El día de año nuevo, aún vivimos con los temas navideños en el recuerdo. Se juntan muchas fiestas: El Adviento, la Nochebuena, la Navidad, la Nochevieja, el Día de Año Nuevo. Como si en estas fechas de final de año se estuviera preparando la novedad del Año Nuevo. Pero hay una realidad fuerte, difícil, monstruosa: Vivimos momentos en el mundo en los que muchas personas tienen miedo en un mundo con un mensaje de miedo cero.
Miedos ante un año nuevo que empieza y no sabemos qué nos va a deparar. Miedo porque muchos tienen en riesgo la vida, no saben qué les van a dar mañana de comer a sus hijos, miedo a la pérdida de libertad, miedo a la pérdida del empleo, miedo a la inseguridad a la que muchos están condenados, miedo a caer en servidumbres o nuevas esclavitudes que intentan eliminar la dignidad humana de muchos… miedo.
Sin embargo el mensaje de la Navidad, que aún resuena en nuestras mentes en este momento de inicio de un nuevo periodo de tiempo, proclama que hemos de vivir sin miedo, con miedo cero… Como si el miedo hubiera sido vencido.
Ha irrumpido en nuestra historia el Reino de los Cielos, se ha acercado a nosotros el Reinado de Dios.
“No temáis, porque las noticias son de gran alegría, de gran gozo”. Ha nacido hoy en Belén un Redentor, un Salvador, un Liberador. No tengáis miedo, ni en época navideña ni en el inicio de un año del que desconocemos sus eventos.
Hay personas que tienen miedo, temor. Hoy los Derechos Humanos en su artículo 3 nos dicen que “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”.Sin embargo muchas personas tienen terror por la posible pérdida de su vida, por sus pérdidas de libertad y por su inseguridad en el más amplio sentido y en sus más amplias vertientes.
Hay personas aterrorizadas, oprimidas. El artículo 4 de estos mismos Derechos nos dicen que
“Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas”. Sin embargo hay gentes, familias, personas sometidas a las nuevas esclavitudes que hoy se dan de una forma clara sin que casi nadie proteste por ello… y hay personas con miedo, con angustia, viviendo en la infravida. Y así podríamos seguir citando artículos dela Declaración Universal.
En medio de todo esto, el mensaje navideño que sigue resonando en nuestras mentes es de ausencia de temor, de temor cero: “No temáis. Las noticias son de gran gozo”.
Inicio del año 2013 con recuerdos navideños, tan cercanos en el tiempo y en nuestras mentes. Miedo cero. No temáis. Las noticias son de gran gozo. Alguien nos ama, nos cuida…
¿Seguirán los controles de extranjeros? ¿Tendremos inmigrantes con miedo estos días festivos de inicios de año nuevo con recuerdos navideños? ¿Consistirá nuestra paz en el control policial de los extranjeros o el mensaje evangélico nos enseñará a acogerlos en paz, en concordia, en igualdad, en justicia? ¿Sabremos ser fieles al mensaje de Jesús sabiendo quitar el miedo, reduciendo a cero el pánico de las personas que viven en nuestros entornos?
Cristianos del mundo: Colaborad en eliminar el miedo, el terror, el pánico de los débiles del mundo. Ayudad a que el mensaje de ausencia de temor de la Navidad se difunda en palabra y en obra. Difundid la principal nueva de Jesús: “No temáis”.
Niños en entornos de miedo en estas fiestas. En días pasados hemos celebrado el nacimiento de un niño que tuvo problemas con la acogida. En las pasadas noches festivas, y en esta de inicio del año 2013, nacerán muchos niños... muchos de ellos mestizos como ejemplo del amor entre las razas, las etnias, los diferentes en cuanto a culturas y costumbres. ¿Tendrán sus madres miedo? ¿Les encoge el corazón un futuro incierto? ¿Están presas esas madres de las nuevas esclavitudes?
Año 2013 ante el miedo. Fiestas con lágrimas. Muchos huyentes de sus países, de la miseria, de la persecución, de la violencia… llorarán. Llorarán simplemente porque están lejos de casa... y quizás tampoco son bien acogidos dentro de nuestras puertas en igualdad y justicia. No disfrutaron del abrazo del calor navideño, de la Noche vieja, del hogar, del país de origen, de los lazos culturales.
Sin embargo el mensaje navideño sigue sonando y no se restringe al ámbito del mes de diciembre:
“No temáis. Las noticias son de gran alegría”. ¿Cómo hacer nosotros este mensaje real? ¿Qué responsabilidad tenemos los cristianos en ello? ¿Nos sentimos movidos a misericordia como buenos prójimos, o hacemos nuestras fiestas religiosas y seculares de espaldas al dolor de la gente sin que nos importe ni su miedo ni su dolor? Navidad. Miedo cero. Año Nuevo 2013: No temáis, sigue sonando el mensaje de los ángeles a los pastores.
¿Cuántas personas en este inicio de año tendrán miedo porque han perdido o van a perder su techo, su casa, su hogar? ¿Cuántos desahuciados se moverán con temor a lo largo de estos días en que iniciamos el año 2013? ¿Cuántas personas tendrán que velar la vigilia de la ciudad al raso como los pastores que recibieron el anuncio del nacimiento de Jesús? ¿Cuántos son los
“sin techo” de nuestras ciudades en estos inicios del Siglo XXI?
El mensaje de la iglesia en estas fiestas, en este inicio del año 2013 debería ser: ¡No temáis, excluidos de la tierra, sufrientes del mundo, personas llenas de temor! No temáis porque las noticias son de gran alegría. El reino de Dios irrumpe en el mundo y no se restringe a la celebración de ciertas festividades. Muchos cristianos en el mundo se convertirán en este año 2013 en manos tendidas. No temáis porque hay personas que piensan que no es ni cristiano, ni siquiera humano, ni está dentro de la decencia ética, el volverles la espalda a los desheredados de la tierra.
Ojalá podamos decirles en estas fiestas, en este inicio del 2013: ¡No temáis, que existen los Derechos Humanos, ahí está, por encima de todo y avalando, el texto bíblico con sus mandamientos y también existen personas comprometidas en la defensa de todos estos principios humanos y bíblicos! Intentemos hacer en este año 2013 una etapa de miedo cero, de ausencia de temor en la que brille el amor, la solidaridad y el compromiso con el prójimo.
Señor, elimina temores, miedos, terrores, pánicos en este año 2013. Señor, úsanos a nosotros para que también nos convirtamos en tus manos que acarician el mundo sufriente, en agentes de eliminación de todo temor, agentes de justicia y liberación. Que el mensaje cristiano llegue a todos los confines del mundo, en estos inicios del siglo XXI, eliminando todo miedo y congoja. Como si en este nuevo año se purificara el mundo y se llenaran los corazones de los creyentes de un compromiso de amor que no puedan frenar las fronteras ni los muros humanos insolidarios.
Que podamos gritar con júbilo en este día de año nuevo recordando tu mensaje en tu nacimiento:
¡”No temáis, porque las noticias son de gran alegría”!
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