristiano crea que la voluntad de Dios es ser saludable y próspero. Tampoco la sanidad es una promesa de Jesucristo, ni Dios ha prometido salud y prosperidad material y financiera, sino que en su ejemplo y en sus palabras está el sentido de hacerse tesoros en los cielos donde el oxido o la herrumbre no pueden alcanzar. Del mismo modo dijo Jesús:! las zorras tienen guaridas, los pájaros tienen nidos, mas el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar la cabeza”. Dios bendice como Él quiere y cuando es su voluntad. El movimiento de sanidad tiene graves lagunas y eso genera confusión e inquietud.
Muchos de los conocidos sanadores Pentecostales se han encontrado envueltos en graves engaños y herejías. William Branham que es considerado por una de los grandes sanadores pentecostales según el testimonio visual de Alfred Pohl sus cruzadas estuvieron marcadas por la exageración y la trampa. Pero también su teología. Él negó la Trinidad , enseñó que Caín fue el producto de una unión sexual entre Eva y la serpiente, creyó que la marca de la bestia era el denominacionalismo, negó la eternidad del infierno, se proclamó a sí mismo como el ángel de Apocalipsis 3:14 y 10:7. Él profetizó falsamente que el Rapto y el fin del mundo tomaría lugar por 1977. Branham pretendió que un ángel le enseñó como detectar enfermedades por vibraciones en su mano izquierda. “Cuando el espíritu de aflicción entra en contacto con el don produce tal conmoción física que ésta llega a ser visible sobre la mano del Hermano Branham, y tan realmente que ésta detendrá su reloj de muñeca instantáneamente. Esto le hace sentir al Hermano Branham igual que si se agarrase de un cable conectado con demasiada corriente eléctrica en él” (F. F. Bosworh, “Gifts of Healing Plus”,
La Voz de la Sanidad , Marzo 1950, pp. 10-11).
Las dotes de Branham para la adivinación, descubriendo secretos de personas que no había visto en su vida, sacando en sus reuniones todos los pecados secretos, hicieron de él una leyenda viva. Pero la confusión y el engaño se descubrieron pronto, no solo porque dijese haber resucitado un pescado que había matado un compañero, sino porque en sus cruzadas de sanidad en las que personas en masa acudían , el decía que su ángel le había prometido que “Dios le había enviado a tomar el don de sanidad divina para la gente del mundo”. En 1948 renunció a su ministerio diciendo que estaba enfermo pero cinco meses después continuó sus reuniones.
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